La multinacional Johnson & Johnson acordó ayer con el
Departamento de Justicia de EEUU el pago de una multa de más de 2.200
millones de dólares (unos 1.630 millones de euros) por promocionar tres
medicamentos para usos distintos para los que fueron autorizados.
El
acuerdo, uno de los más onerosos de la historia de Estados Unidos
contra una empresa del sector sanitario por fraude, implica el pago de
multas por conducta criminal y violación del Código Civil.
Johnson & Johnson pagará esa cantidad para resolver los cargos de que la empresa
comercializó medicamentos para usos no aprobados y pagó "comisiones" a
los médicos y a hogares de ancianos.
El Departamento de Justicia anunció ayer lunes las sanciones que
incluyen multas y confiscación en el gobierno federal y varios estados.
Se trata de los medicamentos para el tratamiento de la esquizofrenia
Risperdal e Invega y para el tratamiento de la insuficiencia cardiaca
Natrecor, dijeron la empresa y el Fiscal General Eric Holder.
En concreto, el acuerdo incluye el pago de multas criminales y decomisos por importe de cerca de 360 millones (485 millones de dólares) y acuerdos civiles con el Gobierno federal y varios estados por valor de 1.273 millones (1.720 millones de dólares).
La empresa y dos subsidiarias "se
forraron los bolsillos a expensas de los contribuyentes y pacientes
norteamericanos y de la industria privada de los seguros", dijo Holder
durante el anuncio del convenio de 2.200 millones de dólares, según informa la CNN.
La sanción asciende a uno de los acuerdos más altos relacionados con
la asistencia sanitaria en el país, dijo el Departamento de Justicia.
En 2011, Johnson & Johnson pagó al estado de Arkansas 1.200
millones de dólares millardos en multas por 239.000 violaciones a la Ley
de reclamos falsos y 4.600 violaciones a la Ley de prácticas
comerciales fraudulentas por la comercialización de Risperdal.
Johnson & Johnson defendió a Risperdal como "segura y efectiva en
sus indicaciones aprobadas" y dijo que dos décadas de investigación
demuestran que es "una opción importante de tratamiento a las personas
con enfermedades mentales serias".
Risperdal fue aprobada para el tratamiento de la esquizofrenia, pero
fue comercializada a los médicos como tratamiento para la demencia en
los pacientes ancianos. La empresa también sabía que los pacientes que
tomaban el medicamento tenían un riesgo mayor de desarrollar diabetes,
pero no reconoció públicamente este riesgo.
La empresa promovió en parte el medicamento en los hogares de
ancianos al enviar farmacéuticos pagados para revisar los registros de
los pacientes.
"Aunque los farmacéuticos consultores pretendían proporcionar
recomendaciones 'independientes' en base a su juicio clínico, J&J
veía a los farmacéuticos como una 'extensión del equipo de ventas' (de la propia empresa)", comunicó el Departamento de Justicia.
Johnson & Johnson y otra subsidiaria también comercializaron
Risperdal e Invega como seguras para los pacientes ancianos, una
afirmación que la FDA considera "engañosa". Esto se realizó en parte por
medio de un "equipo de ventas de ElderCare (cuidado de las personas de edad avanzada)", según dijeron funcionarios federales.
El medicamento para el tratamiento de la insuficiencia cardiaca,
Natrecor, fue comercializado como tratamiento a pacientes con
insuficiencia cardiaca menos severa que la que se menciona en su
aprobación de la FDA, de acuerdo con la declaración del Departamento de
Justicia.
El acuerdo incluye los pagos de Johnson & Johnson, así como los
de sus subsidiarias Janssen Pharmaceuticals y Scios, al gobierno federal
y a varios estados. Janssen también se defenderá por un delito menor de
promoción errónea de marca.
Desde 1999 a 2005, J&J y su subsidiaria
Janssen Pharmaceuticals promocionaron el Risperdal para usos no
aprobados, entre ellos el control de la agresión y la ansiedad en
pacientes mayores con demencia y en el tratamiento de trastornos del
comportamiento en niños y en personas con discapacidades, según la
demanda.
La queja agrega que la comercialización de productos para usos no
indicados en sus etiquetas llevó a que los programas de seguros del
Gobierno estadounidense tuvieran que pagar cientos de millones de
dólares por solicitudes no cubiertas.
El fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, ha asegurado que la
conducta denunciada en este caso "pone en peligro la salud y la
seguridad de los pacientes" y daña la confianza de los ciudadanos.
"Esta
resolución multimillonaria demuestra el firme compromiso del
Departamento de Justicia para evitar y combatir todas las formas de
fraude sanitario. Y prueba nuestra determinación de hacer rendir cuentas
a cualquier empresa que incumpla la ley y se enriquezca a costa de los
ciudadanos estadounidenses", ha añadido.
El comportamiento de J&J "puso en
peligro temerariamente" la salud de niños, pacientes con demencia y
otros a los que se les había prescrito el medicamento cuando solo estaba
aprobado por los reguladores para tratar la esquizofrenia, según Holder.
Este blog sólo pretende ser una visión personal de algunos de los acontecimientos que nos envuelven en nuestro caminar por la vida. Bajo el fuego es una metáfora de la situación real que la humanidad está viviendo donde la pobreza, el desempleo, la intolerancia, el extremismo, la violencia, el enriquecimiento a cualquier precio, de unos pocos a costa de muchos, y la falta de ética o valores son realidades que podemos observar continuamente.
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Me parece muy correcto poner una sancion multimillonaria a esta empresa, pero considero que habria que plantearse penas de carcel por como el propio gobierno admite poner en peligro temerariamente la salud de las personas.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu participación en el blog.
ResponderEliminarNo podría estar más de acuerdo con tu comentario, dado que las multas son irrisorias en comparación con los lucros que obtienen con sus prácticas fraudentas.
Así que hasta que las multas no vayan acompañadas por penas de prisión para los responsables no cambiará nada.
Las multas son únicamente una cuestión de estética.