Han pasado 72 horas desde las elecciones catalanas y poco a poco se empieza a vislumbrar cual puede llegar a ser el futuro del President de la Generalitat de Catalunya tras su estrepitoso fracaso en la búsqueda de un objetivo -la mayoría absoluta- el pasado domingo. Muchos comentarios han aparecido en los medios de comunicación de casi todo el mundo al respecto de lo que puede representar el mapa político catalán surgido de las elecciones.
Artur Mas se encuentra con la necesidad absoluta de encontrar los apoyos necesarios que permitan una estabilidad en la gestión de su gobierno, el cual debería tener dos grandes objetivos que al mismo tiempo representan las grandes incógnitas de su futuro: la salida de la crisis económica y la convocatoria del referéndum base de su campaña electoral.
A partir de los resultados que obtuvo el pasado domingo, algunos medios se han ocupado exclusivamente de desfenestrar la idea independentista, sin percibir que dichos resultados no representan el funeral de una idea y se acercan más a la crítica de la gestión económica y política del actual gobierno de la Generalitat. Sin embargo es difícil no entenderlos como una clara derrota de Artur Mas -en función de los objetivos marcados- a pesar de haber conseguido la mayoría. La gran encrucijada en que se encuentra en la actualidad es conseguir los apoyos necesarios para la estabilidad de su gobierno, el futuro económico de Catalunya y establecer el proceso que desemboque en el referéndum prometido a lo largo de los últimos meses. Pero quién estará dispuesto a asumir los costes que conllevará una participación en un Gobierno que tiene la necesidad de estabilizar las cuentas y en consecuencia aplicar los recortes necesarios para detener el endeudamiento de la Generalitat. La política de extorsión que ha iniciado afirmando que no convocará la consulta de autodeterminación sin un gobierno estable, dirigida especialmente hacia ERC, pilar fundamental en esta ecuación, es un gran error político similar a los cometidos anteriormente. Evidentemente las dudas surgen -como negros nubarrones- respecto al futuro de esas negociaciones, dado que el coste podría ser tan alto como perder lo conquistado en las últimas elecciones.
Artur Mas está en estos momentos sumergido en un laberinto en el que no será nada fácil encontrar la salida honrosa que necesita para garantizar los resultados buscados durante esta última campaña y ERC sabe que pueden ser los grandes pilares en el futuro de esta situación, dado que la idea del independentismo -pese a que muchos la quieran enterrar anticipadamente- no ha sido la gran derrotada de los comicios.
Un acuerdo con el PSC para conseguir la ansiada estabilidad es algo casi utópico -aunque en política ya se han podido observar coaliciones realmente extrañas- dado que no sólo les separa la política social sino el modelo de Estado y aún así necesitarían otro compañero de viaje. Por otro lado CiU es perfecta conocedora de que un pacto con el PP y otras organizaciones derechistas y sobretodo centralistas, significaría el suicidio político y quizás una dramática travesía por el desierto durante los próximos cien años de soledad.
La salida de este laberinto realmente sólo se encuentra tras un tortuoso camino -oscuro y completamente espinoso- que va a suponer un coste político enorme a aquellos que se aventuren, junto a Artur Mas, a recorrerlo.
Este blog sólo pretende ser una visión personal de algunos de los acontecimientos que nos envuelven en nuestro caminar por la vida. Bajo el fuego es una metáfora de la situación real que la humanidad está viviendo donde la pobreza, el desempleo, la intolerancia, el extremismo, la violencia, el enriquecimiento a cualquier precio, de unos pocos a costa de muchos, y la falta de ética o valores son realidades que podemos observar continuamente.
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Me parece un comentario muy acertado y clarificador. Gracias...
ResponderEliminarAhora es cuando el señor Mas debe demostrar hasta que punto era creíble todo el asunto del referéndum y el "estado propio". ERC puede ser un buen impulsor para llegar a conseguir lo que CiU por su cuenta no ha podido. Los resultados no dejan otra opción. Prácticamente toda decisión pasará por la aprobación de ERC. Personalmente creo que es algo positivo tanto a nivel de políticas económicas como a nivel de movimiento nacionalista. Dudo que el señor Mas cometa el error de intentar pactar con PP o PSOE. El pueblo catalán no perdonaría semejante "traición".
ResponderEliminarEn resumen, los resultados son positivos y si el señor Mas hace lo que debe (lo cual espero pues es una persona bastante inteligente) puede salir incluso reforzado después de esta legislatura. Por su parte, si ERC hace lo que debe, se reducirán los recortes y en un periodo de dos años tendremos un referéndum encima de la mesa.
Un saludo y ánimo con el blog.
Pues tienes razón, aunque viendo como es Cataluña... no se si seria un suicidio que CIU pactara con el PP...
ResponderEliminarPor que después de la política de recortes en sanidad, educación y todas las barbaries que han echo desde que están otra vez al cargo... han sacado mayoría!
Hay cosas que NUNCA entenderé..
La excusa?
La independencia
Pero NUNCA hay que olvidar. Y ahora Mas tiene un problemón como tu has dicho. Pero como bien se dice... recoges lo que siembras.
Quisiera agradecer a todos aquellos que usan un poco de su tiempo para leer y escribir en este blog. Con la participación de todos los lectores conseguiremos que sea totalmente dinámico y participativo que es mi objetivo final.
ResponderEliminarEm cuanto a tu comentario Georgina, creo que la diferencia de modelo de Estado -que no ideológica y social- entre CiU y el PP, dificulta cualquier interacción visible entre ambas entidades. Otra cosa es que bajo los paños ambas lleguen a un pacto de no agresión, pero los líderes de Convergencia saben que eso les puede suponer no sólo una separación respecto a ERC y PSC como una creciente animadversión de los defensores de la autodeterminación y especialmente de aquellos con tendencia más liberales o socializadoras ya críticos con su gestión socio económica lo que beneficiaría a otras entidades más sensibles al sentimiento popular.
En cuanto a la mayoría era lógico que la tuviera dado el bajo nivel mediático de las organizaciones opositoras y la fragilidad de su discurso electoral y además intentaron enmascarar con absoluta hipocresía su política social con el sentimiento popular, afortunadamente muchos votantes supieron diferenciar entre ambos conceptos.