Francia, Violenta protesta contra la construcción del nuevo aeropuerto en Nantes

Imagen de la manifestación contra la construcción del aeropuerto.

Miles de personas se manifestaron el último sábado de febrero contra la construcción de un nuevo y gran aeropuerto cerca de Nantes (oeste de Francia), en una protesta que registró incidentes violentos y acabó dispersada con cañones de agua y lanzamiento de gases lacrimógenos por parte de la policía.  La manifestación tuvo lugar dos meses después de la publicación de un decreto de la prefectura que autorizaba el inicio de los trabajos de diagnóstico previos a la construcción, que todavía no han comenzado.
La ciudad es la capital del departamento del Loira Atlántico, con unos 300.000 habitantes. El que fuera su alcalde, el socialista Jean-Marc Ayrault, es desde el 15 de mayo de 2012, el primer ministro del gobierno francés de François Hollande, y es uno de los más fervientes impulsores del proyecto del nuevo aeropuerto.
Pero no todos los miembros del Gobierno francés coinciden con el primer ministro. Y así, la ministra de la vivienda, la ecologista Cécile Duflot, contraria al proyecto, desde su inicio, por el impacto ecológico y climático declaraba al diario Le Monde que de no estar en el Gobierno habría estado con toda seguridad entre los manifestantes. "Mi oposición al proyecto es antigua", declaró.
Los disturbios se desataron en la parte final del cortejo, con el lanzamiento de objetos contra los agentes desplegados para controlarla, entre los cuales, según cifras oficiales, hubo tres heridos.
El plan de construir un nuevo aeródromo para sustituir al actual de Nantes, saturado y sin posibilidad de ser ampliado, se contemplaba desde hace más de 40 años y el ahora primer ministro Jean Marc Ayrault, alcalde de la ciudad desde 1989 hasta su nombramiento como jefe de Gobierno, se ha convertido en uno de sus principales defensores.
Pero casi seis de cada diez de franceses, según un sondeo publicado hoy por el instituto demoscópico Ifop, se oponen a ese proyecto, que recibe el respaldo de apenas un 24% de la población, frente a un 20% de indecisos. La pregunta lanzada por Ifop para llegar a ese resultado cuestionaba si teniendo en cuenta "el impacto económico, ecológico y climático", la construcción del nuevo aeropuerto de Notre-Dames-des-Landes debía mantenerse.
Vecinos, agricultores y ganaderos de la zona, que también participaron en la protesta, a los que se han sumado ecologistas y grupos de izquierdas, insisten en que el retraso temporal en su construcción se transforme en permanente. Una de las voces en contra que cobró hoy protagonismo fue la de la ministra de Vivienda, la ecologista Cécile Duflot, que en una entrevista en el diario francés Le Monde aseguró que de no estar en el Ejecutivo habría sido hoy una manifestante más.
"Mi oposición a este proyecto es antigua, nuestra participación en la mayoría no cambia nada. El tema no es político, es un medio para debatir la transición energética en un momento en que cuesta encontrar fondos para invertir", señaló para el mencionado periódico.
En los disturbios al menos diez policías resultaron heridos durante las protestas contra el proyecto de construir un nuevo aeropuerto en la localidad de Notre-Dame des Landes.

La manifestación, en la que participaron 20.000 personas según la policía, 60.000 según dijeron los organizadores, se transformó en una batalla campal cuando grupos de radicales lanzaron proyectiles contra las fuerzas del orden, que practicaron varias detenciones.
El Alcalde de Nantes ha pedido a la fiscalía que abra una investigación sobre lo sucedido.
"Ya hay un aeropuerto que funciona perfectamente en una ciudad que no es la capital del mundo que es Nantes, señala esta manifestante. Estamos aquí para decir que estamos hartos de proyectos inútiles".
Las prostestas por los planes de construcción del aeropuerto comenzaron hace más de un año.
De acuerdo con un reciente sondeo, el 56 por ciento de los franceses, entre ellos, la ministra de Vivienda, la ecologista Cécile Duflot, están en contra por su impacto ecológico y climático.
Un habitante de Nantes, llamado Tristan declaraba, "El aeropuerto es un gran desperdicio de dinero, pero la cuestión va más lejos de ese tema. El coste es casi simbólico ahora. Esos megaproyectos no tienen sentido ahora desde un punto de vista ecológico y económico, especialmente en estos momentos de crisis económica".
El nuevo aeropuerto tenía un presupuesto estimado de unos 560 millones de euros, pero los críticos al proyecto afirman que el valor final del mismo puede ascender a los 2.000 millones de euros.