Autobuses quemados tras la eliminación de Brasil de la Copa del Mundo 2014. |
Nadie pareció imaginar que el martes 8 de julio Brasil lloraría una derrota futbolística comparable al Maracanazo de 1950, o tal vez peor. Y sin embargo, eso fue lo que ocurrió.
En las calles de cada rincón de Brasil millones de personas sufrieron en silencio frente a las pantallas de televisión, uno a uno, los goles con que Alemania eliminó a Brasil en la semifinal del Mundial 2014, que acabó 7-1. Tras el partido varias ciudades brasileñas vivieron episodios de violencia y cerca de 20 autobuses fueron incendiados en São Paulo y algunos hinchas fueron detenidos en peleas y altercados. La policía reforzó su presencia durante la noche para evitar nuevos disturbios.En Belo Horizonte, en el Estado de Minas Gerais, ciudad en la que se celebró el partido, se registraron algunos de los hechos violentos más importantes. En Savassi, un barrio de vida nocturna, se reunieron cerca de 25.000 personas. Fue allí donde se produjeron varias peleas. Cuatro personas fueron heridas y hubo doce detenidos, según informó la agencia France Presse.
Dentro del estadio hubo desmanes y varias personas que intentaron destruir parte del patrimonio público debieron ser expulsadas del recinto deportivo y custodiadas por la Policía hasta la salida, según las autoridades. Uno de los sucesos se desató después de que un grupo de personas quemara una bandera de Brasil durante el periodo de descanso, al que se llegó con la victoria de Alemania por cinco goles a cero.
Más de una veintena de autobuses fueron asaltados e incendiados, 19 quedaron totalmente calcinados, en São Paulo, según la empresa concesionaria SPTRans, que gestiona el transporte público de la ciudad.
El incendio fue provocado en un garaje de la empresa de autobuses VIP. fue quemado en varias zonas.
Incidentes en la playa de Copacabana en Rio de Janeiro. EFE. |
En Curitiba hubo autobuses apedreados. El alcalde, por medio de las redes sociales, quiso minimizar el asunto y calificó de "aislados" los hechos. "No se pueden admitir conductas vandálicas por causa de la derrota", añadió.
En Rio de Janeiro una persona murió ayer martes durante un tiroteo entre la Policía Militar y dos personas que quemaron un autobús, dentro de los disturbios originados tras la derrota de la selección de Brasil ante Alemania, por 1-7 en la semifinal del Mundial de fútbol 2014. En esta ciudad la policía reportó un asalto colectivo (arrastrão) durante el partido en el barrio de Copacabana, el más turístico de la ciudad.
En la capital carioca hubo peleas entre los seguidores que asistieron a una zona cercana a la playa habilitada con pantallas para ver el partido. El diario Folha de São Paulo informa de que hubo seis detenidos.
Una persona herida después de los enfrentamientos entre las aficiones de Argentina y Brasil. |
En São Paulo también se produjeron enfrentamientos durante toda la noche entre las aficiones de los países de Argentina y Brasil en la conocida zona de Vila Madalena, lugar de encuentro durante todo el mundial de las diferentes aficiones de los países que han participado en la Copa del Mundo 2014.
Alrededor de las 22:00 horas la policía intervino para dispersar una concentración de argentinos y brasileños que habían convertido la zona en un campo de batallas, tras entrar los primeros en el lugar conmemorando la derrota de Brasil.
Tras la eliminación de la selección brasileña la protesta social puede volver a tomar las calles de Brasil. |
Ahora en Brasil se acabó el circo y la gente pregunta de nuevo dónde está el pan.
Todos vuelven a su realidad difícil, viviendo en favelas precarias y peligrosas, con una deficiente sanidad pública, carentes de atenciones sociales, con un mayoría de trabajadores en empleos precarios, lejos de todo lo que un país con los recursos de Brasil podía estar ofreciendo ya a su gente, pero como el dinero se lo quedan unos cuantos, ahora debería volver la indignación.
Tras el Mundial Brasil, ese país de una belleza extraordinaria, de una calidez acogedora y con una música envolvente, en el que he pasado, y disfrutado, una gran parte de mi vida, deberá luchar por ganar su propio título, aunque ese nada tenga a ver con el fútbol: la igualdad y justicia social. Un título que permita disminuir la brecha social existente, donde la calidad de la educación sea igual para todos, donde la sanidad pública se eleve desde la podredumbre donde se encuentra, donde las mejoras sociales y económicas no continúen siendo exclusivas de una minoría privilegiada, donde el bienestar llegue a todos los ciudadanos de todos los rincones del país, donde el fútbol deje de ser el refugio de las frustaciones populares para convertirse tan solo en lo que es, un deporte.
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