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martes, 29 de enero de 2013

Ryan Hreljac, una voz solidaria con África

Antes de comenzar a escribir la entrada de hoy quisiera pedir disculpas por mi ausencia temporal y agradecer a todos que mantengais el interés por este humilde blog, el cual no sería posible sin el apoyo incondicional de mis hijos y hermanos -gracias Gerard y Rocío por vuestra continua preocupación con la calidad en la presentación e informativa del blog- que continuamente me ayudan con el formato o ideas, además tienen la suficiente paciencia para repasar todas las entradas detectando posibles errores, y especialmente por el esfuerzo de continuar expandiéndolo allá donde pueden. Es gracias a ellos -y a todos los que diariamente estais pendientes de mis artículos- que hoy podemos decir con orgullo que tenemos lectores de unos 30 países. GRACIAS A TOD@S.

Entrando en materia vamos a centrarnos hoy en una persona que convirtió un sueño infantil en una importante realidad para millares de personas.
Ryan Hreljac nació hace 21 años, en Canadá, y sería un ser humano más de los que poblamos la Tierra si no hubiese sido por su afán, su obstinación en conseguir hacer realidad un sueño que tuvo quince años atrás.
Con 6 años, Ryan, asistía a sus matutinas aulas en su escuela cuando quedó impresionado con la clase que estaba dando su profesora respecto a la importancia del agua y la dificultad de muchos pueblos en tener acceso a ésta con normalidad. Cuando un alumno, según recoge el propio Ryan para la BBC, preguntó a la profesora la distancia a recorrer hasta el pozo más próximo, la respuesta sobrecogió a nuestro protagonista.
Así recuerda hoy Ryan aquel día: "Recuerdo que otro alumno preguntó cuánto tenían que andar para llegar a un lugar con agua potable y ella respondió cinco mil pasos", relata por teléfono Hreljac, que hoy tiene 21 años, en la entrevista para la citada emisora.
"Conté los pasos que yo tenía que dar desde el aula a la fuente más cercana y eran solo diez".
A partir de ese momento una obsesión se apoderó de su vida: llevar agua a África y quitar la sed a cuantos pudiese.
Ryan preguntó a su maestra cuánto costaría llevarles agua a esas personas y la maestra, inicialmente sorprendida, lo pensó un poco y recordó que una organización denominada WaterCan se dedicaba a ese tema y le dijo que un pequeño pozo podía costar unos 70 dólares. A partir de ese momento ese niño entró en una carrera para conseguir el dinero que permitiese llevar agua a África. Así, cuando llegó a su casa fue directo a su madre Susan y le dijo que necesitaba 70 dólares para comprar un pozo para los niños africanos. Su madre le dijo que debía ganárselos él mismo y le fue poniendo tareas en casa con las que Ryan se ganaba algunos dólares a la semana. Finalmente reunió los 70 dólares y pidió a su madre que lo acompañara a la sede de WaterCan para comprar su pozo para los niños de África. Cuando lo atendieron le dijeron que lo que costaba realmente la perforación de un pozo eran 2000 dólares. Susan le dejó claro que ella no podía darle 2000 dólares por más que limpiara cristales para toda la vida, pero Ryan no se rindió. Le prometió a aquel hombre que volvería… y lo hizo.
La decepción inicial se convirtió en un gran desafío y una feroz lucha por conseguir reunir esa cantidad tomó cuenta de la vida de este joven canadiense. Hreljac explica que empezó a pedir ayuda y poco a poco fue ganándose el favor de los que le rodeaban.
"Primero se sumaron mis amigos y mis padres (un policía y una funcionaria regional), luego mis compañeros de clase, luego toda la escuela, más tarde la escuela cercana...".
El entusiasmo de Ryan se fue contagiando paulatinamente a todos aquellos que cercanos a él y así fue expandiéndose hacia los amigos de sus amigos, los conocidos de sus conocidos hasta finalmente consiguir su objetivo: reunir los 2000 dólares necesarios para abrir un pozo en algún lugar de África y mitigar la sed de su población.
Con el dinero recaudado volvió a WaterCan, poco más de un año después de su primera visita, y hoy la Escuela de Primaria Angolo, en el norte de Uganda, debe al esfuerzo de este muchacho disponer de un pozo donde pueden beber sus alumnos y otras personas de la zona.
Un par de años más tarde, con el pozo ya construido, los padres de Ryan hicieron un gran esfuerzo económico para llevar a su hijo a conocer su pozo y a los niños que saciaban su sed en él.

Ryan Hreljac. Ryan Hreljac.

Cuando Ryan llegó a Uganda quedó sobrecogido con las imágenes que aparecían en sus retinas y al percibir "in situ" el éxito del esfuerzo colectivo por conseguir aquellos primeros 2.000 dólares, tomó una decisión que transformaría su vida: luchar por crear nuevos pozos en África, y de esta manera surgió el embrión de lo que hoy es Ryan's Well Foundation.
Esta ONG ha ayudado a construir más de 600 pozos y se calcula que ha facilitado el acceso al agua potable a unas 700.000 personas en unos 20 países, fundamentalmente en África y en la devastada y olvidada Haití. 
"Era enero de 1998 y, por entonces, pensaba que todos los chicos del planeta estarían haciendo lo mismo que yo, viviendo igual que yo, aquí en Canadá, cuando un día nuestra maestra nos propuso hacer un proyecto solidario para ayudar a chicos que vivían en países donde carecían de muchas de las cosas de las que nosotros disfrutábamos todos los días"  "...así hasta que dijo ‘70 dólares para un
pozo de agua’. ¿Agua? ¿Cómo alguien podía necesitar agua? Ella nos explicó, entonces, que muchos chicos en África se enfermaban y hasta morían porque no tenían acceso al agua potable, y que debían caminar varias horas para conseguirla. La historia me dejó sorprendido y enfadado. Pensé en todas esas cosas para las que se necesita el agua, y no pude imaginarme cómo había personas que tenían que vivir sin ella. No podía sacarme la idea de la cabeza; tenía que conseguir esos setenta dólares", cuenta Ryan (fuente http://www.ryanswell.ca/media/107285/por%20el%20mundo.pdf).

Temas relacionados Rachel Beckwit, la niña que llevó agua a África.

3 comentarios:

  1. Excelente labor, y mas cuando es hecha por prácticamente un niño , Niños y personas como Ryan es que necesita este mundo ,hoy en día las personas están es pendientes que si de la computadora, en el caso de los adolescentes ,y los adulto ,en el dinero negocios sucios droga guerra y corrupción, así no se construye un planeta, debemos seguir el ejemplo de este niño y preocuparnos mas por las necesidades de esos pueblos tan pero tan pobres que ni siguiera tienen agua que tomar, también quiero hacerle un llamado a esos países por decir ricos, que se preocupen también por estos casos , .con lo que invierten en guerras y lo que se roban a nivel de políticos, "corrupción" les garantizo que por lo menos se acabaría el problema de áfrica y de todos los países en estas circunstancia en un 75 por ciento, amigos y no les miento saquen cuenta y verán que no les miento..

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    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu participación. Realmente las vidas de personas como Ryan, o Rachel Beckwith, de quien ya escribí en este blog, así como de otros miles de personas anónimas son un ejemplo de vida, y un motivo para luchar contra la corrupción que nos rodea, independientemente del país donde vivamos.
      Y estás totalmente cierto en tu comentario, si se distribuyese un poco mejor la riqueza, la pobreza disminuiría a niveles mínimos en todo el mundo.
      Pero para eso se debe atacar las estructuras económicas y políticas que controlan el poder.

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  2. Excelente labor. mas hermoso k venga de un niño a otro niño fascinante. De ahora en adelante seguire tu blog. felicidades.

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