La funcionaria afirmó que el impacto sería diferente entre los "países emergentes sólidos, que tienen espacio para maniobrar, y en aquellos que no han construido este margen ni introducido una serie de medidas económicas o presupuestales".
Los mercados emergentes han visto una liquidación grande en días recientes ante preocupaciones de que el ajuste causaría tensión en las economías que dependen excesivamente de los ingresos de capitales extranjeros.
El presidente saliente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, le dejó una suerte de regalo a su sucesora Janet Yellen y a los llamados mercados emergentes, entre ellos, muchos países de América Latina con la reducción del estímulo financiero anunciada en diciembre, que pasa de los 85.000 millones de dólares mensuales del año pasado a 65.000 millones actuales. Al mismo tiempo, el crecimiento en las economías de mercados emergentes se ha desacelerado. Esta confluencia está generando tensión, y las economías de mercados emergentes se enfrentan al doble reto de la desaceleración del crecimiento y el endurecimiento de las condiciones financieras mundiales.
Las economías de los países en desarrollo se han ralentizado tras la espectacular recuperación de la crisis mundial de 2008/2009 y ya crecen por debajo de lo previsto el pasado año. Muchas de ellas han sufrido fuertes devaluaciones de sus divisas en los últimos tres meses y sus mercados de valores están cayendo con fuerza.
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La economía mundial comenzó 2014 en su mejor forma desde antes de la crisis financiera global de 2008, gracias a la recuperación en Estados Unidos y el Reino Unido, la capacidad de repunte económico de China y señales de estabilidad en la zona euro.
Sin embargo, recientes tensiones en Turquía y otros países como Sudáfrica y Argentina han dado lugar a fuertes caídas en los mercados mundiales de renta variable, reviviendo temores de un contagio financiero que podría descarrilar la expansión.
Oscar Ugarteche, autor de la obra "La arquitectura financiera internacional" y coordinador del Observatorio Latinoamericano, indicó a BBC Mundo que hay dos vías por las que la nueva política monetaria está afectando a América Latina.
Por un lado, explicó, "hay un reflujo de los capitales de corto plazo que se habían ido a países en desarrollo para especular con las tasas de interés y la cotización de las monedas en momentos en que Estados Unidos y el mundo desarrollado no ofrecía rentabilidad a sus inversiones".
Por el otro, dijo que se está evaporando la especulación en torno a las materias primas, que había subido sus precios en un 50%.
En el terreno de las materias primas, baluartes del crecimiento latinoamericano de la última década, los metales cayeron casi un 12% en los últimos 12 meses, el cobre un 10%, la soja un 22,3%, el café un 27%.
En un mundo globalizado otro de los peligros es el contagio, por ese espíritu de manada que suele regir entre los inversores, ayudado por la rápida simplificación con que distintos países son etiquetados y empaquetados con el mismo rótulo de "riesgosos".
Sucedió con la crisis de México de 1994, las consecuencias económicas de la misma se denominaron "Efecto Tequila", la crisis asiática de 1997 y la rusa de 1998.
Esta crisis no es diferente. El "jueves negro" del peso argentino la semana pasada fue uno de los disparadores de la depreciación de la moneda en Turquía, Indonesia, India y varios países latinoamericanos.
Uno de los misterios es si este contagio se va a disparar hacia el mundo desarrollado provocando una crisis global.
"Algo de eso estamos viendo con la caída de los mercados bursátiles del mundo desarrollado. La realidad es que los mercados bursátiles de los países ricos están desalineados respecto al crecimiento del producto interno bruto, es decir, están viviendo una burbuja bursátil", indicó a BBC Mundo Ugarteche.
Menos crecimiento y más inflación no es precisamente la combinación ideal para unos países con unas clases medias aún en proceso de consolidación y en los que la pobreza todavía afecta a centenares de millones de personas.
Pero el peligro es global. Un estornudo del mundo desarrollado tiene el potencial de provocar un resfrío o algo peor en el planeta.
La presión sobre las monedas de América Latina y de los llamados "mercados emergentes" ha llevado a un aumento de las tasas de interés para volver más atractiva la divisa local y frenar la marcha de los capitales de corto plazo o la búsqueda de refugio en el dólar.
El presidente del Banco Central de Brasil Alexandre Tombini, que elevó este enero la tasa de interés a un 10%, alertó sobre la amenaza que se cierne sobre los países en desarrollo.
"Tenemos que contener la aspiradora de dinero del mundo desarrollado", dijo Tombini este lunes.
La subida de la tasa de interés es un recurso de última instancia -encarecer el precio del dinero para consumidores y productores- que han emprendido en los últimos días Turquía, India y Sudáfrica.
El resultado es incierto y tiene sus riesgos.
En Turquía el gobierno prácticamente dobló las tasas de interés y después de una breve recuperación el valor de la lira volvió a desplomarse. Algo similar pasó con el rand de Sudáfrica.
Pero el margen de maniobra no es muy grande: o se permite que la moneda se deprecie con el consiguiente riesgo de una disparada inflacionaria por el aumento de las importaciones o se incrementa la tasa para atraer capitales especulativos que sostengan el valor de la divisa.
"Chile y Perú necesitarían en realidad bajar las tasas de interés para estimular el crecimiento, pero no pueden exponerse a hacerlo", señala Neil Shearing de Capital Economics, para la BBC.
El encarecimiento del dinero -aumento de las tasas de interés- frena el consumo y es particularmente cruel con los deudores que de la noche a la mañana ven aumentar el costo de los préstamos contraídos, todo lo cual puede tener un desestabilizador impacto social y político sobre todo en los países que tienen elecciones este año, como Brasil, India, Indonesia, Turquía y Sudáfrica.
"Es un pésimo comienzo de año. Los países en desarrollo van a perder capacidad importadora por la depreciación de sus monedas; y la tasa de crecimiento, que ha sido relativamente alta, se va a reducir a niveles europeos, del 0,5% o 1%", vaticinó a BBC Mundo Oscar Ugarteche.
La era del dinero barato ha impulsado el crecimiento de los países en desarrollo y ha atraído hacia ellos capitales especulativos que huían de los bajos rendimientos en EE UU y buscaban mayores beneficios. Además, Gobiernos y empresas de países emergentes se han financiado durante años a tipos de interés muy bajos y en dólares estadounidenses.
Turquía podría ser un referente para otros mercados emergentes que tratan de combatir la fuga de capitales y el aumento de la inflación sin paralizar sus economías a través de excesivas alzas de tasas de interés. Sudáfrica, por ejemplo, se enfrenta a una mezcla similar de crecimiento débil e inflación alta, lo que presiona a su banco central a elevar las tasas de interés.
"No
tienen por delante una tarea fácil", dijo Nariman Behravesh, economista
jefe de la consultora IHS Global Insight, en referencia a los bancos
centrales en los mercados emergentes. "No están en una posición
envidiable".
Turquía se enfrenta, respecto a Latinoamérica, con un problema adicional: Un primer ministro que ha denunciado que la subida de las tasas de interés es una medida "anti-islámica".
Alejandro Werner, director para el Hemisferio Occidental del FMI, en una rueda de prensa en Washington, Estados Unidos, reconoció que "el panorama (para América Latina) es muy incierto".
En ese sentido, el Fondo Monetario Internacional (FMI) auguró ayer jueves un agitado 2014 para la economía latinoamericana donde se conjugarán "más turbulencias" financieras, una "moderación" de los precios de las materias primas y un "reequilibrio" de la economía de China, principal socio comercial de la región en la última década.
México y las economías de Centroamérica y el Caribe, fuertemente vinculadas a Estados Unidos, verán un repunte debido al buen momento de la primera economía mundial, indicó Alejandro Werner, en rueda de prensa.
Mientras Brasil se situará a la cola del grupo, ya que prevé un crecimiento aún restringido por la falta de inversión, que será del 2,3 % en 2014, prácticamente sin cambios respecto a 2013. Por otro, ubica a Argentina y Venezuela, que encaran un panorama "menos favorable" debido a las presiones "sobre la inflación, la balanza de pagos y los mercados cambiarios" que han venido sufriendo en los últimos meses.
Aunque Paraguay podría ser el país de mayor crecimiento en latinoamérica, un 4,8%, según explica el corresponsal de BBC Mundo en Washington, Thomas Sparrow, el FMI aprovechó la visita al país para recomendar que fortalezca la planificación de la inversión pública y la capacidad de regulación del gobierno.
Así mismo, el FMI explicó en su comunicado de prensa que el principal desafío que enfrenta Paraguay es mejorar el desarrollo social y económico, pues "ha quedado rezagado con relación a la región, en medio de debilidades estructurales e institucionales generalizadas".
Turquía se enfrenta, respecto a Latinoamérica, con un problema adicional: Un primer ministro que ha denunciado que la subida de las tasas de interés es una medida "anti-islámica".
Alejandro Werner, director para el Hemisferio Occidental del FMI, en una rueda de prensa en Washington, Estados Unidos, reconoció que "el panorama (para América Latina) es muy incierto".
En ese sentido, el Fondo Monetario Internacional (FMI) auguró ayer jueves un agitado 2014 para la economía latinoamericana donde se conjugarán "más turbulencias" financieras, una "moderación" de los precios de las materias primas y un "reequilibrio" de la economía de China, principal socio comercial de la región en la última década.
México y las economías de Centroamérica y el Caribe, fuertemente vinculadas a Estados Unidos, verán un repunte debido al buen momento de la primera economía mundial, indicó Alejandro Werner, en rueda de prensa.
Mientras Brasil se situará a la cola del grupo, ya que prevé un crecimiento aún restringido por la falta de inversión, que será del 2,3 % en 2014, prácticamente sin cambios respecto a 2013. Por otro, ubica a Argentina y Venezuela, que encaran un panorama "menos favorable" debido a las presiones "sobre la inflación, la balanza de pagos y los mercados cambiarios" que han venido sufriendo en los últimos meses.
Aunque Paraguay podría ser el país de mayor crecimiento en latinoamérica, un 4,8%, según explica el corresponsal de BBC Mundo en Washington, Thomas Sparrow, el FMI aprovechó la visita al país para recomendar que fortalezca la planificación de la inversión pública y la capacidad de regulación del gobierno.
Así mismo, el FMI explicó en su comunicado de prensa que el principal desafío que enfrenta Paraguay es mejorar el desarrollo social y económico, pues "ha quedado rezagado con relación a la región, en medio de debilidades estructurales e institucionales generalizadas".
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