Esta es una de las noticias que nos hacen dudar de la equidad de la justicia en algunos, o muchos, países, pero que en especial demuestran la barbarie de algunas sociedades cuya cultura y tradición machista parece no haber superado las barreras del tiempo y se han estancado en una sociedad mediaval, por más conforto que ofrezca para unos pocos, y se escude en la ley islámica para permitir y justificar los actos de barbarie.
Esta historia de terror está protagonizada por un conocido predicador de la televisión del país y su hija de 5 años.
Fayhan Al Ghamdi es el nombre de este pederasta y asesino, miembro de la sociedad saudita, que en octubre del pasado año violó, torturó y asesinó a su hija de 5 años. Los motivos de ese acto salvaje y digno de una mente enferma no están claros aunque este individuo declaró a una televisión saudita que dudaba que fuera virgen, y la obligó a someterse a una inspección médica.
Ya en diciembre de 2011, Lama, que era el nombre de la niña, fue trasladada al hospital con múltiples heridas y estuvo hospitalizada durante diez meses hasta su fallecimiento. Fayhan Al Ghamdi le rompió a su hija el brazo izquierdo, varias costillas, le provocó una fractura craneal y hasta la quemó con una plancha. Randa Kalee, empleado del hospital, denunció que la chica tenía la espalda rota y que había sido violada "por todas partes". Fayhan Al Ghamdi confesó que había sometido a la niña a descargas eléctricas y usó un bastón para infligir heridas a la menor.
Pero infelizmente esta historia no termina aquí.
Los activistas sauditas ha mostrado su indignación a través de diferentes redes sociales después de que este "individuo" fuese puesto hace un mes, tras permanecer en prisión unos cuatro meses y pagar una multa de 50.000 dólares.
Según la decisión de la Corte, el predicador tiene que pagar, el "deya" o "dinero de sangre", un indemnización que, según una polémica ley islámica, puede ser pagada cuando se trata de muertes por "error".
La madre de la chica no entiende cómo en este caso puede tratarse de un error y tiene intención de apelar "para lograr una sentencia justa". La mujer ni siquiera se prestó a negociar la cuantía de la multa, ya que exige que el agresor "como poco pase el resto de su vida en la cárcel". Según uno de sus abogados, su objetivo es solicitar la pena de muerte, aunque es bastante improbable que consiga una pena mayor para el asesino de su hija.
El "dinero de sangre" es una forma que tiene la justicia saudí
para tratar los casos de homicidios dentro de una misma familia. En
Arabia Saudí el derecho se rige según la charia y existe la pena de muerte, sin embargo un hombre no puede ser condenado a muerte por el asesinato de su hijo o de su esposa, considerados de su propiedad, informa el diario británico The Independent.
La liberación de Al-Ghamdi conmocionó a los sectores más progresistas del país y a las militantes de la organización Women to Drive, un grupo que lucha por los derechos de las mujeres, que, entre otros, deben usar velo y tienen prohibido conducir, bajo amenaza de sufrir la pena de flagelación. En la red social Twitter apareció el hashtag #AnaLama, que significa "yo soy Lama", para difundir mensajes de repudio.
En Arabia Saudita los padres y maridos que asesinan a sus hijos o esposas son constantemente condenados a penas de entre cinco a 12 años de prisión como máximo. Esta indulgencia no se extiende a las madres y esposas que sufren penas mucho más severas, según declaran diversos activistas de los Derechos Humanos.
Para Pedro Pizano, director de Medios de la ONG Human Rights Foundation, "Arabia Saudí no es solamente uno de los peores países en los derechos de las mujeres, sino en la falta de respeto a los derechos fundamentales en general. No existe la libertad de expresión, ni de asociación, ni de religión, por ejemplo. El rey seguramente está feliz distrayendo al mundo con el tema de la conducción, mientras oprime y destruye la dignidad de todo su pueblo".
Todo lo opuesto fue el caso de un tatuador libanés que fue condenado a 100 latigazos, un año de cárcel y una considerable multa por peinar y hacer tatuajes a mujeres sauditas, algo que está prohibido por las leyes locales.
En este país parece que el dinero del petróleo compra todo, inclusive el silencio, como en el caso de las miles de niñas -menores de 15 años- obligadas a casarse con hombres adinerados, de muchas organizaciones y países.
La liberación de Al-Ghamdi conmocionó a los sectores más progresistas del país y a las militantes de la organización Women to Drive, un grupo que lucha por los derechos de las mujeres, que, entre otros, deben usar velo y tienen prohibido conducir, bajo amenaza de sufrir la pena de flagelación. En la red social Twitter apareció el hashtag #AnaLama, que significa "yo soy Lama", para difundir mensajes de repudio.
En Arabia Saudita los padres y maridos que asesinan a sus hijos o esposas son constantemente condenados a penas de entre cinco a 12 años de prisión como máximo. Esta indulgencia no se extiende a las madres y esposas que sufren penas mucho más severas, según declaran diversos activistas de los Derechos Humanos.
Para Pedro Pizano, director de Medios de la ONG Human Rights Foundation, "Arabia Saudí no es solamente uno de los peores países en los derechos de las mujeres, sino en la falta de respeto a los derechos fundamentales en general. No existe la libertad de expresión, ni de asociación, ni de religión, por ejemplo. El rey seguramente está feliz distrayendo al mundo con el tema de la conducción, mientras oprime y destruye la dignidad de todo su pueblo".
Todo lo opuesto fue el caso de un tatuador libanés que fue condenado a 100 latigazos, un año de cárcel y una considerable multa por peinar y hacer tatuajes a mujeres sauditas, algo que está prohibido por las leyes locales.
En este país parece que el dinero del petróleo compra todo, inclusive el silencio, como en el caso de las miles de niñas -menores de 15 años- obligadas a casarse con hombres adinerados, de muchas organizaciones y países.
Fotografía capturada del blog Desert Moon´s Diary |
El tribunal de la
ciudad saudí de Jeddah condenó a un maestro del tatuaje de origen
libanés a 200 latigazos, además de a una multa y un año de prisión. El
hombre, cuyo nombre no ha sido revelado, fue declarado culpable por
haber hecho tatuajes y peinados a mujeres, algo que está prohibido por
las leyes locales.
Texto completo en: http://actualidad.rt.com/sociedad/view/49379-Condenan-a-200-latigazos-a-un-tatuador-en-Arabia-Saud%C3%AD
Texto completo en: http://actualidad.rt.com/sociedad/view/49379-Condenan-a-200-latigazos-a-un-tatuador-en-Arabia-Saud%C3%AD
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