Díaz Ferrán ex presidente de la CEOE y un ejemplo de empresario español

Que el ex presidente de la CEOE, "gran" empresario y multimillonario, haya sido encarcelado, es una noticia que no nos sorprende excesivamente, pese a su pequeña aportación a la campaña del PP, especialmente cuando sabemos que, cuando el humo baje, siempre nos quedará el indulto. Se admiten apuestas en este sentido. Creo que las casas de apuestas británicas, tan entusiastas en esta actividad, ya están aceptando las primeras, pero debo comentarles que las apuestas a favor tienen una prima muy baja. Que toda la pandilla que le ayudaba en sus actos delictivos -aunque ellos los definan como ingeniería financiera- le acompañen en sus noches carcelarias tampoco debe sorprendernos en exceso, pues evidentemente cayendo "el capo", otros menos importantes -pero no menos delincuentes- le debían seguir.
Aunque la CEOE quiera negarlo, éste es un hecho que impacta tanto en la propia organización como en todo el entramado del "gran empresario español" pues tener como líder a un mentiroso, estafador, ladrón de los derechos de los trabajadores, es un ejemplo claro de que el enriquecimiento a cualquier precio es el lema que incentiva a la gran mayoría de empresarios y otros ejecutivos de alto nivel jerárquico, que no humano.
Si éste fuera un caso aislado de enriquecimiento ilícito, de ocultación de bienes, de malversación de fondos, etc. podríamos considerar que es la manzana podrida de la cesta, pero la verdad es que empezamos a estar acostumbrados a despertarnos con noticias de actitudes ilícitas por parte de los -supuestamente- "grandes empresarios o ejecutivos" españoles. Todos sabemos que, gracias a estas actitudes, millones de trabajadores españoles se encuentran sin la posibilidad de ejercer un trabajo con el cual sobrevivir. Simplemente, los casos sonados son los que llegan a los medios de comunicación pues los menores pasan totalmente desapercibidos.
Siendo importante el encarcelamiento del ex presidente de la CEOE y sus capangas, lo más importante está en conseguir el reintegro de los fondos robados y que las personas perjudicadas -trabajadores, acreedores- por su causa tengan al menos una compensación o se reinviertan en obras de interés social.
Ahora las medidas del gobierno deberían centrarse en encontrar a todas las empresas y empresarios corruptos que, aprovechándose de sus posiciones en la "élite" y sus conexiones políticas, desvían fondos hacia paraísos fiscales u ocultan sus propiedades a través de terceras personas, pues estas detenciones aisladas no sirven de ejemplo para otros del mismo talante, que se esconden detrás de su nombre y posición.