Arizona, USA, una controvertida sentencia a pena de muerte

Debra Jean Milke hoy

Según informaba el jueves la CNN, tras pasar 22 años en el corredor de la muerte, Debra Milke está cerca de alcanzar la libertad.
Esta mujer, de 49 años, fue sentenciada a muerte por el juez que presidía su caso, tras ser declarada culpable, en octubre de 1990, por un jurado en Arizona, de asesinato, conspiración y secuestro. Eso sucedía ago más de un año después de que su hijo de cuatro años fuera hallado muerto.
Sin embargo, la sentencia fue desestimada este jueves por un juez de un tribunal de apelaciones. Justificando su decisión, el juez Alex Kozinski de la Novena Corte de Apelaciones de los Estados Unidos subrayó el "historial de mala conducta" del testigo clave, un detective de policía de la ciudad de Phoenix. "la Constitución requiere un juicio justo; esto nunca ocurrió en el caso de Milke", escribió Kozinski.
La historia se inicia en vísperas de la Navidad de 1989, cuando el hijo de Debra Milke se subió en el coche del compañero de Debra, James Styers, de 42 años y veterano del Vietnam desempleado, para ir al centro comercial. En el camino James buscó a un amigo y se dirigió al desierto donde disparó varias veces contra el niño.
El detective encargado del caso,  Armando Saldate, indicó que el amigo le dijo que Debra estaba involucrada en un complot para matar a su hijo. Pero ni el amigo ni Styers testificaron en ese sentido en el tribunal. De hecho, ningún otro testigo o evidencia vincularon a Milke con el crimen. Luego de confesarse no culpable, Milke pasó todo el juicio intentando persuadir al jurado de que su testimonio, y no el del policía, era el verdadero.
Según el policía, la mujer le había confesado, en un interrogatorio, su participación en el crimen como "una mala decisión consciente", pero nunca se encontraron pruebas escritas de ese interrogatorio.
Para el juez que revogó la sentencia "El juez y el jurado creyeron a Saldate", sostuvo Kozinski sobre el veredicto y la sentencia. "Pero no conocían el largo historial de mala conducta y de mentiras bajo juramento de Saldate", agregó el magistrado.
El propio juez declaró posteriormente, "(que) el agente había sido suspendido por cinco días por sobrepasarse con una conductora y mentir sobre ello a sus supervisores, cuatro confesiones de Saldate habían sido descartadas por mentir bajo juramento y que jueces habían desechado otras cuatro confesiones de testigos porque Saldate había violado derechos constitucionales".
Después de todo lo anterior se esperaba que Debra fuese puesta en libertad en los próximos días, pero ayer el Phoenix New Times publicaba que el fiscal general de Arizona, Tom Horne, había anunciado que definitivamente apelará la decisión del tribunal, lo que significa Milke no va a ninguna parte.
En la página web de la organización estadounidense Injustice Anywhere puede leerse: "El juicio fue un aborto involuntario de la justicia, pero el proceso de apelación al que tengo derecho demuestra ser aún más alarmante" y continua "Yo no soy una persona culpable en busca de un resquicio legal. Soy una persona inocente en busca de la justicia".
Los medios de comunicación piden que se resuelva la incógnita , ¿es realmente inocente y nos encontramos ante un nuevo error judicial que puede llevar a la muerte a una persona? o ¿es culpable y fallos graves de procedimiento pueden dejar en libertad a la asesina de su hijo?. De una manera o de otra el sistema nuevamente volvió a errar en los procedimientos, primero a través de las mentiras de un detective, cuyo testimonio no será válido en un posible nuevo juicio, y segundo a través del ocultamiento de pruebas con el que se obstaculizó a la defensa en su momento. 
Esos errores pueden dejar libre a una persona que encomendó la muerte de su hijo, aunque la revisión de los mismos, actualmente, también pueden significar la libertad de una inocente, cerca de 23 años después de su detención.

Mientras, James Styers y su amigo Roger Scott, autores materiales del crimen, continúan aguardando la ejecución de sus sentencias en el corredor de la muerte.