El Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, ha pedido hoy a los líderes del Congreso que luchen juntos para conseguir el acuerdo presupuestario para el año 2013 -antes del 31 de este mes- que evite el precipicio fiscal al que se encamina la economía norteamericana, y con ello el inicio de una crisis mundial -no sólo en USA- de repercusiones impredecibles. La finalidad de este acuerdo es evitar, simultáneamente, un aumento considerable de los impuestos que afectaría sobre todo a la clase media y una reducción del gasto público que, aunque disminuiría el déficit fiscal respecto al PIB, podría generar un proceso de recesión de importante magnitud.
En declaraciones recogidas por The New York Times, Barack Obama ha dicho: "Los líderes del Congreso están trabajando en un marco para evitar un aumento de impuestos a la clase media, y creo que podemos ser capaces de llegar a un acuerdo que puede pasar a ambas cámaras en el tiempo necesario"; y continúa diciendo en su discurso semanal: "No podemos permitirnos una política que auto-inflija una herida a nuestra economía".
En un momento de crisis económica en la zona euro, con previsiones de crecimiento sólo a partir del 2014, la entrada en recesión de la economía estadounidense podría ser el golpe fatal para las economías del resto del mundo. Las optimistas previsiones de crecimiento para América Latina podrían verse convertidas en puros espejismos si los políticos de la mayor economía mundial son incapaces de llegar a un acuerdo que posibilite el normal desarrollo de su economía durante el próximo curso fiscal. Es el caso de Brasil, por citar un ejemplo, que este 2012 ha sufrido las consecuencias del colapso económico mundial, pasando de unas perspectivas iniciales de crecimiento del 4,5% a las estimativas oficiales que se centran ahora en el 1%. Y lo mismo está sucediendo en otros países de la zona
Mientras los líderes de los partidos republicano y conservador permanecen encerrados con el objetivo de cerrar el acuerdo antes del próximo día 31, los ojos de numerosos países con objetivos de crecimiento muy esperanzadores (Panamá, Perú, Paraguay y Bolivia esperan crecer en 2013 por encima del 5,5%, mientras Brasil, México, Chile, Colombia y Argentina auguran un crecimiento entre el 4 y el 4,5% según datos suministrados por la Cepal - Comisión Económica para América Latina y el Caribe) están fijos en la resolución del acuerdo, pues de la reactivación de la economía norteamericana y de la evolución de la economía China depende, por un lado, el crecimiento de éstos y otros países de la zona -aunque sea menor pues están afectados por sus problemas internos-, y por otro, que se abra el camino para la resolución de la crisis que está azotando determinados países de Europa. Así pues, durante las próximas 48 horas casi todas las economías del mundo tendrán la vista puesta en la Casa Blanca y sus líderes políticos.
Pero independientemente del acuerdo al que se llegará -posiblemente- en las próximas horas, un problema continúa ensombreciendo la economía mundial: la recesión en la zona del euro y el incontrolado crecimiento del déficit de los Estados Unidos, mientras unas incógnitas se nos abren respecto al futuro: ¿hasta cuándo se sostendrá el crecimiento de la economía China? ¿Tendrá la misma la suficiente fortaleza para continuar siendo la locomotora de la economía mundial?
De momento, el acuerdo es el objetivo más acuciante a conseguir en las próximas 48 horas, es decir, antes de que un nuevo año esté encabezando nuestros calendarios.
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