Translate

jueves, 3 de julio de 2014

República Centroafricana, 12.000 refugiados se encierran en la catedral de Bambari

Milicianos en Bambari.
La situación es crítica, a estas horas, en la ciudad de Bambari, donde la destrucción de casas y los asesinatos forman parte del paisaje cotidiano de aquellos que, todavía, se atreven a circular por sus calles.
"Hemos recibido al menos 12.000 personas en la catedral Saint Joseph que están totalmente desprovistos de asistencia", dice Eduard Mathos, Obispo de Bambari, en la República Centroafricana, donde la violencia de las milicias de Séléka obligan a huir a la mayoría de los habitantes.
"Algunas Ong han venido a constatar la situación, pero hasta ahora no ha llegado ninguna ayuda humanitaria. Se carece de todo, no sólo la comida, incluso lonas para que la gente pueda tumbarse. La Cruz Roja está trayendo agua mientras se excavan letrinas en el patio", continua el obispo.
"Hago un llamamiento para que se intervenga de inmediato para evitar un desastre humanitario", concluye Mons. Mathos.
Unas 70 personas han muerto desde el lunes en el centro de la República Centroafricana en una nueva ola de violencia desencadenada por la muerte de 17 'fulanis' o 'peuls' musulmanes, dijo a AFP un oficial de la Fuerza de la Unión Africana (MISCA).
"Unas 70 personas murieron desde el lunes en la violencia que sacude a la región de Bambari", en el centro del país, dijo la fuente que requirió el anonimato. "Esta estimación sigue siendo provisional, ya que no se puede acceder a toda la ciudad", agregó.
"La mayoría de las víctimas han sido masacradas con armas blancas o ultimadas a balazos", afirmó, añadiendo que se registran enfrentamientos que "dan la impresión de ataques coordinados de grupos armados", ya sean milicianos 'antibalaka' o exrebeldes Séléka, mayoritariamente musulmanes.
La ola de violencia estalló el lunes tras la matanza de 17 miembros de la minoría peul musulmana centroafricana a manos de milicianos cristianos 'antibalaka' cerca de Bambari.
La matanza provocó "actos de represalia" de combatientes del exgrupo Séléka, de mayoría musulmana, en la ciudad de Bambari.
Diez cadáveres que presentaban signos de tortura y heridas de bala fueron hallados esta semana flotando en un río de la localidad de Bambari, en el centro de la República Centroafricana, según informaron a la agencia Efe diversas fuentes.
"Los cuerpos fueron recuperados en el río Ouaka, algunos con signos de tortura y otros acribillados a balazos", comentó para la agencia mencionada un residente de Bambari, localidad que se encuentra en la zona de las milicias musulmanas partidarias del exgrupo rebelde Séléka.
"En las últimas seis semanas nuestros equipos en el terreno han sido testigos del uso sistemático de la violencia como venganza contra pueblos enteros que han provocado víctimas mortales y el  desplazamiento continuo de miles de personas", explica Luigi Pandolfi, coordinador de proyectos de Médicos Sin Fronteras
La situación en la ciudad es realmente crítica, la violencia se incrementa día a día, mientras los cuerpos van apareciendo en las aguas del río, o la tierra de sus calles.
"¿Qué pretenden, que esperemos con los brazos cruzados a que vengan a degollarnos?" La voz incisiva de Zouberou, líder de las juventudes musulmanas de Bambari, resbala entre el ardor de mediodía, a la sombra de la Gran Mezquita. "No vamos a dejarnos asesinar y ser comidos por los [milicianos] antibalaka sin oponer resistencia". Sentados en el mosaico de alfombras, decenas de hombres asienten con la mirada. Los arcos, los machetes y los fusiles tradicionales están listos, dice Gemma Parellada en su crónica "Bambari, la frontera de la venganza en República Centroafricana", para el diario El País.
"Los musulmanes de la República Centroafricana se han convertido en parias desde que, en diciembre pasado, el desordenado y fetichista grupo de autodefensa de los antibalaka (antimachete), entró en la capital, Bangui, y "liberó" la ciudad del control de los rebeldes Séléka, instalados en el poder tras apoyar el golpe de Estado de Michel Djotodia, en marzo de 2013. Más allá de defenderse, las desbocadas antibalaka, formadas por cristianos y animistas, decidieron que toda la comunidad musulmana había sido cómplice de los Séléka e iniciaron una atroz cruzada de venganza", continúa la crónica de Gemma desde Bambari.
Protesta en Bambari contra las tropas francesas. Goran Tomasevic (REUTERS).
"Los linchamientos, asesinatos, amputaciones y hasta actos de canibalismo han llevado a miles de musulmanes a huir del suroeste del país, la zona donde los antibalaka imponen su ley, y a reunirse en el noroeste, que sigue bajo la batuta militar de los Séléka –ahora rebautizados Fuerzas Republicanas. El fantasma del genocidio ha visitado ya miles hogares, el país está dividido de facto y Bambari, a 300 kilómetros al noreste de Bangui, la incandescente nueva capital de los rebeldes musulmanes, está sitiada por el pánico, al ver cada vez más cerca el tsunami de matanzas", se puede leer en el mencionado artículo del diario español.
En el último reducto musulmán de Bangui, las enormes pintadas en las paredes acompañan las quejas de viva voz. "Operación Sangaris = Operación Turquesa" refiriéndose a la operación militar francesa en Ruanda que ha sido acusada de proteger a los genocidas. "Franceses, ladrones de diamantes", chilla otro spray.
En las últimas semanas, una serie de pueblos, entre ellos Bakala, Yabita y Lakanja en las provincias de Grimari y Bambari han sido calcinados parcial o completamente, no dejando a los civiles más salida que huir a la selva después de perder la mayoría de sus pertenencias, sus herramientas para el cultivo y las semillas.
El grupo Séléka dio un golpe de Estado contra François Bozizé en marzo de 2013 y, estando en el poder, protagonizó numerosos abusos que las milicias cristianas utilizaron como pretexto para atacar a los simpatizantes de la coalición que gobernó hasta el pasado diciembre y a la población musulmana en general.
Los enfrentamientos se recrudecieron a finales de ese mismo año y pronto derivaron en una espiral de odio étnico-religioso, que no ha logrado ser atajada por las tropas enviadas por Francia y la Unión Africana, convirtiendo a los centroafricanos musulmanes, en un país de mayoría cristiana, en las principales víctimas de un conflicto que les ha abocado al éxodo o al aislamiento en su propio país.
Los ecos de Ruanda resuenan en cada golpe de machete. Los relatos apuntan a miles de víctimas. Los niños, los adolescentes o los adultos lucharán o morirán solo por miedo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes dejar aquí tus opiniones e impresiones sobre una entrada concreta, sobre algún tema sobre el que te gustaría ver una nueva entrada o sobre cualquier tema del blog en general.