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jueves, 24 de enero de 2013

España, la tristeza de un país en decadencia

¿Es España un país en decadencia?. Un país en el que la inmensa mayoría de sus ciudadanos/as son hombres y mujeres que sólo aspiran a tener una vida decente, que se resume en trabajar para vivir y que el producto de su trabajo les permita, no sólo un nivel de subsistencia decoroso, sino la posibilidad de conseguir unas ciertas actividades de ocio que les satisfagan y les permita disfrutar del tiempo de descanso. Así mismo estos ciudadanos aguardan que su contribución a la solidaridad y mejora de un país común, vía pago de impuestos, se vea traducida en un estado donde exista una política de igualdad de oportunidades para ellos y sus hijos.
Ese sueño de la igualdad de derechos y oportunidades se desvanece paulatina y diariamente ante nuestros ojos debido a la pasividad e incompetencia de los dirigentes en diversas esferas del país. Con sus políticas sociales, su alto nivel de corrupción, su incapacidad manifiesta en la toma de decisiones desde el Gobierno y otras instancias, al igual que el muro de Berlín pero menos poéticamente, van resquebrajendo el estado del bienestar duramente conseguido a través de años de esfuerzo, trabajo y lucha de los ciudadanos españoles. 
Tras la famosa transición democrática, proceso por el cual se dejaron atrás 40 años de dictadura -tras la muerte del general Francisco Franco-, España entra en una vorágine -con su traca final en los días de hoy- bochornosa y vergonzosa que tiene como principales protagonistas -se quedaron con todos los papeles principales- a políticos, banqueros y empresarios acompañados por una trope de asesores, familiares y amigos colocados, con absoluto descaro y desprecio de cualquier ética, en administraciones y empresas públicas o privadas, fundaciones, etc, que se treparon a la causa común de la corrupción y el trapicheo, con independencia de sus -supuestas- ideologías e independientemente del abanico de partidos que conforman la política española y todos con un objetivo claro: evitar que se seque la teta de donde maman aunque eso signifique perjudicar a todos los ciudadanos que forman parte de la otra España.
Ese país ha vivido por encima de sus posibilidades durante mucho tiempo, los políticos han malgastado el dinero de forma irresponsable y los gobiernos de las diferentes regiones -comunidades autónomas- que forman el mismo se han preocupado exclusivamente de ir en cabeza en una suicida carrera por ver quién tenía la infraestructura más cara y moderna, sin preocuparse por si era útil, tenía demanda y, sobre todo, si se podía pagar, como el centro de artes y cultura de Alarcón (Madrid), los aeropuertos de Castellón o Ciudad Real, el centro cultural de Galicia, etc. Parece que cada alcalde, presidente de comunidad autónoma, y otros quería su propio Guggenheim.
Ahora España alcanzó un nuevo récord histórico de desempleo -el último trimestre de 2012  superó el 26% de la población activa y el 55% entre los jóvenes- mientras el país sigue sumido en una recesión y un esfuerzo de austeridad sin precedentes. El aumento del paro es particularmente dramático entre los jóvenes, con un 55,13% de los españoles activos entre 16 y 24 años sin trabajo, respecto al 52,34% de hace tres meses, pero no podemos olvidar al millón de desempleados mayores de 50 años. El número de hogares españoles en los que ninguno de sus miembros con capacidad de trabajar tiene posibilidad de hacerlo también aumentó en 95.800 y se situó en 1.833.700, lo que supone más de uno de cada diez hogares en esta situación.
Y es que la situación de España es esa, se ha reducido a nada por la falta de ingresos y por las obligaciones de sus pagos excesivos. Y ante esa situación aparecen los discursos centrados en las amenazas, el miedo, el temor y, claro está, el discurso demagógico de políticos y grandes empresarios sobre los grandes beneficios que la política de austeridad, la reforma laboral, etc. van a implicar para el pueblo español en el medio plazo. La pregunta es ¿para qué sector del pueblo español?. Evidentemente colocar al pueblo bajo la amenaza de la espada -caos económico y social- es más fácil que reconocer la incapacidad de sacar adelante una situación realmente complicada, es más simple que decirle al pueblo: "ayudadnos pues lo hemos hecho tan mal que ahora no sabemos como salir y necesitamos vuestra ayuda" y en consecuencia admitir su fracaso político.
Para el 2013 las perpectivas no son más halagüeñas "El Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó hoy ligeramente a la baja las previsiones económicas de España, que apuntó supondrá para este año una caída del crecimiento de -1,5 % y un incremento del PIB del 0,8 % en 2014, en su informe actualizado de 'Perspectivas de la Economía Mundial'".  Ante esta perspectiva surge la omnipresente voz del ministro de economía del gobierno Rajoy, Luis de Guindos, quien ante la comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara volvió a insistir en los “signos positivos” para la recuperación y aseguró que las peores expectativas de los organismos internacionales “no están escritas en bronce”. 
Mientras, los españoles esperan, entre tenebrosas y lúgubres pesadillas de caos y desastres económicos, que emerga el enésimo caso de corrupción en el país. 

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