Una corte en Sudán, país de mayoría musulmana y regido por la ley islámica (sharía), acusa a la mujer de 27 años, de apostasía (renunciar a una religión, en este caso el Islam) por casarse con un hombre cristiano de Sudán del Sur.
Captura de la web del periódico Daily Mail. |
"Te dimos tres días para retractarte pero tú insistes en no volver al Islam. Te sentencio a morir ahorcada", dijo el juez a la mujer, de acuerdo con la agencia AFP.
El juez también determinó que antes de morir Maryam Yahya Ibrahim deberá soportar un castigo de 100 latigazos por haber tenido relaciones sexuales sin estar casada.
Amnistía Internacional (AI) dice que la mujer fue criada como cristiana ortodoxa, como su madre. Pero las autoridades sudanesas la consideran musulmana, porque esa es la fe que profesa su padre, quien estuvo ausente durante su infancia.
Embajadores de varios países y activistas de los derechos humanos en Sudán pidieron al gobierno que respete el derecho de la mujer a elegir su propia fe.
Amnistía Internacional ha pedido que sea liberada inmediatamente.
Según medios locales la sentencia no se ejecutará hasta dos años después de que Yahya Ibrahim haya dado a luz.
Sudaneses se manifiestan en Estados Unidos reclamando la libertad de religión en Sudán. |
"El hecho de que una mujer pueda ser condenada a muerte por su opción religiosa y a la flagelación por estar casada con un hombre de una religión supuestamente diferente es abominable", asegura Manar Idriss, analista de Amnistía Internacional para Sudán.
No es un caso aislado. En 2012, dos mujeres acusadas de
adulterio eran condenadas a muerte por lapidación. Sin embargo, tras una
masiva protesta internacional, la sentencia fue anulada. Un caso
similar al de la periodista sudanesa Lubna Hussein. El 3 de julio de
2009, esta joven era condenada junto a otras doce compañeras a una pena
de 40 latigazos. ¿Su delito? Vestir pantalones en un lugar público.
Tras meses de batallas legales, Lubna abandonaría la cárcel
después de que la Unión de Periodistas pagara una multa cercana a los
140 euros. Otras no tuvieron tanta suerte. En la actualidad se estima
que 700 mujeres cumplen condena en las cárceles sudanesas por ir en
contra de la ley islámica. La campaña represiva se enmarca en la promesa
del presidente Omar Hassan al Bashir de implementar una Constitución "100%" islámica tras la secesión de Sudán del Sur (de mayoría no musulmana) en julio de 2011.
El pasado año, facultativos médicos sudaneses amputaban
la mano derecha y el pie izquierdo de un hombre acusado de robo por
orden judicial del Gobierno de Jartum. La acción se produjo en febrero,
cuando miembros del hospital gubernamental Al Rebat llevaron a cabo la
mutilación cruzada de Adam Al Muthna, de tan solo 30 años de edad.
La sentencia de Muthna, quien en marzo de 2006 atacaba un
autobús de pasajeros entre el norte de Kordofán y el este de Darfur, fue
aplicada conforme al artículo 168 del Código Penal sudanés, que castiga
así el robo a mano armada cuando este provoque lesiones graves o
desperfectos por valor aproximado de 1.500 libras sudanesas (algo menos
de 260 euros).
"La amputación cruzada es una forma de tortura patrocinada por el Estado",
asegura el doctor Vincent Iacopino, asesor principal de la organización
Physicians for Human Rights. "La complicidad del personal médico en
tales prácticas representa una violación patente de los principios
éticos (del colectivo)", añade. Este era el primer caso de miembros
cercenados por el Estado desde 2001, lo que demuestra el creciente auge
de la "sharía" (ley islámica) en el país africano.
Unas 50 personas se manifestaron en el exterior de la Corte en protesta por el juicio. |
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