Brasil, Virginia Soares, una doctora sospechosa de matar 300 pacientes

Brasil convive desde hace días con una noticia que acapara portadas y titulares en todos los medios gráficos y emisoras de televisión.
La médica Virgínia Soares de Souza, también conocida como la doctora muerte, que durante siete años fue la responsable de la Unidad de Cuidados Intensivos (Unidade de Terapia Intensiva en portugués) fue acusada de provocar la muerte de siete pacientes de esa unidad. Aunque según afirma el Ministerio Público, o fiscalía, del estado brasileño de Paraná, la cifra podría llegar hasta los 300 fallecimientos provocados.
El médico Mário Lobato, auditor del Ministerio de Salud y coordinador de la investigación abierta en el Hospital Evangélico de la ciudad de Curitiba, capital paranaense ha comentado a la televisión brasileña, respecto a las presiones para no ampliar la investigación: "Existe una velada presión para que no profundizemos en las investigaciones, pues de una manera u otra la misma va afectar a todass las UTIs del país. Todo el mundo va a tener que dar una respuesta sobre lo que sucede dentro de ellas".
La doctora brasileña, está acusada de matar a pacientes con enfermedades terminales para liberar las camas de la unidad de cuidados intensivos del hospital donde trabajaba, aunque la investigación ya ha identificado cerca de 20 fallecimientos semejantes a los citados en la denuncia.
El responsable de la investigación ha comentado al respecto: "Los casos que ya están cerrados son más de veinte pero tenemos cerca de trescientos casos más para determinar las causas de los fallecimientos".
Según el Ministerio Público brasileño los pacientes fueron muertos por asfixia con uso de medicamentos como Pavulon o la disminución de oxígeno en el respirador artificial que les mantenía con vida. Además de la doctora, otras siete personas fueron acusadas por todos estos fallecimientos, tras aplicar dosis letales de sedantes o anestésicos, además de alterar los niveles de oxígeno durante el período, 2006-2013, en que Virgínia fue jefa de la unidad. La doctora trabajaba en el hospital desde 1988.
Lo que está sorprendiendo a la opinión pública es que Virgínia Soares de Souza, de 56 años, que estuvo un mes en prisión preventiva, esté aguardando el proceso en libertad, tras ser suspendida la medida cautelar de prisión provisional.
En una conversación telefónica grabada la doctora comentaba, "Quiero limpiar la unidad de cuidados intensivos". Uno de sus argumentos principales era la falta de espacio y de camas en el centro hospitalario, aunque Lobato afirma que la médico tenía también motivaciones financieras para liberar los lechos de la unidad.
En una entrevista para una emisora de la cadena de televisión brasileña Globo un enfermero que trabajó en el hospital desde 2004 a 2006, y que prefirió no ser identificado aseguró haber visto a la doctora desconectando un aparato y provocar la muerte de uno de los pacientes. Según este enfermero "los pacientes de la UCI tienen dos puntos críticos, que son la oxigenación asistida y los medicamentos que sirven para mantener con vida a la persona. Ella interrumpía uno de los dos, o los dos".
Una enfermera que tampoco quiso identificarse afirmó a la misma emisora que la médico ya había sido suspendida durante un mes en el año 2011, por maltrato a empleados.
Las autoridades locales están investigando los registros médicos de otros 1.200 fallecidos en la UCI de ese hospital durante los últimos años.
Si se confirman los casos que se le imputan, el número de muertes de la médica brasileña superará el del doctor Harold Shipman, médico inglés que asesinó a 215 pacientes.
En declaraciones la abogada de la médica sostuvo que no fue nunca negligente ni imprudente. Según recoge el periódico carioca O Globo, Soares afirmó "no ser Dios ni ser perfecta, y que los errores pueden haber ocurrido, pero nunca intencionalmente".
La eutanasia es considerada un delito en Brasil.

Virginia Helena Soares de Souza. Foto AFP