Noviembre de violencia en São Paulo; se agrava el conflicto entre las autoridades y el PCC

Noviembre terminó con el trágico balance de más de 200 asesinatos en São Paulo. Sólo el último día de mes se produjeron nuevas matanzas (chacinas en brasileño) y ataques a policías con 10 muertos y 15 heridos. Si sumamos los producidos durante el mes de Octubre llegamos a la escandalosa cifra de casi 500 asesinatos. Para el corresponsal de la BBC en Brasil este es el resultado de una guerra entre el PCC (Primer Comando de la Capital) y la policía del Estado. El PCC es una organización criminal formada en 1993 por un grupo de prisioneros en el estado de São Paulo, tras la masacre de 111 reclusos en la cárcel de Carandiru por parte de fuerzas de seguridad el año anterior. Pero no es la única que actúa en el estado mencionado.

También existen sospechas de que están actuando grupos de exterminio en vengaza por los asesinatos indiscriminados de policías -casi 100 en lo que llevamos de año-, pero en los que están perdiendo la vida víctimas inocentes de esta compleja situación.

Amnistía Internacional en Brasil ha solicitado por su parte una investigación sobre las actuaciones policiales, ante lo que denomina el fracaso en el combate a la violencia por parte de las Autoridades estatales, por  supuestos abusos -privación de los derechos humanos- cometidos por agentes del orden, inclusive su participación en actos delictivos, aunque ha manifestado que no posee pruebas contundentes de sus afirmaciones.

Tim Cahill, miembro de esta ONG y especialista en asuntos brasileños, declaró a la BBC "condenamos la negligencia del Estado en dos cuestiones: garantizar la seguridad pública amplia y respetuosa y asegurar la justicia para las víctimas de violaciones a los derechos humanos cometidas por agentes del Estado", para condenar inmediatamente los indiscriminados asesinatos de policías, uno de los últimos el de una policía militar, que recibió diez disparos por la espalda delante de su hija. 

Para los habitantes de São Paulo la violencia, disparos y asesinatos de civiles y policías se está convirtiendo en rutina diaria que obliga a muchos a modificar sus hábitos. La situación ha llegado a un extremo en el que existen rumores, no confirmados, de que el PCC ha impuesto, en determinadas zonas, un toque de queda a la población en represalia por la sospecha de ejecución de un miembro de la organización en una de las vías que circundan la capital -un sargento y dos policías están bajo investigación de asesinato y torturas por este hecho-. Aunque medios oficiales niegan el toque de queda, la verdad, según recogen medios locales -y por haber vivido, en el pasado, situaciones similares en otra ciudad de Brasil en primera persona-, el mismo es un hecho cerrando escuelas y comercios y con especial incidencia en el movimiento nocturno. Este ha caído abruptamente, afectando a bares y restaurantes que ofrecen como alternativa el servicio de entrega a domicilio. Así, ver la televisión en casa se ha convertido en la actividad más segura para millones de paulistanos, especialmente tras las ocho ejecuciones ocurridas en el populoso barrio de Vila Brasilândia -situado en el norte de São Paulo- en esta noche pasada.
El fin de esta situación es una incógnita en esta trágica ecuación.

Fotos de Eduardo Anizelli/Folhapress                                   y                     Edison Temoteo/Futura Press