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viernes, 24 de enero de 2014

Alemania, Un nuevo escándalo vuelve a manchar la imagen anticorrupción del país

 Premio Gelber Engel 2014 al Volkswagen Golf

Lo ha dicho de la forma más vulgar posible, pero sus palabras han sido totalmente realistas y claras, "He comido mierda". Con estas palabras reconoció el jefe de comunicación del Automóvil Club Alemán (ADAC), Michael Ramstetter.
Después de negar las acusaciones de la prensa alemana, el club automovilístico ADAC ha reconocido manipulación de datos en las encuestas de elección de coche del año. Por ese motivo, a diferencia de otros países, el responsable del departamento de Comunicación y el director de la revista de socios "Mundo del Motor" ya han presentado su dimisión y el Ministerio de Tráfico alemán exige una total clarificación de los hechos.
La mayor asociación automovilística en Alemania, la ADAC, que tiene 19 millones de miembros, confronta una fuerte crisis de confianza debido a la falsificación de sondeos de opinión durante años.
Con sede central en Múnic, el Allgemeiner Deutscher Automobilclub (ADAC) está considerado como el segundo más importante del mundo, únicamente superado por su versión estadounidense. Sus consejos al consumidor y servicios de todo tipo relacionados con la movilidad son una referencia imprescindible en este sector estratégico de la industria alemana y a través de sus filiales participa también en otros sectores como turismo y seguros.
La credibilidad de la organización ha caido en picado tras conocerse que el concurso para elegir "el coche preferido de los alemanes" tiene tongo.
El ADAC es una de las instituciones más respetadas en ese país, que es el mayor mercado europeo de automóviles. Los premios y valoraciones del ADAC pueden tener mucho impacto en las ventas de coches, que es lo que pasa cuando se tiene un nombre y hay confianza. Pero perder la confianza es muy fácil.
Todo se destapó cuando un diario alemán se hizo eco de una manipulación de votos. Al parecer, el director de comunicación del ADAC, Michael “Rambo” Ramstetter, infló la cifra de votos, recibidas por el Volkswagen Golf de 3.409 a 34.299 para que la encuesta tuviese más repercusión. Y lo ha conseguido, ahora el ADAC tiene una sombra enorme de sospecha sobre sus espaldas, así como los galardones de los últimos años.
El Allgemeiner Deutscher AutomobilClub (ADAC) se ha visto envuelto en un gran problema que le representará la total pérdida de credibilidad.
Para Ferdinand Dudenhöffer, profesor de economía aplicada a la automoción de la universidad de Duisburgo, "es una clara política de lobby". El club sigue manteniendo que premio es una "representación muy fiel de la opinión de nuestros socios". ¿Alguien se lo cree?.
Los directivos del club dicen que no sabían nada de las manipulaciones del jefe de comunicación, también que aunque se inflaron los votos, el sentido de los mismos no se alteró. El problema es que hay serios indicios de que no es el primer año que eso ocurre desde que se estableció el concurso en el año 2005.
Mientras algunos reclaman una nueva estructura en la organización, que puede haber falseado otros datos como los de reparaciones resueltas in situ, un 86%, otros dudan que algo pueda cambiar en la misma dado que es uno de los lobbies industriales más potentes de Europa, con unas relaciones muy fuertes en la política y en la economía.
ADAC-Hochhaus_Muenchen
Para todos es sabido que la industria alemana del automóvil, de la que el ADAC forma parte, es uno de los poderes fácticos que gobiernan tanto en Berlín como en Bruselas, sin necesidad de ganarse su espacio a través de los votos. Una organización que mueve una ingente cantidad de dinero y llega a determinar debates y legislaciones en materia de cinturones de seguridad, límites de velocidad o, como en el caso de la norma que Angela Merkel impuso en Bruselas a finales del pasado año, los niveles de emisiones.
De 80 millones de alemanes, 43.4 millones son automovilistas, de acuerdo con la Oficina Federal de Automotores, organismo del Estado que funciona en el marco del Ministerio de Transporte de Alemania.
La noticia de las cifras fraudulentas acaparó al inicio de esta semana la atención de gran parte de los medios de prensa debido al peso que tiene la ADAC en el país.
Este escándolo llega a la prensa tras saberse en octubre del pasado año que el partido de la canciller alemana, Angela Merkel, la Unión Cristianodemócrata (CDU), había recibido, dos semanas después de las elecciones generales, una donación de 690.000 euros de los principales accionistas de la compañía de automóviles alemana BMW.
La información transcendió el día después de que, en la reunión que congregó en Luxemburgo a los ministros de Medio Ambiente europeos, Alemania bloquease la iniciativa para limitar las emisiones de CO2 de los nuevos turismos a 95 gramos por kilómetro en 2020.
El portavoz en el Bundestag del partido de La Izquierda, Klaus Ernst, en declaraciones que publicó el diario alemán Leipziger Volkszeitung, consideró que se trata "del caso más claro de compra de política desde hace mucho" y acusó a la canciller de estar "en el saco" de BMW.
Por su parte, en declaraciones a los medios germanos, Christana Deckwirth, de la organización LobbyControl, criticó la "cercanía temporal" de los donativos con la decisión de aplazar la votación para establecer un control de las emisiones de CO2.

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