Policías antidisturbios toman el barrio de Sants. |
La presencia de Mossos en el barrio de Sants ha sido mayor que en noches anteriores, pero esto no ha evitado que se produzcan disturbios y destrozos. Cajeros rotos, contenedores quemados y algunos establecimientos de comida dañados. Bien entrada la madrugada los servicios de limpieza se afanaban para retirar los restos de la batalla.
El barrio barcelonés de Sants se convirtió por tercera noche consecutiva en una especie de batalla campal entre grupos llamados "antisistema" y miembros de la policía autonómica y local.
Si la segunda noche, consecutiva, de incidentes en ese barrio de Barcelona se saldó con seis detenciones y multitud de daños difuminados por la práctica totalidad de barrios de la capital catalana, tras el desalojo de Can Vies, un edificio ocupado desde hacia 17 años y con una fuerte integración en la vida del barrio de Sants, la tercera noche los Mossos d'Esquadra, policía catalana, detuvo a 27 personas y la Guardia Urbana, policía local, efectuaba tres detenciones en los incidentes que tuvieron lugar durante la noche de ayer.
Los detenidos por los Mossos, entre los que hay dos menores, están imputados por los delitos de daños, desórdenes públicos y atentado a agentes de la autoridad; el total de detenidos desde el lunes, cuando comenzaron las protestas por el desalojo, es de 38 personas, 35 de ellas por los Mossos.
Imagen de la protesta en el barrio de Sants./J. Barbosa/Atlas |
Tanto en el caso de Gamonal, con la etiqueta de #GamonalResiste, como en Sants con #gamosants o #canvies, las redes sociales han jugado un importante papel para extender la protesta y convocar manifestaciones.
En la noche de ayer los manifestantes, que portaban una pancarta con el lema "Los barrios, la tumba del régimen" y han lanzado consignas a favor de la "resistencia" y en contra del desalojo y derribo de Can Vies, han lanzado piedras y botellas contra unidades de la policía autonómica, tras haber tirado piedras contra varias entidades bancarias. A esta nueva convocatoria de protesta, han acudido numerosas personas procedentes de otros barrios de la ciudad y de poblaciones cercanas a Barcelona.
Concentración en la plaza de Sants en protesta por el desalojo de la centro social Can Vies y la actuación de los Mossos d'Esquadra. David Palacios/La Vanguardia. |
Desde ventanas y balcones numerosos vecinos mostraban su solidaridad con las reivindicaciones haciendo sonar cazuelas y otros instrumentos.
Una vez más, a pesar de no estar de acuerdo con las acciones de violencia de los grupos minoritarios que se introducen en las manifestaciones pacíficas, parece que es el único lenguaje que entienden unas autoridades incapaces de estudiar, analizar y resolver, como método preventivo, y que obliga, en un acto desesperado e irresponsable, a usar la fuerza represiva para contrarestar la negligencia de su falta de previsión al tomar determinadas decisiones, parece que la fuerza y la solidaridad de un pueblo frustrado ha tenido el efecto deseado y el concejal del distrito de Sants-Montjuïc, Jordi Martí, se ha reunido con representantes del centro cívico de Can Vies, de las asociaciones de vecinos de Sants y de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) para acercar posiciones sobre el conflicto generado por el desalojo del centro okupa. ¿No se podría haber mantenido algún tipo de reunión antes de proceder al derribo y desalojo por la fuerza del centro cívico y como consecuencia llevar a los ciudadanos del barrio a tres noches de violencia?.
Toda acción violenta es criticable, al igual que la destrucción del patrimonio urbano, pero es necesario empezar a analizar y prever antes de tomar decisiones que generen mayor crispación social, y darse cuenta que los ciudadanos no solo son importantes en el momento de depositar su voto, sino que su estabilidad emocional, o lo que es lo mismo que su opinión siempre es una cuestión a ser consultada o analizada, aunque desde el Poder se suele actuar sin medir las consecuencias de sus actos y después utilizar todos los medios a su alcance, incluyendo la violencia, para suplir sus ineficiencas.
Desde el Gobierno se percibe que la población española, o al menos una gran parte de ella parece vivir con el "Síndrome de Estocolmo" (reacción psicológica en la cual la víctima de un secuestro, o una persona retenida contra su voluntad, desarrolla una relación de complicidad, y de un fuerte vínculo afectivo, con quien la ha secuestrado) o como dice un gran amigo con el "Síndrome de la mujer golpeada", que considera que lo que recibe es lo que merece, por eso que ciudadanos, indignados y crispados, se rebelen contra las estructuras de Poder todavía deja sorprendido a más de uno.
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