Ucrania lleva semanas siendo escenario de violentos enfrentamientos entre las tropas especiales enviadas por Kiev y los militares insurgentes prorrusos que intentan mantener algunas ciudades en el este del país. El Gobierno sabe que la situación es muy delicada y quiere evitar, a toda costa, la muerte de civiles ya que eso provocaría una intervención de Rusia. Tampoco quiere que el levantamiento y enfrentamiento militar con las milicias del este acabe siendo interpretado como una guerra civil. Violentos combates están teniendo lugar en varias ciudades de la región minera de Donetsk (situada en el este del país), que se debate entre una insurrección armada que intentan aplastar las fuerzas gubernamentales y la amenaza de una guerra civil.
Tras una semana de infructuosos intentos, con victorias fugaces frente a las fuerzas prorrusas, el Ejército ucranio, apoyado por la Guardia Nacional, se abrió paso definitivamente este viernes en Mariúpol, al sur de la provincia de Donetsk, dejando un reguero indeterminado de muertos: al menos una veintena entre las filas rebeldes (tres, según fuentes prorrusas). El nuevo estallido de violencia se produce cuando la operación militar para recuperar los bastiones "separatistas" daba señales de ralentizarse en el norte, en torno a Slaviansk, y en vísperas de que se celebre el referéndum de autodeterminación convocado por la autoproclamada República de Donetsk.
El edificio de la Policía Local de Mariupol, en llamas tras los choques. / Evgeniy Maloletka (AP). |
"Hay elementos de guerra civil, pero es más una insurrección armada, ya que los grupos separatistas son minoritarios y no cuentan con un amplio apoyo entre la población", aseguró esta semana el experto militar ruso Pavel Felguengauer.
Las milicias insurgentes prorrusas han convertido a las regiones de Donetsk y Lugansk en sus plazas fuertes, y han proclamado sendas "repúblicas populares" separatistas en ambos territorios limítrofes con Rusia. No obstante, aunque han proclamado su intención de convocar este domingo un referéndum separatista y de crear un Estado independiente que se llamaría "Novorossia" (Nueva Rusia), no han logrado propagar la sublevación armada a otras regiones del sureste.
Los líderes de la sublevación prorrusa en la provincia ucraniana de Donetsk han vaticinado una alta participación en el "referéndum popular" de autodeterminación convocado para hoy domingo, pese a la "situación de guerra" que se vive en la región.
"¿Respalda usted la proclamación del acta de autonomía estatal de la República Popular de Donetsk?", reza la pregunta de la papeleta, impresa en ruso y ucraniano, que recibirán los votantes.
El jefe de la comisión electoral de la autoproclamada "república popular de Donetsk", Román Liaguin, ha indicado en rueda de prensa que los sondeos señalan que la participación será del orden del 70% del censo electoral, cifrado en poco más de 3.100.000 ciudadanos.
"Consideraremos válido el referéndum en cualquier caso", ha asegurado Liaguin, al señalar que los organizadores de la consulta, considerada ilegal por el Gobierno de Kiev, no han establecido un mínimo necesario de participación para reconocer su validez. Asimismo durante la rueda de prensa, Liaguin ha recalcado, en varias ocasiones, que su labor radica exclusivamente en organizar la consulta conforme a los estándares internacionales y constatar sus resultados, por lo que se negó a abundar sobre sus consecuencias políticas.
"Si la mayoría de la población de nuestra región responde "sí", ello no significa que la región de Donetsk se incorpore a Rusia, o que, en caso contrario, permanezca dentro de Ucrania, o que se convierta en un Estado independiente", ha explicado.
La consulta de hoy se llevará a cabo sin observadores internacionales, ya que, como aseguró Liaguin, "nadie se interesó en venir".
No obstante, el jefe de la comisión electoral se congratuló del gran número de periodistas, cerca de medio millar, que han llegado a Donetsk para cubrir el referéndum.
Tropas ucranianas desplegadas en el este del País. EFE. |
Esta votación no cuenta con respaldo legal ni apoyo unánime de la población local. Tampoco -y más importante- cuenta con el apoyo manifiesto del ejército ruso; por lo tanto, el objetivo del referendo no es claro.
Los expertos están de acuerdo en que es poco probable que Rusia exprese alguna reacción, incluso si la mayoría de los votantes apoya la idea de la independencia de la región. Con la llamada "operación antiterrorista" lanzada por el gobierno interino de Ucrania, que está ganando cada vez más impulso en el este del país, es poco probable que el referendo tenga un impacto importante, a menos que Moscú opte por un escenario al estilo de Crimea y envíe tropas para implementar los resultados.
En los últimos días, los combates entre las tropas gubernamentales ucranianas y las milicias prorrusas han dejado decenas de muertos y más de un centenar de heridos.
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