Fútbol, "El canibal" Luis Suárez vuelve a las andadas: La violencia protegida y tolerada

Luis Suárez muerde al jugador italiano Chiellini en el hombro.

Una, dos y tres, aunque pueda parecer inconcebible y digno de una mente pequeña, el jugador de fútbol uruguayo, un gran jugador al margen de su incontrolable "vampirismo" en las canchas, Luis Suárez ha reiterado una acción que, como muchas otras, si no primaran los intereses mercantiles, debería hacerse desaparecer de los estadios de fútbol. Por tercera vez, conocida, en su carrera deportiva ha mordido a un rival durante un encuentro de esa disciplina deportiva.
Transcurría el minuto 80 del partido entre Italia y Uruguay, duelo directo para acceder a los octavos de final de la Copa del Mundo 2014, cuando Luis Suárez lo volvió a hacer por tercera vez: sacar su peor versión como ser humano y deportista y morder a un rival.
Por su reiteración, no extraña. En 2010, en un partido entre su Ajax y el PSV Eindhoven, el delantero mordió en el cuello al centrocampista Otman Bakkal durante una discusión entre varios jugadores. El uruguayo recibió una sanción de siete partidos por la Federación Holandesa de Fútbol (KNVB) y dos más por parte de su propio club, aparte de una importante multa.

Tres años después, en 2013, se produjo la imagen más impactante de todas por su claridad. Los protagonistas, el serbio Branislav Ivanovic y otra vez, Luis Suárez. En esta ocasión, las cámaras registraron con precisión cómo el jugador del Liverpool mordía a su 'enemigo' del Chelsea. Una acción que le costó 10 partidos sin jugar por parte de la Federación Inglesa (FA), ya sin piedad, tras su reiterado mal comportamiento.

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Ayer Luis Suárez mostró versión vampírica en el estadio Das Dunas de Natal. El delantero uruguayo, que se topó con una espectacular mano de Buffon en la mejor ocasión que tuvo para marcar ante Italia, mordió en el hombro al jugador italiano Giorgio Chiellini apenas un minuto antes de que el uruguayo Godín anotase el único tanto del partido, y el que serviría para meter en octavos a Uruguay, selección que posiblemente perderá a uno de sus mejores atacantes, si la FIFA lo inhabilita para jugar hasta el final de la Copa 2014.

La imagen, captada con claridad por las cámaras de televisión, no fue señalada por ninguno de los árbitros del encuentro. Chiellini se revolvió de dolor y abrió el cuello de su camiseta para enseñar las marcas de la dentellada sobre su hombro izquierdo en una de las imágenes que pasarán a la historia de la Copa del Mundo.
Para mí, como aficionado al fútbol fue sorprendente escuchar al seleccionador de Uruguay, Oscar Tabárez, decir que hay "animadversión" contra Luis Suárez en "algunos sectores de prensa" y adelantó que la delegación uruguaya "lo va a defender donde sea". Tabárez, con evidentes signos de molestia, fue consultado tres veces por periodistas de habla inglesa sobre el mordisco de Suárez. Desafortunadamente sus antecedentes no ayudan al jugador uruguayo, que a pesar de sus dotes futbolísticas es un mal ejemplo de agresividad dentro de las canchas.
Luis Suárez es el mejor jugador del año por la Asociación de Jugadores Profesionales del Reino Unido. Es el activo más valioso de un club histórico como el Liverpool. Pero, sin embargo, no deja de dar titulares por sus contínuas trastadas, en forma de gestos inapropiados, insultos racistas en 2011, Suárez fue castigado con ocho partidos por insultos de esa índole al jugador francés del Manchester United Patrice Evra y, evidentemente, sus mordiscos a rivales.
Vuelvo a repetir la pregunta que hice un año atrás. ¿Qué sucedería si usted muerde a un compañero de trabajo, a un cliente, proveedor o prestador de servicios?. Parece que en el fútbol la violencia, y otras actitudes que muestran una falta absoluta de ética y categoría personal por parte de una gran parte de "profesionales", tiene pase libre, mientras en la sociedad es juzgada y hasta te puede llevar a la cárcel, simplemente por suponer la Autoridad que incitas a la misma.
Este mordisco es solo un ejemplo de la incitación a la violencia que generan numerosos profesionales del fútbol, y de los medios de comunicación, en algunas ocasiones, que está totalmente tolerada y, peor todavía, también, absolutamente, protegida de cualquier vía judicial que no sea la deportiva.
De la misma manera que hay que perseguir, y actuar con dureza, frenta al racismo en el deporte, con la misma beligerancia se debería actuar contra la incitación a la violencia.