Siria, victoria o destrucción

Esa es la política que parece sugerirnos el Presidente del Gobierno sirio Bashar al Assad, con su política de destrucción masiva de las zonas en poder de las tropas rebeldes a su gobierno, tras una nueva serie de bombardeos -que causaron numerosas víctimas, entre ellas varios niños- y el lanzamiento de misiles Scud.
Para muchos analistas este es el principio del fin de un régimen dictatorial que ha enterrado al país en una situación económico-social de la que tardará muchos años en sobreponerse, y que necesitará la ayuda internacional para que su deterioro no continue prolongándose durante años.
Según informan diversos medios de comunicacón el secretario general de la OTAN -Anders Fogh Rasmussen- ha informado que las fuerzas militares de Bashar el-Asad ya habían usado esas armas contra objetivos rebeldes anteriormente. Rasmussen lamenta el ataque y lo considera “un acto desesperado de un régimen cercano a su colapso” para añadir "esos ataques refuerzan la necesidad de tener una protección de defensa eficaz de nuestro aliado Turquía”, justificando de esa manera el despliegue del sistema antimisiles Patriot por parte de la Alianza en este país. Hace unos días The New York Times informaba que fuentes cercanas a la administración del Presidente Obama les habían comunicado el uso de ese tipo de misiles -de fabricación rusa- por parte de las tropas gubernamentales.
El conflicto en Siria -que se acerca a los dos años de duración- ha dejado más de 40.000 muertos, más de 300 mil refugiados, según recoge la agencia la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR/UNHCR), y como escribía unos días atrás, tiene en los niños y ancianos las víctimas más pejudicadas en el mismo. Un problema éste, agravado por la insuficiente ayuda internacional que llega para los damnificados por la guerra.
El final de este conflicto no parece lejano, la deserción de mandos militares como el comandante de la policía militar de Siria -el cual comunicó la misma tras su huida del país, supuestamente, a Turquía- teniente general Abdulaziz al-Shalal, que además informó en un comunicado emitido por la TV al-Arabiya y publicado en YouTube "mi deserción del Ejército se ha debido al desvío de nuestra misión fundamental que es proteger a la nación y la transformación del mismo en bandas de destrucción y masacre". En el mismo video el militar declaró que "el ejército ha destruido ciudades y villas cometiendo masacres contra una población desarmada que únicamente salió a la calle para pedir libertad".
Para la BBC son muchos los altos cargos militares que están queriendo desertar, pero la vigilancia y el control existente en la actualidad dificulta sus acciones.
Mientras la ONU intensifica sus acciones en la búsqueda de una resolución rápida del conflicto, Putin -actual Presidente de Ruisa- y uno de los pocos aliados que le quedan a el-Asad, empieza a desmarcarse del mismo con su declaraciones "no queremos que el caos se instale en Siria" tras el lanzamiento de los últimos misiles Scud al mismo tiempo que manifestaba "Rusia está interesada en la instauración de un régimen democrático" indicando que "(Rusia) no era el abogado de las autoridades sirias". El Comité Nacional de Coordinación para el Cambio Democrático (CNCCD), grupo opositor al régimen -y cercano a las propuestas de paz de Rusia- apoya una resolución pacífica del conflicto y una solución política que -con el consenso internacional- ponga fin a esta guerra civil.
Para algunas personas entrevistadas de diferentes religiones “En Siria nunca hubo problemas entre las diferentes confesiones religiosas, siempre vivimos en paz respetándonos los unos a los otros; el régimen ha comenzado una guerra sucia para tratar de que nos enfrentemos infundiendo miedo”. Así, este conflicto corre el peligro -en caso de arrastrarse indefinidamente- de derivar de una lucha por la libertad de un pueblo -sin distinción de religión o confesión- a una guerra sectaria con consecuencias inimaginables, excepto la violencia y atrocidad común a todos los conflictos étnicos o religiosos. Pese al marcado cariz político de la guerra Siria, las diferencias entre sunitas, chiitas y otras confesiones viven sumergidas en el fondo de la misma.