Epidemias, inundaciones cíclicas, sequías y desplazamientos. Son las emergencias que sufren los niños en este país africano y que se suman a problemas estructurales como la malnutrición. Ante las escasas precipitaciones registradas en 2013 que ha afectado a la producción agrícula, para este año se espera que más de 2,3 millones de personas sufran inseguridad alimentaria y medio millón de niños de menos de 5 años sufrirán malnutrición aguda.
En Chad, uno de cada 10.000 niños menores de cinco años muere cada día a causa de la desnutrición.
Desde que comenzaran los conflictos en la zona oriental del Chad en 2005, más de 180.000 personas han huído del país. De ellos, el 65% eran niños.
Las epidemias y sequías que sufrió el país en 2011 ha dado lugar a que cerca de 2,2 millones de niños menores de cinco años se hayan visto afectados por enfermedades como la poliomielitis o el sarampión.
A todo ello se une la falta de recursos de los niños para acceder a un sistema de educación los cuales afectan a más del 60% de la infancia del Chad.
A esa situación se le ha unido el gran flujo de personas que retornan al país debido al conflicto de la República Centroafricana.
Después de viajar durante horas desde Bangui, un grupo de personas finalmente llegó a Sido, en la parte suroriental del Chad, un asentamiento dispuesto por el Gobierno para acomodar a los retornados chadianos. Conforme dejaban la República Centroafricana presenciaban actos horribles de violencia. Algunos de ellos perdieron a miembros de su familia, otros dejaron tras de sí todas sus pertenencias.
El trauma, la fatiga y el miedo todavía se vislumbra en sus rostros.
DjimrangarIdriss, de 16 años, fue uno de los retornados en la caravana fletada por el Gobierno chadiano. "Fue horrible. Prendieron fuego a nuestra casa con todas nuestras pertenencias. Mataron a nuestro padre. Nuestra casa quedó totalmente quemada, no pudimos llevarnos nada", dice el joven. "Abandonamos Bangui y nos fuimos al Chad. Nunca habíamos estado allí, pero teníamos que ir por nuestra propia seguridad".
Se encuentran de pie en una fila para finalizar el proceso de inscripción en el asentamiento. "Aún no sé cómo nos las arreglaremos. Salimos solo con la ropa que llevábamos puesta. Tenemos hambre, tenemos sed", dice Djimrangar.
"Mis padres nacieron en la República Centroafricana, yo nací en la República Centroafricana y mis hermanos y hermanas nacieron en la República Centroafricana. Aquí en el Chad no conocemos a nadie", sigue contando. "Mi madre acaba de decirnos que nuestra región de origen es Am-Timan, en el Chad Central, pero desgraciadamente no conoce a nadie de allí, y ni siquiera sabemos cómo llegar".
Ahmat Mahamat Karambal es el Gobernador de la región de Moyen Chari, en el sur de Chad, donde se encuentra ese improvisado campo de refugiados.
"El número aumenta. Se espera que lleguen muchos más al país en los próximos días y semanas", dice . Para añadir, "La situación en la República Centroafricana sigue siendo impredecible. Todavía no sabemos cuánto tiempo durará este proceso de repatriación".
Chad ha ratificado la Convención sobre los Derechos del Niño y la Carta Africana sobre los Derechos y el Bienestar del Niño, si bien es cierto que su aplicación le plantea grandes problemas. La mayor parte de la población chadiana no respeta los derechos de los niños, por lo que la felicidad de los pequeños se ha visto muy afectada.
Al tratarse de un lugar de paso entre el África subsahariana y África del Norte, Chad forma parte de los países más pobres del mundo.
De esta manera, la pobreza, que afecta a una gran mayoría de los niños del país, tiene grandes repercusiones para ellos en el acceso a una alimentación sana, los recursos financieros necesarios, los servicios de salud, entre otros.
La tasa de mortalidad de los menores de cinco años sigue suponiendo un motivo de preocupación en Chad, ya que 209 de cada 1.000 niños fallecen cada año debido a un sistema de saneamiento con grandes deficiencias y absolutamente inadecuado, la falta de agua potable y la ausencia de servicios de salud en las zonas rurales.
También la desnutrición es inquietante. Muchos de los niños sufren importantes retrasos en el crecimiento debido a una alimentación inadecuada.
Debido a la precaria situación económica del país, cada vez son más los niños chadianos que deambulan y viven en la calle. A menudo, se burla el derecho de los niños a la sanidad, la salud, la educación, alimentación y a la vivienda.
Además, los niños que crecen en la calle corren numerosos riesgos, tales como la explotación sexual y económica, problemas de salud, desnutrición, etc. Estos jóvenes apenas poseen oportunidades para encontrar empleo y dejar la calle debido a la falta de formación.
En el este del país los grupos y las fuerzas armadas utilizan niños a diario, especialmente a los varones. Estos niños soldados son reclutados para combatir o son asociados a los grupos de oposición de Chad o de Sudán o bien, reclutados en el ejército chadiano y se ven obligados a combatir o se comprometen a hacerlo para vengar la muerte de algún familiar. Algunos de ellos ven en el ejército una alternativa a la pobreza.
El fenómeno de los niños pastores persiste en el tiempo, así los jóvenes que viven en zonas rurales, especialmente niños chadianos, son reclutados por los ganaderos adinerados árabes para cuidar sus rebaños, lo que conlleva riesgos como: pérdida de la identidad, falta de formación, enfermedades, etc. En consecuencia, las organizaciones internacionales y las ONGs perciben esta práctica como una nueva forma de esclavitud y estas últimas la condenan notablemente.
Hospital de la maternidad en Chad. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes dejar aquí tus opiniones e impresiones sobre una entrada concreta, sobre algún tema sobre el que te gustaría ver una nueva entrada o sobre cualquier tema del blog en general.