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miércoles, 16 de enero de 2013

Mujeres, marcadas desde el nacimiento (II)


World Economic Forum (Foro Económico Mundial) publicó a finales del pasado año un interesante estudio con el título: The Global Gender Gap Report 2012 (Informe Global sobre las Diferencias de Género 2012),  con datos de un total de 135 países -que concentran el 90% de la población mundial- a través de 14 indicadores para conocer las condiciones de igualdad para las mujeres en estos países.
A principios del mismo año el periódico británico The Independent, bajo el título: Revealed: The best and worst places to be a woman (Los mejores y peores lugares para ser mujer), publicó un interesante reportaje firmado por varios articulistas sobre el mismo tema en la víspera del Día Internacional de la Mujer.
En el mismo compuso una lista de los países donde vive mejor una mujer. Esta lista fue elaborada sobre datos relativos a los derechos de la mujer, la calidad de la sanidad pública, el acceso a la educación, la oportunidad de hacer la carrera y además, la participación de las mujeres en la vida política, cultural y social del país. 
La lista estaba encabezada por Islandia. En este país las mujeres -casi al mismo nivel que los hombres-  gozan de todo un amplio espectro de oportunidades para hacer carrera en las empresas, la política y en la esfera cultural de la vida social. En el otro extremo de la lista -o sea en el furgón de cola- se encuentra, el país árabe Yemen, donde las mujeres no tienen casi ningún derecho -muy interesante el libro "El coche de Intisar" de Pedro Riera basado en entrevistas a mujeres yemeníes- y cuya situación es peor -un año después- que antes de la sublevación contra el presidente Ali Abdullah Saleh (renunció al cargo el 27 de febrero de 2012) producto de la crisis humanitaria que asola el país, según informa la ONG Oxfam Internacional. Para dicha organización "la situación de cuatro de cada cinco mujeres en el país se ha deteriorado durante el último año". El informe, que ofrece una perspectiva negativa del futuro de las mujeres en el país, continúa diciendo "Aunque la transición a la democracia está en marcha, las esperanzas de una vida mejor para las mujeres son cada vez menores".
Otro país donde ser mujer significa vivir en condiciones de total desigualdad es Afganistán. En este país las mismas tampoco pueden aspirar a obtener una razonable calidad de vida, ya que un 90% de ellas son analfabetas y en un 85% de los casos ni se les concede asistencia médica durante el parto. 
Si usted -que me lee- es mujer y nace en Ruanda (país que vivió un drama genocida en 1994) puede aspirar a hacer carrera política, según informa The Independent en el reportaje, pues casi la mitad de las sillas del parlamento y un tercio de los cargos ministeriales son ocupados por mujeres, siendo con diferencia el país con mayor porcentaje de mujeres parlamentarias en el mundo.
Para la oposición al régimen de Paul Kagame (actual Presidente del país, procesado por jueces en Francia y España por crímenes de genocidio, de guerra, de lesa humanidad y de terrorismo) "El régimen ruandés presenta a menudo a su Parlamento, con un 50% de mujeres, como signo de fomento del papel de las mujeres y del respeto hacia ellas. Sin embargo, continúa apoyando rebeliones en las que la mayoría de las víctimas son mujeres y niños, y durante las cuales la violación se utiliza como arma de guerra".
En este país el 77% de los jóvenes entre 15 y 24 años -independientemente de su sexo- sabe leer y escribir, según datos de UNICEF, inclusive la matriculación en primaria es superior en las niñas (97%) que en los niños (95%). Este porcentaje disminuye y cambia su tendencia a partir del inicio de los estudios de niveles superiores.
Para la fundadora de la organización Rwandan Women in Action, Norah Bagirinka, "La mujer en Ruanda está verdaderamente marcando la diferencia y eso se puede ver en el cortometraje "Dios duerme en Ruanda". Después del genocidio, las mujeres pasaron a ser el 70 por ciento de la población. Aun cuando no tenían la experiencia adecuada -cerca del 49 por ciento de las mujeres eran analfabetas-, empezaron en los niveles comunitarios y están logrando el cambio".
A pesar del terreno ganado en el campo político -en un país que lucha por salir de entre los considerados como menos desarrollados del mundo en cuanto a igualdad de oportunidades- la pobreza, violencia de género y VIH/sida amenazan a las ruandesas que intentan cerrar las heridas de un genocidio que las tuvo como blanco, y acabar con una tradición que pisotea sus derechos en la calle y en la casa. 

Pauline Nyiramasuhuko, testificando durante el juicio.
Pauline Nyiramasuhuko, exministra ruandesa de la Mujer, condenada a cadena perpetua por supervisar y ordenar el asesinato de Tutsis y permitir la violación de miles de niñas y mujeres en Ruanda durante la guerra de 1994 que acabó con la vida de más de 800.000 personas.

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