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sábado, 26 de abril de 2014

Bolivia, Militares de bajo rango se rebelan contra la estructura actual de las Fuerzas Armadas

Los soldados marcharon en La Paz (foto: AP)
Hay cerca de 10.000 sargentos y suboficiales en Bolivia. Foto: AP.
En Bolivia continúa creciendo la tensión después de que 702 militares de bajo rango fueran destituidos por las Fuerzas Armadas el jueves, acusados de "amotinamiento y sedición" por haber marchado en las calles en reclamo de "un trato igualitario".
Los 702 dados de baja se suman a otros 13, los primeros en ser separados esta semana de la entidad uniformada. 
Cientos de miembros de bajo rango de las Fuerzas Armadas de Bolivia marcharon el martes por las calles de La Paz para protestar por la destitución de cuatro suboficiales que piden cambios dentro del ejército.
Los militares no acudieron a sus cuarteles tras enterarse de las destituciones del lunes y se reunieron para marchar por las calles del centro de la ciudad en medio de aplausos de la gente al verlos pasar.
Las Fuerzas Armadas de Bolivia impusieron el retiro obligatorio a los cuatro suboficiales "sin derecho a reincorporación". Y "por romper la cadena de mando y desacato a la autoridad", según informaron medios locales.
El jueve el Alto Mando de las Fuerzas Armadas de Bolivia anunció el retiro obligatorio de 702 militares de bajo rango por "amotinamiento y sedición", después de varios días de protestas en La Paz.
La medida afecta a suboficiales y sargentos del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada, que se sumaron a una marcha por las calles de la capital, vestidos con sus uniformes para denunciar la destitución de cuatro suboficiales que piden cambios dentro del ejército.
A través de un comunicado, el Comando en Jefe de las Fuerzas Armadas acusó a los suboficiales y sargentos destituidos de "actos de sedición, motín, acción política" y de atentar "contra el honor de las fuerzas armadas".
Los soldados expulsados forman parte de un grupo de unos dos mil militares de bajo rango que durante los últimos días marcharon en las calles de La Paz, vestidos con sus uniformes, para denunciar una presunta discriminación en su contra y la destitución de un grupo de suboficiales que pedía cambios dentro del Ejército.
Oficiales bolivianos Los manifestantes, que convocaron más protestas, se quejan porque no pueden utilizar los mismos sanitarios que los oficiales, ni acceder a los mismos salones. También aseguran recibir una peor atención médica en los hospitales militares que los uniformados de mayor rango.
Además, exigen acceso a cursos de posgrado para poder ascender de rango, ya que en la actualidad solo pueden aspirar a ser sargentos o suboficiales, y piden poder formar parte del Tribunal de Justicia que en la actualidad sólo puede ser integrado por los jefes militares.
Los suboficiales y sargentos aseguran que en la constitución del país hay un principio de "descolonización" que no está siendo aplicado dentro de la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas (LOFA).
En Bolivia, los militares de bajo rango estudian tres años para ser sargentos y luego suboficiales, pero no pueden ascender de ese nivel.
"No tenemos derecho a superarnos, quieren que nos quedemos siempre abajo", le dijo a AP Jhonny Félix Gil, presidente de la Asociación Nacional de Suboficiales y Sargentos (Ascinalss), y uno de los destituidos.
Y aseguró que sus peticiones son para "no quedarse en ese nivel de por vida".
El comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, Víctor Baldivieso, afirmó el jueves por la noche durante una conferencia de prensa que "la discriminación no es pretexto para la sedición y promover un intento de golpe de Estado".
Pero ¿se trata de un alzamiento, como afirman las autoridades castrenses, o un simple reclamo laboral?
Para el experto en seguridad y fuerzas armadas de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) Adam Isacson, no hay elementos para calificar estas protestas como actos de sedición.
"No es un acto de traición ni una acción que busca debilitar al Estado o derrocarlo", dijo a BBC Mundo.
Indígenas en apoyo a los militares subalternos en El Alto
Autoridades indígenas respaldan a los subalternos.

Sin embargo, Isacson consideró que sí puede ser considerado un motín, ya que los militares no tienen derecho a realizar protestas y por ende se están sublevando y rompiendo los códigos militares y la Constitución.
Quienes no dudaron en considerar las protestas como un "intento de golpe de Estado" fueron las organizaciones sociales cercanas al gobierno, que convocaron para el 1 de mayo una marcha para rechazar los reclamos.
"Convoco a todas las organizaciones departamentales, regionales y provinciales a concentrarnos en la ciudad de La Paz para ratificar la unidad del país, para no permitir ningún golpe de Estado", anunció este viernes el secretario ejecutivo de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, Damián Condori.
Por su parte, la Central Obrera Boliviana (COB) y la Coordinadora Nacional por el Cambio (Conalcam), aseguraron a través de un documento que las protestas tienen objetivos y fines "contrarrevolucionarios".
"Están tratando de confundir al pueblo boliviano, utilizando bonitos discursos (democratización, descolonización) para alcanzar fines y objetivos contrarrevolucionarios como son la desestabilización del proceso de cambio que vive el país, del Gobierno del compañero Evo Morales, a través de la ruptura del mando constitucional y la disciplina al interior de las Fuerzas Armadas", afirmaron.
También la oficial Agencia Boliviana de Información calificó las protestas como "intentos de desestabilización".
Sin embargo, el presidente, Evo Morales, se mantuvo al margen del conflicto y apenas se refirió indirectamente a las protestas este viernes.
"Siento que la disciplina y la doctrina de las Fuerzas Armadas son tan importantes para nuestra querida Bolivia", declaró durante un acto en conmemoración por el 123 aniversario de la reapertura del Colegio Militar de Ejército, en La Paz.
"Si no hay disciplina no hay Fuerzas Armadas para Bolivia, si no hay doctrina del pueblo en las Fuerzas Armadas no hay Fuerzas Armadas para el pueblo de Bolivia", completó.
Imagen de la manifestación de los militares. AP.
La demanda de los sargentos y suboficiales, que pueden llegar a ser unos 10.000 uniformados, representa un dilema para el mandatario, el primero de origen indígena en la historia de Bolivia.
Es que el principal reclamo de quienes protestan es que se "descolonice" la institución castrense, que en la actualidad cuenta con muy pocos oficiales de origen indígena.
"La mayoría de los oficiales son mestizos o de descendencia europea, mientras que los militares de bajo rango son casi en su mayoría quechuas o aymaras", señaló el experto.
Muchos reconocen que en las fuerzas armadas se discrimina a los estamentos más bajos, una situación que es similar en muchos países de la región en donde los soldados de rango menor suelen ser de sangre indígena.
Incluso el ministro de Defensa, Rubén Saavedra, admitió que hay desigualdades pero aseguró que la situación está cambiando y que en 2015 los sargentos y suboficiales accederán a becas para estudiar en las mismas condiciones que los oficiales.
Saavedra también dijo que hace meses se conformó una comisión militar compuesta por oficiales, suboficiales y sargentos, que trabaja en un proyecto para modificar la Ley Orgánica de las FF.AA., otro de los reclamos de la protesta.
Según Isacson, la dificultad para el gobierno es que no puede realizar demasiadas concesiones a los militares de bajo rango sin generar tensiones con los altos mandos.
El experto también vinculó las demandas con el reciente aumento del salario mínimo y dijo que la protesta se da en el contexto de la contienda preelectoral por los próximos comicios generales de octubre.
"No somos pocos, somos miles" vociferaron los manifestantes por las calles de la Paz, y a ellos se unieron miles de campesinos aymaras.
En Bolivia hay unos 10.000 militares de bajo rango, de un total de casi 40.000 miembros de las FFAA.
El país está viviendo una de las peores crisis de las Fuerzas Armadas después de que en 1952 fuera desarticulado el Colegio Militar, que forma a oficiales, por una revolución nacionalista que identificó a la institución como enemiga de los movimientos populares.
El instituto fue repuesto años después con nuevas reglas, aunque nunca dejó de ser elitista y propicio en las décadas de los 60,70 y 80 golpes de estado contra gobiernos elegidos democráticamente.
Ayer viernes en un centro de La Paz totalmente colopsado podía distinguirse a los suboficiales y sargentos militares, que volvieron a las calles reclamando la urgente aprobación de la "ley de descolonización de las Fuerzas Armadas", y por otro, marcharon representantes del Magisterio Urbano de la capital boliviana, que rechaza el currículo escolar planteado por el Ministerio de Educación.
Vestidos con sus uniformes de campaña y en compañía de sus esposas, los militares tomaron las calles desde las instalaciones del Ministerio de Defensa y cumplieron su quinto día de protesta, pese a las 702 bajas que dispuso el Alto Mando Militar el jueves.
Esta es la primera huelga de militares en Bolivia. Los huelguistas sostienen que los oficiales de rango superior tienen trato preferente en estudios y en condiciones laborales, lo que para ellos es discriminatorio porque va contra la constitución que consagra un Estado Plurinacional con igualdad de derechos para todos.
Imagen de la protesta de los militares. Reuters.
Los oficiales se forman en la academia militar a la que generalmente acceden clases medias y sectores con mejores ingresos económicos. Sargentos y suboficiales, que en una mayoría son migrantes de origen indígena y de estratos sociales pobres, se forman en la Escuela de Sargentos.
El ministro de Defensa, Rubén Saavedra, restó importancia al movimiento de los cerca de 10.000 suboficiales y sargentos. Además sostuvo que la protesta es una acción política contra el gobierno de Evo Morales. 
Mientras los maestros desbordaron La Paz al cortar el tránsito y generar varios cortes de calle, lo que impidió la movilización de los transeúntes. Según el dirigente gremial José Luis Álvarez, el nuevo currículo afecta la calidad de la educación escolar al incorporar las asignaturas de Artes Plásticas, Inglés y Aymara, pero sin incrementar la carga de 88 horas. Y a ello se suma que estas materias deban ser dictadas por los mismos maestros y no por profesores especializados. 
Los militares insisten en sus exigencias originales, han reclamado la restitución de los camaradas expulsados y niegan que su protesta sea política o financiada por la oposición. También han solicitado ser recibidos por el presidente, haciendo notar que la mayoría de ellos son de "sangre indígena", aimaras como Morales (frente a una oficialidad criolla). "El hermano presidente ha sido soldado y hoy es capitán general de las Fuerzas Armadas. Lo único que pedimos es que nos escuche", declaró el suboficial Freddy Sucojayo, uno de los líderes de la rebelión.

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