La justicia climática: el derecho humano del siglo XXI

A la Declaración Universal de los Derechos Humanos le deberíamos incorporar un nuevo apartado, el derecho de todos los seres humanos a un medio ambiente sano y a recursos naturales saludables como el agua, los alimentos, el aire o la tierra que son necesarios para nuestra supervivencia. La justicia climática se refiere al derecho de todos los ciudadanos a sobrevivir en iguales condiciones a las catástrofes metereológicas que se suceden continuamente. La justicia climática, también se refiere al derecho de todos los que habitamos la Tierra a una política ambiental que nos permita asegurar el bienestar de todos, imponiendo límites en la emisión de CO2 a los países industrializados que intentan sostener su modelo de desarrollo, mientras que los países pobres son quienes más sufren los embates del cambio climático agravado por las desigualdades sociales, la pobreza y la discriminación.
El huracán Sandy y el tifón Bohpa son ejemplos de las últimas catástrofes que han marcado la meteorología de los últimos dos meses. El coste económico del primero está estimado en unos 50.000 millones de dólares, mientras en el segundo oscila alrededor de los 65 millones, pero las consecuencias sociales entre uno y otro son totalmente diferentes motivadas por las enormes diferencias económicas entre Estados Unidos y Filipinas países donde, respectivamente, tocaron con más intensidad ambos fenómenos de la naturaleza. Así, las consecuencias en este último país del tifón son, hasta el momento, 647 muertos, 780 desaparecidos, más de 1.000 heridos y decenas de miles de desplazados. Un coste económico bien superior en el caso de EEUU pero un coste social terriblemente más alto en una ya empobrecida población filipina.
La ayuda solicitada por la ONU en este plan de emergencia será dedicada, casi exclusivamente, a la supervivencia de los damnificados según ha explicado la OCHA -Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU- en un comunicado: "el plan entregará urgentemente refugios de emergencia, alimentos, agua y otras ayudas a unas 480.000 personas que han resultado gravemente afectadas en las zonas más destrozadas por el paso del tifón".
Mientras USA intenta rehacerse del golpe material del Sandy, el director de Análisis Climático del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica de EEUU, Kevin Trenberth afirma, "Los efectos del Sandy son entre un 5 y un 10% más fuertes de lo que cabría esperar de una tormenta de estas características, debido al cambio climático”. Y añade a continuación: “Decir que esta tormenta es entre un 5 y un 10% más severa por el cambio climático puede parecer poca cosa, pero ese porcentaje es tremendamente significativo y representa un tanto por ciento adicional que suele ser la gota que colma el vaso y que hace que las consecuencias puedan ser devastadoras”.
Mientras las grandes potencias continúan indiferentes a los procesos derivados del cambio climático, los países menos desarrollados -aunque con menores pérdidas económicas- son castigados con mayor gravedad socialmente, con muertos, heridos, desaparecidos y refugiados. Resumiendo, los países y pueblos más empobrecidos del mundo, que han contribuido menos al cambio climático, están siendo los primeros y los más perjudicados por el mismo.