No es una figura internacional, no aparece en portada de los grandes medios, ni acapara entrevistas en las televisiones.
No juega en el Manchester United, ni el Bayern Munich, ni el Barcelona o el Real Madrid, ni siquiera participa de una liga de primer nivel, tampoco estará en el próximo mundial de fútbol (Brasil, 2014), pero su triunfo personal, para él, puede significar mucho más que todo lo anterior.
Este es el resumen de una historia poco común pero real.
Maksim nació en la ciudad rusa de San Petersburgo un 24 de diciembre de 1987, y a una edad temprana comenzó a luchar para cumplir su sueño: ser futbolista.
Llegó a jugar en la tercera y segunda división profesional rusa, defendiendo la camiseta del Zenit y otros clubs de su ciudad natal. También jugo con el Pskov 747, de la segunda división rusa en 2009. Pero su trayectoria se vio interrumpida drásticamente cuando fue detenido, en el aeropuerto de Santiago (Chile), el año 2010, con un cargamento de seis kilos de cocaína, procedente de Ecuador y que pretendía introducir en España, escondidos en libros infantiles.
Pasó del aeropuerto a la cárcel y fue condenado a 3 años y un día de prisión.
Estando en el presidio, y después de haber cumplido casi dos años de condena, fue descubierto por Frank Lobos, ex jugador, entre otros, del Colo Colo chileno, con quien consiguió varios títulos nacionales, o el Vasco de Gama brasileño. Asimismo jue internacional con las selecciones inferiores de su país. Este ex jugador, que también pasó por la liga española y japonesa, se lo recomendó al club Santiago Morning, de la primera divisón B chilena que, tras observalo durante varios días, luchó para conseguir un acuerdo con la Gendarmería de Chile, para que este "crack" (según palabras del propio Lobos) pudiera unirse a
las filas del elenco bohemio.
En julio de 2012 se concreta la operación, y Maksim se transforma así en el primer jugador ruso en la historia del fútbol
chileno.
Durante un tiempo, hasta la finalización de la condena, se entrenaba con el equipo y dormía en la cárcel diariamente. El ruso recuerda esos días "no hablaba nada del idioma. Recibí harto cariño de la gente en la
cárcel. Claro que había cosas difíciles, pero me acostumbré a esas
cuestiones. Vivía tranquilo, porque me acerqué a gente con 'ficha', que
me protegió. y yo también me gané el respeto adentro", asegura.
Claudio Borghi, ex selecionador de la absoluta de Chile, fue garante de su futuro y alabó su calidad futbolística.
En julio de 2012 jugó su primer partido con su nuevo club, un amistoso contra el club chileno Palestino, en el que anotó dos goles. En septiembre debutó en la Copa Chile, declarando tras el partido "Estoy muy feliz, pero sé que debo trabajar duro. Han pasado
tres años desde la última vez que jugué a este nivel. Tengo un contrato
de seis meses y estoy mirando hacia el futuro, aunque también estoy
buscando vivir un día a la vez". Este año ya ha
jugado varios partidos por el campeonato de Primera B. También ha recibido los primeros elogios de la prensa que lo situó como destaque en el encuentro que enfretó a su equipo con la Universidad de Chile por la Copa del país.
Un portavoz de la prisión en Santiago comentó que el caso de Maksim no
es algo que se busque promover, pero que por las condiciones
futbolísticas del jugador valía la pena intentarlo.
El viernes 22 de febrero, el delantero del Santiago Morning, Maksim Molokoyedov, cumplió la condena, que fue reducida en cinco meses,
por narcotráfico que lo tenía privado de libertad. El futbolista
seguirá entrenando con su club, luego de que el Gobierno, a través del subsecretario de Justicia, Juan Ignacio Piña, le notificara
que fue anulada la orden de expulsión, que por ley se aplica en el país por este tipo de condena, que pesaba contra él.
Molokoyedov lo agradece:
"Ya me siento un chileno más".
Maksim se ha ganado la confianza de todos, a nivel humano y futbolístico, por eso el Santiago Morning le acaba de renovar el contrato por tres años.
Este blog sólo pretende ser una visión personal de algunos de los acontecimientos que nos envuelven en nuestro caminar por la vida. Bajo el fuego es una metáfora de la situación real que la humanidad está viviendo donde la pobreza, el desempleo, la intolerancia, el extremismo, la violencia, el enriquecimiento a cualquier precio, de unos pocos a costa de muchos, y la falta de ética o valores son realidades que podemos observar continuamente.
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buena por el Rasputín del gol...
ResponderEliminarexcelente... gran historia de esfuerzo... esperemos que este ruso vaya progresando en el futbol chileno
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