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viernes, 13 de junio de 2014

Brasil, Se inicia la Copa del Mundo de fútbol entre movilizaciones de protesta en diferentes ciudades del país

Manifestantes entre una nube de gas lacrimógeno/Reuters (Getty).
En Brasil, no todo fue una fiesta en el primer día de la Copa 2014.
Pocas horas antes de que la pelota comenzara a rodar en el Mundial de Fútbol, se reprodujeron en São Paulo, sede del partido inaugural, las protestas y manifestaciones anticampeonato que han sacudido Brasil durante el último año. A las diez de la mañana, hora local, un grupo de manifestantes se reunió cerca de la Radial Leste, uno de los accesos al estadio Itaquerão, donde siete horas más tarde se inauguraba el campeonato con el partido entre las selecciones de Brasil y Croacia.
La policía disolvió a los manifestantes con contundentes lanzamientos de gases lacrimógenos que les hicieron retroceder a la carrera varios centenares de metros. Acabaron uniéndose a un grupo de trabajadores del metro de São Paulo, concentrados también en la zona próxima al estadio para protestar contra el Gobierno del Estado y reclamar que sean readmitidos los 42 despedidos de la reciente huelga que paralizó el metro de la capital financiera de Brasil durante varios días.
El objetivo de la policía era simple: impedir que los manifestantes alcanzasen los accesos del estadio o que se acercaran a las líneas de metro que comunican el centro de la ciudad con Itaquerão. Lo consiguieron. Para ello tuvieron que cerrar a lo largo de la mañana alguna estación a fin de que no fuera utilizada por los asistentes a la marcha. Durante toda la mañana y el inicio de la tarde, los manifestantes jugaron al gato y al ratón con la policía, perseguidos de cerca por una auténtica nube de periodistas llegados de todo el mundo para cubrir el Mundial y todo lo que le rodea. Hubo al menos ocho heridos, varios de ellos reporteros. Mientras, a pocos kilómetros de allí, la fiesta comenzaba, con miles de brasileños, vestidos de amarillo, entrando al estadio.
La policía militar brasileña en las protestas contra el Mundial.
Policía Militar actúa en Rio de Janeiro. Foto: Nacho Doce/Reuters.
Entre los heridos durante los enfrentamientos está el fotógrafo argentino Rodrigo Abd, de la agencia de noticias Associated Press (AP), quien fue alcanzado en la pierna por metralla de una bomba de gas lacrimógeno lanzada por la policía, según informó a dpa un testigo presencial que pidió no ser identificado.
Un incidente similar causó heridas leves a dos representantes de la cadena estadounidense CNN, la corresponsal en São Paulo Shasta Darlington y su productora, la canadiense Barbara Arvanitidis.
El comisario de Policía Civil de São Paulo, Luiz Mauricio Blazeck, confirmó que Arvanitidis debió recibir atención médica y afirmó que el caso será investigado, ya que, según dijo, aún se ignora si el artefacto que la alcanzó fue lanzado por agentes o por manifestantes. "Todavía es prematuro afirmar qué causó las heridas", expresó al portal brasileño de noticias G1.
Según las informaciones disponibles hasta el momento, los disturbios causaron heridas leves a por lo menos otras dos personas: un camarógrafo de la red televisiva SBT y un manifestante, Rafael Lusvarghi, quien fue alcanzado en el pecho por una bala de goma disparada por la policía antes de ser detenido.
"Vale la pena enfrentar esto para derribar al gobierno", expresó Lusvarghi, quien forma parte de la enorme legión de brasileños insatisfechos por los millonarios gastos públicos (unos 11.000 millones de dólares) para organizar el Mundial en un país que enfrenta graves carencias en servicios básicos, como educación, salud y transporte.

Así son y así pueden afectar al Mundial las protestas en Brasil
Miembros del Batallón de Choque preparados para intervenir.

Las protestas no sólo se produjeron en São Paulo. Río de Janeiro también albergó una  manifestación de profesores que, aunque discurrió pacíficamente (y hasta de forma festiva) al principio, acabó con carreras policiales y tres detenidos. En Natal, al norte del país, los conductores de autobuses fueron a la huelga.
El despliegue policial, tanto en São Paulo como en Rio, fue enorme. Entre la gente, había quien denunciaba a los manifestantes por impedirles disfrutar tranquilamente del campeonato. Otros les apoyaban. João Cesar Fernandes, estudiante de Sociología, manifestó su apoyo a las protestas: "La misma policía que protege los juegos es la que ha ayudado a echar gente pobre para dejar sitio en los estadios".
Imagen de los incidentes de ayer en São Paulo. Foto: Ricardo Moraes/Reuters.
En São Paulo la policía se adelantó a los organizadores de la movilización, denominada "Gran acto 12 de junio no va a haber Copa", y cercó el lugar para impedir que el grupo avanzara por la avenida que daba acceso al estadio Arena Corinthians. A raíz de la protesta, la estación Carrao fue cerrada, y los habitantes de la región que tenían boletos para el partido inaugural entre Brasil y Croacia debieron buscar formas alternativas para llegar al estadio.
La capital financiera vivió además otra protesta anti-Mundial, realizada por unos 500 trabajadores del metro, que la semana pasada mantuvieron una huelga de cinco días que provocó serios trastornos en la ciudad, pero el acto fue pacífico y transcurrió sin incidentes.
En Rio de Janeiro, los empleados del aeropuerto internacional Tom Jobim, conocido como Galeão, de protagonizaron, a primera hora de la mañana de ayer, una manifestación que ha cortado el acceso por la Avenida 20 de Janeiro, provocando largos atascos y obligando a algunos pasajeros a llegar a pie hasta el aeropuerto para no perder sus vuelos. Los trabajadores, junto a los de los aeropuertos de Santos Dumont y Jacarepaguá, realizaban una paralización de 24 horas en demanda de la firma de un convenio laboral colectivo, los mismos han reivindicado un aumento salarial cercano al 6 % durante varios meses, cuando recibieron orden judicial para reintegrarse a sus funciones en los diferentes aeropuertos. En caso contrario los organizadores (Sindicato Municipal de los Trabajadores del Sector Aéreo de Río de Janeiro (Simarj)) fueron amenzados con ser multados, con cerca de 200.000 dólares, por hora que se mantuviera la paralización de los trabajadores.
Manifestantes del Bloque Negro en Brasil
Manifestantes del Bloque Negro en Brasil.
Río de Janeiro también albergó una  manifestación de profesores que, aunque discurrió pacíficamente (y hasta de forma festiva) al principio, acabó con carreras policiales y tres detenidos. En Natal, al norte del país, los conductores de autobuses fueron a la huelga.
Belo Horizonte, Brasilia, Fortaleza, Porto Alegre y Recife también albergaron actos contra la Copa. en Manaus, capital del estado de Amazônia, una manifestación de obreros y profesores bloqueó la principal avenida que da acceso a la Arena da Amazônia. Y en Fortaleza, los sindicatos anunciaron el comienzo de una huelga general de los transportes para el próximo lunes 16, víspera del partido entre Brasil y México en esa ciudad, a la que previsiblemente se una la policía local que organiza el tránsito de la ciudad. Según el Sindicato de los Servidores y Empleados Públicos Municipales Fortaleza (Sindifort), el 30 % del total de los 380 agentes de circulación de la capital del estado de Ceará, prestarán servicio durante los días de paralización, que serán lod días 14, 17, 21, 24 y 29 de junio y el 4 de julio.
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Periodista de la CNN herida en los incidentes.
La crispación popular la resumió a la perfección Joana Havelange, hija del que fuera presidente de FIFA durante dos décadas. "Lo que había que robar en Brasil ya está robado", ha comentado. Y es que se habla de desviaciones de no menos de 10.000 millones de euros en obras a medio terminar, en estadios por rematar el día en el que se inicia el Mundial y transportes públicos, como el metro en Salvador (la capital del estado de Bahía) que se cerrarán tras el mundial de fútbol para continuar con unas obras inacabadas.
Profesores, profesionales de la sanidad, policías, Sin Techo, indígenas, estudiantes, trabajadores públicos y ciudadanos contra el despilfarro de la Copa, entre otros, han organizado manifestaciones en las últimas semanas para captar la atención de las autoridades nacionales, y estatales, y poder negociar sus reivindicaciones laborales o sociales.
"Hay un conflicto social que nunca fue solucionado. Se trata de un país muy desigual, con intereses múltiples y que muchas veces chocan entre sí", explica el sociólogo Emerson Ricardo Girardi, profesor de la universidad brasileña FAAP.  "En un momento como el actual, en el que las informaciones fluyen rápido, los conflictos son cada vez más evidentes. Las manifestaciones revelan ese contraste cada vez mas perceptible por la sociedad brasileña", añadió.

 


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