Mensalão (mensualidad), así se hizo conocido y popularizado el esquema de compra de votos de parlamentarios, que salió a la luz pública durante el primer mandato del gobierno de Luís Inácio Lula da Silva (PT - Partido dos Trabalhadores). El mismo implicó a 38 personas, entre ellas ex ministros, banqueros y empresarios, en sobornos políticos entre 2002 y 2005.
25 de ellas eran miembros del oficialista Partido de los Trabajadores
(PT, izquierda), fueron colaboradores del ex presidente Luiz Inácio Lula
da Silva entre 2003 y 2005.
"Era una estrategia para poder seguir avanzando, a pesar de la fuerte
embestida de los medios de comunicación conservadores, que a lo largo de
la última década trataron de utilizar el episodio del mensalão para
acabar con el PT y, por supuesto, terminar con mi gobierno", dijo el
pasado mayo Lula da Silva en una entrevista publicada en la página Web
Adital.
Cuando se dio a conocer el caso, ya existían rumores de la "venta" de votos por parte de diputados, pero hasta ese momento nada había podido ser comprobado.
Las primeras informaciones sobre este caso de corrupción aparecen en 2004 en un artículo de la revista brasileña Veja, titulado "El escándalo de la compraventa del PTB por el PT. Salió por 10 millones de reales".
En la página 44, el artículo "10 millones de divergencias" contaba las bases sobre las que se pudo haber asentado la alianza entre el Partido Laborista Brasileño (PTB) y el Partido de los Trabajadores (PT). Según la publicación, el PT se comprometía a pagar la suma de 150.000 reales a cada diputado federal del PTB, en pago del apoyo de los parlamentarios del este último partido al Ejecutivo. El incumplimiento de la promesa habría provocado la ruptura entre los dos partidos, lo que vino a culminar con la serie de denuncias de corrupción difundidas a partir de mayo de 2005.
Fue el diputado federal Roberto Jefferson, del PTB por Rio de Janiero, quien en una entrevista al diario brasileño Folha de São Paulo, en junio de 2005, empieza a aflorar las dimensiones y los participantes en el sistema de venta de votos.
Jefferson era acusado de estar envuelto en procesos de licitaciones fraudulentas practicados por funcionarios de la Empresa Brasileña de Correos y Telégrafos, ligados al PTB, partido del que era presidente en esos momentos.
Antes de que una comisión parlamentaria comenzara a apurar el caso de corrupción en los Correos, el diputado decidió denunciar el caso "Mensalão".
Según ese diputado, recibían del PT una "mensualidad" de 30.000 reales por votar según las orientaciones del gobierno. En ese esquema se encontraban envueltos diputados del Partido Liberal (PL), Partido Progresista (PP), Partido del Movimento Democrático Brasileño (PMDB) y del propio Partido Laborista Brasileño (PTB, por sus siglas en portugués).
El grupo que encabezaba el esquema era responsable por la compra de votos y también de soborno por medio de cargos en empresas públicas. José Dirceu, Ministro de la Casa Civil en la época, fue señalado como el jefe del esquema, mientras que Delúbio Soares, tesorero del PT, era quien efectuava los pagos a los diputados comprados (mensaleiros). Otros altos cargos políticos y empresarios estaban envueltos en el escándalo.
Para poder mantener todo el esquema el grupo recibió préstamos del Banco Rural, 32 millones de reales, según la Fiscalía General de la República, y desvío de dinero a través del ex director del Banco de Brasil, Henrique Pizzolato.
Ayer la prensa internacional se hizo eco de las primeras prisiones de los acusados en este escándalo de corrupción que durante ocho años asombró a la sociedad brasileña, y que con la consigna "Basta de corrupción" estuvo presente durante las manifestaciones del mes de junio que tuvieron lugar por todo Brasil.
Varios ex altos funcionarios del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil encabezados por José Dirceu, el ex jefe de Gabinete de José Inacio Lula da Silva, se entregaron a la policía tras haber sido condenados por corrupción.
Dirceu llegó hasta la sede de la Policía Federal de Sao Paulo durante la noche del viernes.
"Aún preso, permaneceré luchando para probar mi inocencia y anular esta sentencia espuria", afirmó quien fue brazo derecho del Presidente que antecedió a la actual mandataria, Dilma Rousseff.
El dirigente fue sentenciado a siete años y 11 meses de cárcel por el delito de corrupción, y cumplirá pena en régimen semiabierto.
"Yo me considero un preso político, inclusive en democracia; soy inocente, tengo que luchar para demostrar mi inocencia y voy a continuar luchando para la revisión (de la condena) en las cortes internacionales", dijo Dirceu en declaraciones a un canal de televisión, el viernes por la noche, poco antes de presentarse ante la policía, el exfuncionario subrayó que el de ayer era "el día de la peor injusticia, la injusticia cometida por la Justicia".
Poco antes se puso en manos de la policía el diputado y ex presidente del PT, José Genoíno, que ingresó en la comisaría desafiante, con el brazo en alto y lanzando vivas a su partido, quien también cumplirá la pena en régimen semiabierto.
También debía hacer lo mismo Delubrio Soares, ex tesorero de la colectividad de izquierda.
El Supremo Tribunal Federal (STF) dispuso hasta ahora el arresto de 12 de los 25 condenados en el marco del caso de corrupción conocido como "mensalão".
Pese a la orden de detención, como los años de condena por corrupción activa son inferiores a ocho, los sentenciados pueden acceder al régimen de cárcel semiabierto, mediante el cual sólo deben dormir en prisión.
Versiones de prensa aseguran que inicialmente, la mayoría cumpliría sus penas en Brasilia.
Dirceu, Genoíno y Soares, así como otro grupo de sentenciados, aún tienen pendiente un juicio por asociación ilícita para delinquir, para el cual les fue aceptado un nuevo proceso.
En una nota de prensa, el PT consideró que la ejecución inmediata de las penas, cuando aún hay recursos pendientes de ser evaluados, atenta contra el principio de amplia defensa.
"Consideramos el juicio injusto", afirmó la organización política. "El PT reitera su convicción en que ninguno de nuestros miembros compró votos en el Congreso".
Algunos de los condenados por el caso del mensalão comenzaron a entregarse a la justicia el pasado viernes, y ayer fueron traslados a presidios de la capital federal, Brasilia.
Al grito de "¡Viva el PT!" el diputado del Partido de los Trabajadores José Genoino, expresidente de dicha formación política, fue el primero de los 12 condenados con orden de prisión por parte del Supremo en entregarse voluntariamente a la policía la tarde del viernes, día de la Fiesta de la República.
"Ya estuve en prisión, en celda cerrada, sin luz de sol, torturado, y aquí estoy de nuevo, con el espíritu de los años 70", dijo el antiguo presidente del PT, haciendo referencia a la época que pasó en la prisión durante la dictadura militar.
Otro condenado, el ex director del Banco do Brasil Henrique Pizzolato huyó a Italia, a través de Paraguay, para evitar ir preso por el caso mensalão. Condenado a 12 años de prisión y buscado sin éxito anoche por la Policía Federal en su domicilio de Río de Janeiro, Pizzolato señaló en una carta
que, "Por no vislumbrar la posibilidad de tener un juicio ajeno a motivaciones político-electorales, decidí consciente y voluntariamente hacer valer mi legítimo derecho de libertad para tener un nuevo juicio, en Italia, en un tribunal que no se somete a las imposiciones de los medios económicos, como está consagrado en el tratado de extradición Brasil-Italia", tomo la decisión de viajar hacia Italia.
La elección de Italia como destino por parte de Pizzolato tiene una lógica importante y permite anticipar dificultades para Brasil en caso de que resolviera pedir la extradición, habida cuenta del reciente roce diplomático entre ambos países por la situación del italiano Cesare Battisti, condenado a prisión perpetua en su país por terrorismo y al que el gobierno de Dilma Rousseff no sólo se negó a extraditar sino que le concedió asilo político.
El ex diputado Roberto Jefferson (PTB-RJ), delator del esquema del mensalão, dijo desde su casa de campo en Rio de Janeiro, donde se recupera de una cirugía, que no desea ningún mal a los miembros del esquema condenados que fueron presos el viernes por la noche.
Dirceu se entrega el viernes a la policía. AFP
El histórico juicio a los políticos e intermediarios implicados en el escándalo marca un precedente en un país que no está acostumbrado a juzgar a sus políticos, y del que otros países, como España, con infinidad de políticos, banqueros y empresarios envueltos en casos de corrupción, deberían aprender.
Las primeras informaciones sobre este caso de corrupción aparecen en 2004 en un artículo de la revista brasileña Veja, titulado "El escándalo de la compraventa del PTB por el PT. Salió por 10 millones de reales".
En la página 44, el artículo "10 millones de divergencias" contaba las bases sobre las que se pudo haber asentado la alianza entre el Partido Laborista Brasileño (PTB) y el Partido de los Trabajadores (PT). Según la publicación, el PT se comprometía a pagar la suma de 150.000 reales a cada diputado federal del PTB, en pago del apoyo de los parlamentarios del este último partido al Ejecutivo. El incumplimiento de la promesa habría provocado la ruptura entre los dos partidos, lo que vino a culminar con la serie de denuncias de corrupción difundidas a partir de mayo de 2005.
Fue el diputado federal Roberto Jefferson, del PTB por Rio de Janiero, quien en una entrevista al diario brasileño Folha de São Paulo, en junio de 2005, empieza a aflorar las dimensiones y los participantes en el sistema de venta de votos.
Jefferson era acusado de estar envuelto en procesos de licitaciones fraudulentas practicados por funcionarios de la Empresa Brasileña de Correos y Telégrafos, ligados al PTB, partido del que era presidente en esos momentos.
Antes de que una comisión parlamentaria comenzara a apurar el caso de corrupción en los Correos, el diputado decidió denunciar el caso "Mensalão".
Según ese diputado, recibían del PT una "mensualidad" de 30.000 reales por votar según las orientaciones del gobierno. En ese esquema se encontraban envueltos diputados del Partido Liberal (PL), Partido Progresista (PP), Partido del Movimento Democrático Brasileño (PMDB) y del propio Partido Laborista Brasileño (PTB, por sus siglas en portugués).
El grupo que encabezaba el esquema era responsable por la compra de votos y también de soborno por medio de cargos en empresas públicas. José Dirceu, Ministro de la Casa Civil en la época, fue señalado como el jefe del esquema, mientras que Delúbio Soares, tesorero del PT, era quien efectuava los pagos a los diputados comprados (mensaleiros). Otros altos cargos políticos y empresarios estaban envueltos en el escándalo.
Para poder mantener todo el esquema el grupo recibió préstamos del Banco Rural, 32 millones de reales, según la Fiscalía General de la República, y desvío de dinero a través del ex director del Banco de Brasil, Henrique Pizzolato.
Manifestación contra los implicados en el caso "mensalão". |
Varios ex altos funcionarios del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil encabezados por José Dirceu, el ex jefe de Gabinete de José Inacio Lula da Silva, se entregaron a la policía tras haber sido condenados por corrupción.
Dirceu llegó hasta la sede de la Policía Federal de Sao Paulo durante la noche del viernes.
"Aún preso, permaneceré luchando para probar mi inocencia y anular esta sentencia espuria", afirmó quien fue brazo derecho del Presidente que antecedió a la actual mandataria, Dilma Rousseff.
El dirigente fue sentenciado a siete años y 11 meses de cárcel por el delito de corrupción, y cumplirá pena en régimen semiabierto.
"Yo me considero un preso político, inclusive en democracia; soy inocente, tengo que luchar para demostrar mi inocencia y voy a continuar luchando para la revisión (de la condena) en las cortes internacionales", dijo Dirceu en declaraciones a un canal de televisión, el viernes por la noche, poco antes de presentarse ante la policía, el exfuncionario subrayó que el de ayer era "el día de la peor injusticia, la injusticia cometida por la Justicia".
Poco antes se puso en manos de la policía el diputado y ex presidente del PT, José Genoíno, que ingresó en la comisaría desafiante, con el brazo en alto y lanzando vivas a su partido, quien también cumplirá la pena en régimen semiabierto.
También debía hacer lo mismo Delubrio Soares, ex tesorero de la colectividad de izquierda.
El Supremo Tribunal Federal (STF) dispuso hasta ahora el arresto de 12 de los 25 condenados en el marco del caso de corrupción conocido como "mensalão".
Pese a la orden de detención, como los años de condena por corrupción activa son inferiores a ocho, los sentenciados pueden acceder al régimen de cárcel semiabierto, mediante el cual sólo deben dormir en prisión.
José Dirceu desembarca en el hangar de la Policía Federal en el aeropuerto de Brasilia |
Versiones de prensa aseguran que inicialmente, la mayoría cumpliría sus penas en Brasilia.
Dirceu, Genoíno y Soares, así como otro grupo de sentenciados, aún tienen pendiente un juicio por asociación ilícita para delinquir, para el cual les fue aceptado un nuevo proceso.
En una nota de prensa, el PT consideró que la ejecución inmediata de las penas, cuando aún hay recursos pendientes de ser evaluados, atenta contra el principio de amplia defensa.
"Consideramos el juicio injusto", afirmó la organización política. "El PT reitera su convicción en que ninguno de nuestros miembros compró votos en el Congreso".
Algunos de los condenados por el caso del mensalão comenzaron a entregarse a la justicia el pasado viernes, y ayer fueron traslados a presidios de la capital federal, Brasilia.
Al grito de "¡Viva el PT!" el diputado del Partido de los Trabajadores José Genoino, expresidente de dicha formación política, fue el primero de los 12 condenados con orden de prisión por parte del Supremo en entregarse voluntariamente a la policía la tarde del viernes, día de la Fiesta de la República.
"Ya estuve en prisión, en celda cerrada, sin luz de sol, torturado, y aquí estoy de nuevo, con el espíritu de los años 70", dijo el antiguo presidente del PT, haciendo referencia a la época que pasó en la prisión durante la dictadura militar.
Otro condenado, el ex director del Banco do Brasil Henrique Pizzolato huyó a Italia, a través de Paraguay, para evitar ir preso por el caso mensalão. Condenado a 12 años de prisión y buscado sin éxito anoche por la Policía Federal en su domicilio de Río de Janeiro, Pizzolato señaló en una carta
que, "Por no vislumbrar la posibilidad de tener un juicio ajeno a motivaciones político-electorales, decidí consciente y voluntariamente hacer valer mi legítimo derecho de libertad para tener un nuevo juicio, en Italia, en un tribunal que no se somete a las imposiciones de los medios económicos, como está consagrado en el tratado de extradición Brasil-Italia", tomo la decisión de viajar hacia Italia.
La elección de Italia como destino por parte de Pizzolato tiene una lógica importante y permite anticipar dificultades para Brasil en caso de que resolviera pedir la extradición, habida cuenta del reciente roce diplomático entre ambos países por la situación del italiano Cesare Battisti, condenado a prisión perpetua en su país por terrorismo y al que el gobierno de Dilma Rousseff no sólo se negó a extraditar sino que le concedió asilo político.
El ex diputado Roberto Jefferson (PTB-RJ), delator del esquema del mensalão, dijo desde su casa de campo en Rio de Janeiro, donde se recupera de una cirugía, que no desea ningún mal a los miembros del esquema condenados que fueron presos el viernes por la noche.
Avión en el que fueron transportados a Brasilia los condenados por el caso mensalão ayer sábado |
El histórico juicio a los políticos e intermediarios implicados en el escándalo marca un precedente en un país que no está acostumbrado a juzgar a sus políticos, y del que otros países, como España, con infinidad de políticos, banqueros y empresarios envueltos en casos de corrupción, deberían aprender.
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