Erdogan, rodeado de simpatizantes después de haber votado en Estambul. / S.S. (EFE). |
En la provincia de Sanliurfa, en el sureste del país, seis personas murieron en una grave pelea entre partidarios de candidatos del gubernamental AKP y del prokurdo BDP. En Hatay, también al sureste, se registraron otras dos muertes en una disputa entre candidatos. Sucesos similares se han producido en otras cinco localidades, con un total de treinta personas heridas, catorce de ellas de gravedad.
El primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha anunciado que su partido, el islamista AKP, ha sido el ganador de las elecciones municipales celebradas este domingo en el país y en las que ha obtenido, según los datos preliminares no oficiales, alrededor del 46 por ciento de los votos.
Su partido se ha llevado entre el 43 y el 46 por ciento de los apoyos, según los datos que ofrecen los medios turcos cuando el recuento supera el 80 por ciento de las urnas. Este resultado, preliminar, de confirmarse, mejoraría el obtenido en los comicios locales de hace cuatro años, aunque supone un descenso respecto al 50 por ciento que obtuvo en las generales de 2011. Tanto Erdogan como la oposición habían planteado estos comicios como una moción de confianza a la gestión del Gobierno del AKP, tras su giro autoritario de los últimos meses, incluyendo el bloqueo de determinadas redes sociales, los casos de corrupción en los que se ha visto envuelto su entorno, o la violenta represión de cualquier actividad crítica con su gestión.
Activistas de Femen protestan contra el primer ministro turco. EFE. |
El mandatario cargó contra la oposición socialdemócrata del CHP, que quedaría segunda en las elecciones con el 27 por ciento, al asegurar que sus líderes "no van a aparecer" hoy para dar discursos.
Tras superar el enconado plebiscito de las municipales, celebradas en un clima de polarización política sin precedentes desde el golpe militar de 1980, el primer ministro se dirigió anoche a sus partidarios en Ankara para celebrar la nueva victoria del AKP, que ha triunfado en todas las elecciones convocadas en Turquía tras su fundación en 1991. "Los traidores pagarán el precio", proclamó, en una velada amenaza a sus críticos, ante la multitud.
Con el 52% de los votos escrutados, el conservador AKP logró el 45,8% de lo votos, frente al 27,6% del partido socialdemócrata CHP; el 14,4% del ultranacionalista MHP, y el 7% de la alianza de kurdos e izquierdistas (BDP-HDP).
En las dos principales ciudades del país y epicentros de las protestas del año pasado, Ankara y Estambul, los datos brindados por diferentes medios de comunicación coinciden, en cambio, en un resultado muy apretado entre el AKP y su principal competidor, el socialdemócrata Partido Republicano del Pueblo (CHP).
En las dos principales ciudades, Ankara y Estambul, el AKP parece haber logrado conservar las Alcadías, pese a la confusión en el recuento y el cruce de cifras entre este partido y el Partido Republicano del Pueblo (CHP), de tendencia socialdemócrata, proclamando ambos su victoria.
El primer ministro ha recalcado que Turquía "es cada vez más fuerte" y ha prometido fortalecer la economía y la democracia.
"Tenemos la democracia que no hay en Occidente", ha proclamado tras conocerse los primeros resultados provisionales.
Erdogan ha criticado también al influyente predicador islamista Fethullah Gülen, exiliado en Pensilvania (EE.UU.), al que acusa de haber instigado las investigaciones de corrupción que han provocado la dimisión de cuatro ministros y de filtrar conversaciones que relacionan al primer ministro con prácticas ilegales y autoritarias.
"Aquellos que hacen titulares de odio, aquellos medios que apoyan a Pensilvania han perdido hoy. Hoy gana la democracia", ha sentenciado Erdogan.
Erdogan, de 60 años, afronta ahora con el respaldo de las urnas hacer realidad su sueño, públicamente confesado, de permanecer en primera línea de la política hasta 2023, coincidiendo con el centenario de la fundación de la República de Turquía por Mustafá Kemal Atatürk. Su mandato como primer ministro concluye en junio de 2015, y según los vigentes estatutos de su partido no podrá presentarse a la reelección para lograr un cuarto mandato. Pero antes podrá optar a la presidencia de la República, que su compañero de partido Abdulá Gül dejará vacante el próximo mes de agosto. Un cargo de alto prestigio, pero con escaso peso político por sus escasas atribuciones si antes no se reforma la actual Constitución, que hace recaer el poder efectivo sobre el Parlamento y el jefe del Ejecutivo.
Por otro lado, el Partido de la Paz y la Democracia (BDP), mantuvo su hegemonía en los municipios del sureste (55% en Diyarbakir), donde se concentra el voto nacionalista del Kurdistán turco.
A pesar de que en algunas grandes capitales, y otras zonas, se considera que el AKP ha derivado hacia un autoritarismo inaceptable, este mantiene, gracias a su penetración en los sectores más islamistas y conservadores, su poder en las urnas.
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