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domingo, 23 de marzo de 2014

España, Decenas de miles de personas se movilizan en defensa de la dignidad arrebatada por el gobierno del Partido Popular

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Imagen de la concentración final.
Las ocho marchas que llegaron el viernes a las proximidades de Madrid se despertaron temprano ayer. Después de un tentempié de fruta y verdura en el barrio de Vallecas, la procedente de Murcia y Valencia (que durmió en el polideportivo de Rivas Vacíamadrid) fue recibida en el centro con lágrimas, bocadillos, sopa de cocido en vasos de plástico y agua. Desde allí, unas 3.000 personas continuaron hasta Atocha.
Las ocho marchas por la dignidad confluyeron ayer en la capital de España. A las cerca de 3.000 personas que llegaron a pie desde distintos puntos de España se les unieron decenas de miles más (50.000 según la primera versión de la policía) en la capital. Que llegasen desde diferentes punto de España trataba ser una metáfora de un malestar que recorre todo el país. Un malestar claro, concreto y sepultado bajo números escalofriantes: casi seis millones de parados, decenas de miles de desahucios y miles de millones de recortes en gasto social. La marcha desembocó en manifestación.
Todo discurrió de forma pacífica y planificada hasta entrada la noche, cuando pequeños grupos, ajenos a la manifestación, y policías antidisturbios decidieron entrar en acción.
Dos millones y medio de manifestantes, según la organización 22-M, se unieron a las seis columnas que entraron en Madrid, durante la mañana del sábado, formando ya una marcha única a lo largo del Paseo del Prado en defensa "de la dignidad del pueblo" y contra las impopulares políticas de recortes del Gobierno. Los manifestantes, agrupados en el 22-M marcharon por la dignidad robada, portando multitud de banderas republicanas, de las comunidades autónomas y de sindicatos mientras coreaban eslóganes como "La crisis que la paguen los banqueros", "El pueblo, unido, jamás será vencido" y "Hace falta ya una huelga general".
Tras la manifestación ha habido enfrentamientos y disturbios entre policía y manifestantes en la plaza Colón, principalmente, donde finalizaba la marcha que partía de Atocha. Pasadas las nueve de la noche, ya había 24 detenidos, de los que tres eran menores. Además, los disturbios causaron un centenar de heridos leves o muy leves, de los que 55 eran policías. En total, 15 personas fueron trasladadas a hospitales para una valoración, según Emergencias Madrid.
Un grupo de inmigrantes subsaharianos portaban pancartas que recuerdan a los quince "asesinados", en alusión a los inmigrantes que murieron en febrero pasado ahogados en Ceuta, mientras que en otra se pedían "papeles y derechos para todos".
En declaraciones a los periodistas, el portavoz del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), Diego Cañamero, ha señalado que el Gobierno "maltrata al pueblo" y que los "maltratadores tienen que ser juzgados". Asimismo, ha defendido "tribunales populares que tomen pacíficamente todas las calles y las plazas" y ha considerado que el pueblo "echará a este Gobierno y todos los que le repriman".
En la pancarta que encabeza la manifestación puede leerse la palabra dignidad en todas las lenguas oficiales. Entre los manifestantes también hay un grupo de bomberos de Madrid, que protestas por sus condiciones laborales, mientras que otros de los participantes portan pancartas a favor de la sanidad y educación públicas y los servicios públicos en general. La marcha ocupa todo el Paseo del Prado y se ha dirigido hacia la Plaza de Colón donde concluyó.



Un ejemplo de lucha por recuperar la dignidad arrebatada, por el actual Gobierno, es Belén Calvo, maestra, de 32 años y en paro desde hace tres. Ella se subió a un autobús en Burgos ayer por la mañana vestida con una camiseta con la leyenda "Gamonal. Barrio vivo, barrio combativo". La misma le dijo al diario El País, "He venido porque tengo dignidad".
Una vez en la plaza, el actor Willy Toledo y la periodista Olga Rodríguez leyeron el manifiesto elaborado para la ocasión desde un escenario situado en el centro de la plaza. "En 2014 nos encontramos ante una situación extremadamente difícil, una situación límite, de emergencia social, que nos convoca a dar una respuesta colectiva y masiva de la clase trabajadora, la ciudadanía y los pueblos", comienza el manifiesto.
"Millones de trabajadores y trabajadoras se encuentran sin empleo. Tener unas manos para trabajar; tener una carrera terminada; disponer de tu capacidad tanto manual como intelectual y no encontrar un trabajo digno es humillante", continúa el texto, con el que también han exigido la dimisión del Gobierno del PP y de "todos los gobiernos que recortan derechos sociales básicos" y que "colaboran con las políticas de la Troika".
Asimismo, han denunciado a través de este manifiesto que dichos Gobiernos "están aprovechando la crisis para recortar derechos". "Estas políticas de recortes están causando sufrimiento, pobreza, hambre e incluso muertes y todo para que la banca y los poderes económicos sigan teniendo grandes beneficios a costa de nuestras vidas", reza el manifiesto.
El mismo continúa diciendo, "Los derechos y libertades nos han sido robados para favorecer los intereses de una minoría y asegurar sus beneficios, los mismos que nos han llevado a este estado de excepción social, a base de desmantelar la educación y la sanidad públicas, de reducir drásticamente las pensiones de nuestros mayores, de apoderarse de nuestras viviendas y de cerrar empresas, y despedir a miles de trabajadoras y trabajadores".
Al finalizar la lectura del manifiesto, han tomado la palabra representantes de las columnas procedentes de toda España que este sábado han confluido en Madrid tras más de tres semanas de marcha a pie. "Hoy empezamos a ver que el miedo está cambiando de bando, pues que nos tenga miedo, que nos tengan mucho miedo. Viva la lucha de la clase obrera. Sí se puede", defendió el representante de la columna asturiana.
El objetivo de Las Marchas de la Dignidad es denunciar la situación límite de "emergencia social" en la que se encuentra gran parte de la población española como resultado de las "políticas de recorte" que está poniendo en marcha el Gobierno, "al dictado de la Troika". "Están causando sufrimiento, pobreza, hambre e incluso muertes, y todo para que la banca y los poderes económicos sigan teniendo grandes beneficios a costa de nuestras vidas", critican en el comunicado elaborado para la ocasión en el que también censuran que el Gobierno está "privatizando lo rentable mientras recortan el presupuesto en salud, educación o dependencia".
"Nosotros no tenemos ningún color político, sólo queremos reflejar que hay mucha gente que lo está pasando mal. Yo vivo con 400 euros", contaba Jaime una de las personas que ha llegado a Madrid procedente de la columna de Valencia para el periódico español El Mundo. En su testimonio también deslizaba una queja hacia los medios de comunicación: "No entiendo cómo se ha podido callar un movimiento tan importante. Ha interesado que no se hablara de esto cuando hacía mucho tiempo que no había una movilización tan grande por parte de la gente trabajadora".

Manifestantes en una de las marchas por el centro de la capital.
Manifestantes en una de las marchas por el centro de la capital. EFE.

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