Según publica hoy el diario catalán El Periódico una joven sufrió la rotura de una vértebra durante el macabro proceso de selección de una empresa, Ecoline 2010, situada en la población barcelonesa de Mataró.
La afectada Clío Almansa en el despacho de su abogado. Danny Caminal. |
La película retrataba la desesperación y extrema competencia para lograr un puesto de trabajo. Essa ficción se convirtió en el 2012 en realidad para la joven Clío Almansa. El 10 de octubre de ese año entró a formar parte del proceso de selección abierto en la empresa Ecoline 2010, de Mataró, para obtener un puesto de trabajo como agente y representante comercial de aparatos aspiradores y de ósmosis. Había estudiado turismo, pero buscaba un trabajo y le salió ese. El proceso consistía en un curso de motivación a través de charlas y ponencias con una duración de 90 minutos.
Las primeras sesiones se desarrollaron con normalidad, pero el 13 de octubre, se varió el sistema. Los 40 candidatos fueron conducidos a una sala donde había un número de sillas inferior a la cifra de aspirantes y la música estaba muy alta, según la querella presentada por la joven. El objetivo: el juego de la silla. Cada vez que se parara la melodía, los aspirantes tenían que lograr sentarse. El que se quedaba de pie estaba ya fuera del proceso. Una vez que el número de pretendientes se redujo, uno de los encargados de dirigir el juego separó a los participantes en grupos, divididos según el sexo. Así, creó dos grupos de hombres a ambos lados de la sala y un grupo de mujeres en medio de estos.
Tras repartir de esta manera a los candidatos al trabajo, el encargado de la selección se puso en el centro de la sala sujetando en sus manos un billete de 50 euros. Con voz firme dijo: "El billete será para el que lo coja y será parte de su primer sueldo". Lo tiró al suelo. "Pensé que era como el juego del pañuelo", recuerda Clío. Todos los aspirantes se lanzaron a por el dinero. La joven se vio envuelta en una marabunta de gente cegada en conseguir el objetivo y el único puesto de trabajo ofrecido. La joven se cayó. "No se puede levantar", dijo uno de los encargados de la empresa. Tuvo que ser trasladada en ambulancia al servicio de urgencias del Hospital del Mataró. "Me di un golpe en la cabeza. Fue un dolor intenso", recuerda. "Fue el dolor más grande que he sentido", explicó Clio al periódico español El Mundo, y recuerda que también recibió golpes en la cabeza, las piernas y la espalda.
Ante esta situación, la empresa formalizó ese mismo día un contrato de trabajo indefinido a tiempo parcial para Clío, a pesar de estar lesionada e incapacitada. Tenía la vértebra rota y tuvo que llevar un corsé ortopédico durante mes y medio.
El primer mes lo cobró, según señala la querellante, aunque "en ningún momento" la llamaron para preguntar cómo estaba. El 21 de noviembre recibió por burofax su despido con el argumento de que no había superado el periodo de dos meses de prueba que estipulaba su contrato, según publica El Mundo.
Clío presentó en diciembre del 2012 una denuncia ante los Mossos. "Me sentí humillada, vejada y maltratada. Me vi impulsada a hacer cosas que de otra manera, y si no fuera por la necesidad de obtener un puesto de trabajo, nunca me hubiera rebajado a aceptar", aseguró a los agentes. Después, acudió al despacho del abogado Daniel Vossele, que en octubre del 2013 presentó una querella contra el representante de la empresa por un presunto delito contra la integridad moral y una falta de lesiones imprudentes. El letrado del bufete Daniel Salvador lleva el caso.
El Juzgado de Instrucción número 5 de Mataró rechazó el pasado mes de enero que los hechos fueran constitutivos de delito alguno, pero sí consideró que podrían reputar una falta de vejación injusta con carácter leve en relación con otra de lesiones imprudentes. Por ello, ha abierto diligencias. El Método Grönholm a la española ha llegado a los tribunales.
Clio Almansa apunta que uno de los jefes de la empresa, situada en Mataró, vio claramente que no se podía levantar, pero aun así "no quisieron llamar a una ambulancia". La querellante, a la que representa Daniel Salvador, de Vosseler Abogados, fue finalmente acompañada a urgencias por una compañera.
Clio Almansa, que ahora tiene 24 años, no es la primera víctima de las humillaciones que representan determinados procesos de selección por unas empresas que se aprovechan de una situación de abandono y desespero de una juventud, y una clase trabajadora en general, que sufre la falta de programas de empleo por parte del gobierno español.
Las entrevistas de trabajo se convierten a veces, en lugar de ser meras entrevistas para probar a futuros empleados de una empresa, en procesos humillatorios para los candidatos.
Así debió pensar, además de Clio, un joven licenciado británico que denunció haber sufrido una humillación en una entrevista de trabajo para un supermercado de electrónica. Y es que la prueba de selección consistía en ¡bailar!, según la revista digital Gestión.org.
"Las entrevistas de trabajo humillantes no son sólo las que hacen que sus candidatos hagan cosas absurdas, como estos casos, para descubrir algo de la persona a la que van a valorar (no creemos que lo hagan sólo por humillación), sino también las que hacen preguntas absurdas, difíciles u ofensivas. Y podemos asegurar que de este tipo de entrevistas hay muchas ...", dice en su página web Gestión.org.
Clio, la joven que resultó lesionada y demandó a la empresa.
JORDI SOTERAS
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