Edificio abandonado cuyas instalaciones fueron ocupadas el 31 de marzo (AP). |
El sol apenas ha salido y los vecinos del asentamiento se despiertan con la noticia de la llegada de las tropas de choque. Un helicóptero sobrevuela el recinto de la empresa telefónica Oi, a pocos kilómetros del mítico estadio Maracaná.
"¡Esto es lo que pasa en el país de la Copa!", repetían constantemente en alusión al Mundial de fútbol que tendrá lugar en Brasil en 60 días.
Un vehículo de la Policía, un camión y un autobús que pasaban por el lugar y uno de los predios de la antigua planta fueron incendiados por los ocupantes del terreno Engenho Novo, lugar donde antes funcionaba la antigua empresa de telecomunicaciones de Río de Janeiro Telerj, reseñó Efe.
El operativo para expulsar a los ciudadanos de la perteneciente a la empresa telefónica Oi comenzó en horas de esta madrugada y se extendió durante toda la mañana, debido a la resistencia de los invasores y actos de vandalismo cometidos en el norte de Río.
Los incidente se desataron cuando uno de los líderes de la comunidad, conocida como "Favela de la Telerj", fue detenido al intentar oponerse a la acción de las fuerzas de seguridad.
Aunque no hay reportes oficiales de víctimas, el canal de televisión O Globo señaló que un menor de nueve años de edad y cinco policías fueron heridos durante esta acción de desalojo de la edificación, ocupada hace 12 días y bautizada con el nombre de favela da Telerj.
En una calle aledaña al edificio de Oi, las personas realizaron una manifestación y exigieron apoyo de la prefectura para contar con un techo donde dormir.
Numerosas familias ocupan los edificios de la antigua empresa Telerj desde el pasado 31 de marzo y, según los dirigentes del grupo, recurrieron a ello porque no pueden pagar el alquiler de una vivienda.
Una de las desalojadas, María Concepción se quejó de los gases lacrimógenos y spray de pimienta usados por los gendarmes para sacarlos del lugar, donde construyeron sus barracas.
No tengo donde residir, estaba alquilada en un cuarto con mis cuatros hijos por el cual pagaba de 800 reales (350 dólares), pero el dinero no alcanza, y por eso vine para este edificio, aseveró.
La proximidad del Mundial de Fútbol, de junio venidero, disparó los costos de alquileres en Río de Janeiro, así como se incrementó igualmente el pasaje del transporte público, lo cual origina malestar por el alto costo de la vida.
Un total de 1.650 policias, bomberos y fuerzas del Batallón de Elite participaron en esta operación que dejó al menos 15 personas heridas entre civiles, entre ellos 3 niños, y policías, así como más de 25 detenidos.
Según informa la prensa local durante los incidentes se produjo el saqueo de un supermercado y de diversas tiendas cercanas al local.
Cuando el ambiente estaba más calmado, un hombre que intentaba pasar por la calle cercada por los agentes recibió gas pimienta en pleno rostro sin haber hecho nada. Al momento, se oyen gritos de indignación de los vecinos y un agente saca una pistola y apunta a un grupo de jóvenes sin llegar a disparar.
La policía impidió el acceso de periodistas al lugar y detuvo a un reportero del diario O Globo, acción que fue condenada por la Asociación Brasileña de Periodismo Investigativo.
Una serie de hechos recientes de violencia en favelas de Río puso en tela de juicio la política de "pacificación" de la ciudad e inquietó a las autoridades estatales, que recibieron apoyo del gobierno federal con el envío de militares a la ciudad.
Según la policía en el local vivían unas 2.400 personas, pero de acuerdo con las estimaciones de los propios moradores, eran cerca de 6.000 los habitantes de esta nueva favela. Éstos ya estaban creando su conexiones de energía eléctrica y buscando agua en cisternas. La gran mayoría de los ocupantes justificaron la ocupación como una huida de los altos alquileres con los que tiene que convivir la población carioca debido a los próximos eventos deportivos que se celebrarán en Rio de Janeiro.
Según algunas autoridades, la invasión fue liderada por "profesionales" interesados en generar disturbios a dos meses de la Copa y seis de las elecciones presidenciales, regionales y legislativas de octubre.
"Queremos vivienda", gritaban ayer las personas que se resistían al desalojo y que negaron cualquier motivación política.
"Invadimos porque necesitábamos de un lugar para vivir. Invadimos aquí porque los cracudos (adictos al crack) ya habían ocupado el área, dormían aquí y robaban. El lugar estaba desocupado y nosotros necesitamos un lugar para vivir", dijo José de Souza, uno de los ocupantes.
El local estaba desocupado desde 1998, pero la imagen frente a la Copa está delante de los Derechos Humanos.
Un habitante de la 'Favela de la Telerj' con un colchón a cuestas, rodeado de agentes de la policía.
STRINGER/BRAZIL
REUTERS
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