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lunes, 5 de mayo de 2014

Mundo, No existe interés político, ni económico, de parar la violencia en el fútbol

Uno de los heridos es atendido por otros aficionados.
Uno de los heridos es atendido por otros aficionados. Gazzetta.it.
Hablar de fútbol, exclusivamente del sentido puro y único del deporte, es cada vez más difícil pues es moneda corrienta en todos los países que actos deleznables y vergonzosos como los vividos durante todo el fin de semana en Brasil o Italia atragantan las historias del balompié para dejar al aire las miserias que rodean a todo aquello que levanta pasiones manipuladas por los intereses económicos y sociales.
Durante este final de semana fueron esos dos países los que sufrieron los echos más dramáticos, sin embargo los mismos se repiten por toda la geografía del planeta.
Tres hinchas del Nápoles italiano resultaron heridos por arma de fuego en Roma poco antes de la final de copa que enfrentó al equipo de su ciudad con la Fiorentina. Los tres fueron hospitalizados, al menos uno de ellos en estado grave.
Los reportes de la prensa local señalan que al menos un agente de policía y un transeúnte también resultaron heridos en la violencia desatada en las afueras de la capital italiana.
El inicio del juego, que ganó el Nápoles, fue retrasado en más de media hora.
Las circunstancias en que se produjeron los disparos no están claras, pero antes del encuentro se habían reportado incidentes entre seguidores de ambos equipos cerca del estadio Olímpico.
Las autoridades no descartan la implicación de un grupo "ultra" de fanáticos de la Roma, el equipo local, a los que acusa de haber lanzado botellas y piedras a la policía.
Según fuentes de la policía algunos ultras de la Lazio y de la Roma, los dos equipos de la capital italiana, habrían unido sus fuerzas a los de los violentos del Nápoles los primeros y los de la Florentina los segundos. Los hinchas de la Roma son conocidos por su animadversión a los del Nápoles, y los de la Lazio por su antipatía hacia los de la Fiorentina.
El herido más grave, un aficionado del Nápoles de 30 años, aparentemente recibió un disparo en el pecho.
La policía encontró la pistola empleada en los disparos.
Dentro del estadio hubo disturbios con petardos y bombas de humo lanzadas del lado de los aficionados del Nápoles. El lanzamiento de petardos también dejó heridos.
"Hacemos un llamamiento a los aficionados que están aquí para la final de tratarla como debería ser, una noche de deporte y fútbol, y no una que dé pie a episodios de violencia", dijo Maurizio Beretta, presidente de la Serie A, la primera categoría de la liga.
El jugador del Nápoles Marek Hamsik y otros miembros del equipo se acercaron a la parte del estadio en que estaban sus aficionados para hacerlos entrar en razón antes del inicio del partido.
Los eventos fueron presenciados en directo en el estadio por el primer ministro italiano, Matteo Renzi, quien había acudido junto a su mujer e hijos.

Final Copa de Italia
Un bombero resultó herido por el lanzamiento de petardos.
En Brasil, la muerte de un joven durante la disputa de un partido de la segunda división brasileña la noche del viernes motivó el cierre del estadio de Arruda, en Recife, una de las ciudades sede del Mundial que dará comienzo el próximo 12 de junio.
Paulo Ricardo Gomes da Silva, de 26 años, falleció tras ser alcanzado por un inodoro arrancado del interior del estadio y después arrojado desde la grada, mientras él caminaba frente a la puerta 6 en el exterior del campo poco después de que finalizara el partido. En el incidente otras tres personas resultaron heridas y tuvieron que ser hospitalizadas.
Al cabo de unas horas, la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) determinó el cierre indefinido del recinto.
El incidente se desencadenó la noche del viernes tras la conclusión del partido de fútbol de la serie B entre Santa Cruz de Recife y Paraná (1-1), cuando los hinchas locales abandonaban las instalaciones escoltados por la Policía Militar. Según testigos citados por el diario O Globo, en un momento dado aficionados del Santa Cruz de Recife lanzaron dos artefactos explosivos contra la hinchada visitante, que respondió lanzando un retrete previamente desguazado de uno de los baños de la parte superior del estadio.
Escena del crimen de Ricardo Silva, de 26 años, en Recife / Reuters.

En Brasil escenas de violencia y racismo durante los partidos son excesivamente recurrentes. El delantero titular del equipo carioca Fluminense y de la selección brasileña, Fred, víctima reciente de un acoso de veinte "ultras" de su club a la salida de un entrenamiento, lamentó en Twitter "un episodio más de salvajismo en nuestros estadios" y añadió que "lo más triste es la certeza de la impunidad".
Se calcula que 30 personas fallecieron en estadios de fútbol y alrededores durante el año 2013, en el país. 

Por otra parte el sábado más de 40 hinchas fueron detenidos en las proximidades del estadio Arena das Dunas, en la ciudad de Natal, en un partido entre el América y el ABC, en el que estaba previsto que se pusiera a prueba el sistema planeado para garantizar la seguridad durante el Mundial 2014, según fuentes oficiales. La Policía Civil informó que fueron detenidos 38 hinchas del ABC tras lanzar piedras y trozos de madera contra seguidores del equipo rival, antes del encuentro de la Serie B del Campeonato Brasileño. El delegado Roberto Andrade señaló que los hinchas también arrojaron piedras contra un coche de la policía cuando una patrulla que circulaba por la zona se detuvo para ver qué estaba sucediendo, aunque no llegaron a alcanzar el vehículo. Según las mismas fuentes, también fueron detenidas 6 personas del América, tras amenazar con agredir a un seguidor del ABC que se encontraba junto a su hijo pequeño. Curiosamente la página oficial de la FIFA, que hace mención al evento preparatorio, no hace ninguna referencia a los incidentes y expresa en su página web las excelencias organizativas. "Las pruebas efectuadas por el equipo del Comité Organizador Local mostraron un estadio muy próximo a las condiciones óptimas que se esperan para el torneo que empieza el 12 de junio", se puede leer en la misma. El esquema de seguridad incluye la presencia de la Policía Civil, los bomberos, la Policía Federal y Policía de Carreteras de Brasil, entre otros organismos oficiales. El Arena das Dunas, el estadio más pequeño de los que serán sede de la Copa del Mundo, tiene capacidad para 40.000 personas y costó unos 200 millones de dólares, 18% más del presupuesto que tenía asignado. Brasil, un país con una gran desigualdad social, altos niveles de pobreza, graves deficiencias en su estructura sanitaria y red de transportes ha invertido más de 4.000 millones de dólares en los estadios para su primera Copa Mundial en 64 años, el doble de lo previsto. En junio del año pasado, más de un millón de personas salió a las calles del país para reclamar mejoras en salud y educación, y para condenar los excesivos gastos que Brasil realizaba para albergar los grandes eventos deportivos que organizará. En 2016, Rio de Janeiro será sede de los Juegos Olímpicos. Para el técnico de Brasil Luiz Felipe Scolari, aunque cree que los brasileños tienen derecho a protestar contra el gobierno y a exigir mejoras, este no sería "el momento indicado" para efectuar los mismos dado que "podrían perjudicar las posibilidades del equipo local de ganar el torneo".
Imagen de una protesta contra la celebración de la Copa del Mundo.
Mientras al pueblo le levantan pasiones para mantenerlo alejado de los problemas económicos y sociales, los políticos, banqueros y empresarios hacen del mundo su territorio exclusivo para realizar sus demanes y enriquecerse, con la colaboración de millones de personas que permiten que el circo levantado a su alrededor solo les haga ser capaces de ver los colores de una camiseta.

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