El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha certificado en sus
reuniones de esta primavera que los mercados emergentes no parecen las
estrellas del rock de hace poco.
Las previsiones de crecimiento de estos emergentes han vuelto a bajar
en el informe de perspectivas globales del organismo con sede en
Washington. El tirón previsto para América Latina se ha encogido en
cuatro décimas desde enero, del 2,9% al 2,5% y lo estimado para la
primera potencia de esa región, Brasil, ha caído medio punto, hasta el
1,8%.
Rusia ha sufrido la mayor corrección a la baja, de seis décimas,
hasta el 1,3%, y la incertidumbre respecto al conflicto con Ucrania
puede empeorar el panorama si se concretan sanciones económicas. China,
llamada a convertirse a largo plazo en la primera economía del mundo, no
ha visto menguar sus perspectivas en los cálculos del FMI, pero sí ha
reducido su pujanza exportadora, tiene problemas crediticios y el
aumento de su PIB baja del 7,7% de 2013 hasta un pronóstico del 7,5%.
Sin los abundantes ingresos derivados de las exportaciones de commodities (materia prima), y con su principal mercado para esos productos, China, desacelerando en su desarrollo, América Latina tiene para este año un crecimiento proyectado del 2,3%. Esta baja previsión, divulgada por el Banco Mundial durante su reunión anual de primavera, en Washington, contrasta fuertemente con las tasas de crecimiento, entre 5% y 7%, registradas en los años anteriores, inclusive durante la gran recesión en Europa y Estados Unidos.
El pasado año el crecimiento medio no superó el 2,5%.
Pasados "
los años del gran boom de las commodities", en palabras del economista jefe del Banco Mundial para América Latina, Augusto de la Torre, "
parece que la región está estancándose". Para añadir a continuación, "
Será esa desaceleración apenas la parte más baja del ciclo económico, o estamos entrando, como dicen los analistas de Wall Street, en un nuevo parámetro de normalidad y con ello un crecimiento de bajas tasas".
Las siglas BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que aludían, hasta ahora, a las economías más boyantes del mundo,
capaces, según muchos, de tomar el testigo de Europa, Estados Unidos y
Japón, como líderes del crecimiento. Sus datos macroeconómicos crecían a
ritmo de dos dígitos y sus Bolsas lo agradecían llenándose de
inversores extranjeros, parecen que no tendrán en el futuro la misma importancia que tuvieron en el pasado más cercano.
Pier Carlo Padoan, economista de la OCDE, dice respecto a las previsiones de crecimiento de la economía mundial, "
Hemos reducido nuestra proyección por muchas razones, pero la principal
es la desaceleración del crecimiento en los países emergentes".
"Los BRICS han sido grandes maquinarias de crecimiento, estaban tirando del mundo, pero ahora se están desacelerando", dijo el mexicano Ángel
Gurría, el secretario general de la organización. Y apuntó que otra de las razones
detrás de esto es, en parte, los temores existentes de que una mejora en la
economía estadounidense signifique el fin del crédito barato.
Otro factor a tener en cuenta es que con el inicio de la recuperación económica en Estados Unidos y Europa, la tendencia será el inicio de una normalización financieran en los países más desarrollados, eso deberá implicar una futura reorganización en la distribución de capitales entre los países más ricos y otros menos desarrollados.
En el relatorio del Banco Mundial, presentado el pasado 9 de abril, Brasil recibe una proyección de crecimiento del 2%, menor que la medio regional y que de otras importantes economías de la región como México (3%), Chile (3,5%), Colombia (3,5%) o Perú (5,5%), y muy lejos de la estrella, en esta nueva fase, Panamá (7%), aunque superior a Venezuela, cuyos conflictos internos puede provocar que su economía no crezca más de un 1%.
Desde 2009 el 75% de todo el crecimiento mundial se ha debido a
este club variopinto, conocido como los BRICS, con gran recorrido por delante y numerosa
población como únicos denominadores comunes. Pero en una de las
comparecencias de estas reuniones de primavera, el jefe de la división
de estudios mundiales del Fondo, Thomas Helbling, glosó en unas palabras
el sentir más generalizado sobre toda esa antes gloria y ahora
tribulaciones que irradian los BRICS: "Durante mucho tiempo los mercados
emergentes eran las estrellas de la economía global, con un crecimiento
robusto y mejores perspectivas de retorno. Eso ha cambiado y vemos
mejores perspectivas de retorno en las economías avanzadas, además de
unas perspectivas de normalización monetaria y, lo que es más difícil,
unos inversores que se han vuelto menos tolerantes al riesgo".
En estos momentos una cuestión es innegable: Las tasas de crecimiento para Brasil, Rusia, India y China están a la
mitad de lo que estaban antes de la crisis financiera, y por eso las compañías
están revisando cuidadosamente alternativas más allá de los Cuatro
Grandes emergentes.
Según un estudio entre grandes multinacionales muchas de ellas preven alejarse de los BRICS hacia otros mercados de crecimiento más acelerado, en el sentido de no aumentar sus niveles de exposición en esos países.
Entre 2014 y 2019, según el FMI, la economía de Nigeria crecerá un 62%
(Sudáfrica, un 18%), la octava tasa más elevada del periodo en una
clasificación que casi copan en sus primeras plazas los países
africanos, pero en la que también se cuelan algunos otros como Filipinas
(71,6%) y Panamá, que prevé concluir las obras de ampliación del Canal
en 2015, con un aumento de su actividad previsto del 59%.
En Latinoamérica destaca, además de Panamá, el avance de algunos países: Perú (40,5%), Bolivia (35,4%), Colombia (31%) y, en menor medida, México (22%).
Argentina (8,2%) y, sobre todo, Venezuela (2,5%), se quedan a la cola del crecimiento en la región.
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El ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega. |
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