Desde hace muchos años se dice que vivimos en la época de la información, de la agilidad informativa a través de internet, de la libertad global de prensa, pero no es esta la verdad que observamos diariamente.
Estamos acostumbrados a tomar el café con el diario de la mañana y nos vamos a domir con las noticias de la noche, pero si al final del día hacemos un recopilación de lo que hemos visto y leído, cuantas son las noticias realmente significativas que pueden provocarnos reflexión, impactar en nuestra mente, establecer una visión real de los acontecimientos, hacernos percibir que realmente algo está cambiando? La verdad, ninguna.
Durante días nos bombardearon con noticias respecto al conflicto Israel vs Palestina, pero poco se ha comentado del bloqueo que mantiene Israel sobre una población de más de 1,5 millones de personas que se agolpan en una extensión de 360 km², lo que representa uno de los lugares del planeta con mayor densidad de población. Sobre la limitación de las exportaciones mediante el control de las salidas comerciales de la Franja de Gaza -sólo se permite la salida de un camión por día con productos para ser exportados-. Nada se ha comentado sobre el casi 50% de la población desempleada y que casi un 80% depende de la ayuda humanitaria para sobrevivir. Nada se ha informado respecto a que los palestino tienen restringido el acceso a una gran parte de las tierras cultivables y a casi un 80% de las aguas disponibles para la pesca.
Actualmente estamos viviendo el conflicto más grave, cruel y sangriento en muchísimos años. Lugar: África, país: La República Democrática del Congo, motivo: los minerales estratégicos para las nuevas tecnologías, especialmente el coltán, una mezcla de minerales con gran utilización en los teléfonos móviles, laptops y diversos productos electrónicos más. Ese país dispone de aproximadamente el 80% de las reservas mundiales del mismo y su destino final es Estados Unidos, Alemania (donde se encuentran las dos mayores compañías procesadoras de coltán), Bélgica y Países Bajos fundamentalmente. El coste de este mineral de sangre, que al contrario de los famosos diamantes de sangre nadie expone su extracción, es de casi 1.000 violaciones por día de mujeres, más de cinco millones de muertos, centenares de miles de refugiados, niños de la guerra, etc.
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