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miércoles, 1 de mayo de 2013

Afganistán, por supuesto adulterio, joven de 20 años es ejecutada por su padre

Halima, joven de unos 20 años, madre de dos hijos pequeños, es el nombre de la última víctima de la barbarie sexista y religiosa en Afganistán. El último de una interminable lista de crímenes de "honor".
Según se ha conocido hoy, a través de la organización Amnistía Internacional, esta joven fue asesinada el pasado lunes 22, por su propio padre, acusada de adulterio.
Este asesinato público de una mujer en Afganistán es una prueba más de que las autoridades siguen sin hacer frente a los niveles alarmantes de violencia de género en el país, ha declarado hoy Amnistía Internacional, al dar a conocer la muerte de la joven.
Su ejecución tuvo lugar en una aldea de la provincia de Badgis, al noroeste de Afganistán, frente a una multitud, unas 300 personas, que se congregó para asistir a la misma.
El delito que le llevó a la muerte fue escaparse con un primo durante unos días, en ausencia de su marido, que se había ido a Irán, supuestamente a trabajar, dejándola sola con los hijos. El juicio y el veredicto fueron rápidos: ejecución por adulterio, y la condena aplicada inmediatamente. El verdugo una persona que conocía perfectamente a la víctima: su padre.
Frente a la multitud recibió, de su progenitor, varios tiros que acabaron con su vida.
Halima Fazla Ahmad estuvo, según su padre, ausente de su domicilio durante varios días, siempre en compañía de un primo de su misma edad. Al parecer el mismo devolvió a la joven a su familia, unos 10 días después de huir con ella, siempre según denunció el propio padre, y posteriormente desapareció, para evitar represalias por su acción. 
Según la propia organización el asesinato se produjo después de que tres de los líderes religiosos del pueblo, presuntamente vinculados a los talibanes, emitiesen una fatwa (edicto religioso) que ordenaba la ejecució pública de Halima, después de que su padre les pidió consejo acerca de la fuga de su hija.
 "La violencia contra las mujeres sigue siendo un mal endémico en Afganistán, y los responsables rara vez se enfrentan a la justicia", dijo Horia Mosadiq, investigadora sobre Afganistán para Amnistía Internacional.
En Afganistán es delito mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio, y está penado con hasta quince años de cárcel. Pero en este caso no existen testimonios que corroboren que la mujer realmente fuera infiel, según ha destacado un líder provincial que solicitó que se mantuviera su anonimato. "El padre de la chica huyó tras matarla", según explicó, al periódico español El Mundo, por teléfono, el jefe de policía de Badghis, Sharafuddin Sharaf desde la capital provincial.
"No sólo las mujeres sufren violencia a manos de miembros de la familia por razones de preservación de los llamados 'honor', pero con frecuencia las mujeres se enfrentan a violaciones de los derechos humanos como resultado de veredictos emitidos por los sistemas de justicia tradicionales, informales", dijo Mosadiq. Para continuar comentado la miembro de AI, "Estos sistemas deben ser reformados y la policía deben evitar este tipo de sentencias que se están llevando a cabo".Según diversas informaciones el padre de Halima y los tres miembros del consejo religioso que emitieron el fatwa han pasado a la clandestinidad, pero no se ha conseguido confirmar nada al respecto de esa información. La policía local dice que está investigando el caso, pero nadie ha sido detenido en relación con el asesinato."Las autoridades de todo Afganistán deben garantizar que los autores de la violencia contra las mujeres sean llevados ante la justicia. La práctica profundamente impactante de las mujeres que son víctimas de "castigos" violentos, incluyendo asesinatos, pública o privada, debe terminar", insite Horia Mosadiq. 

"En nuestra cultura, no se acepta el adulterio", explicó el jefe provincial de policía intentando justificar la reacción del padre de la muchacha, y de quienes le acompañaron en la decisión de asesinar a la hija, aunque la desaprobó ya que el hombre se tomó la justicia por su mano. Por su parte, el responsable de la Policía Local en el distrito de Ab Kamari, Qamaruddin, aseguró que los talibán influyeron en la comunidad para que castigara a la muchacha de forma tan drástica. Sin embargo, el jefe del Consejo Provincial, Majid Khan, lo desmintió, y aseguró que dos mulás de la zona y el padre de la joven fueron quienes decidieron ejecutarla en público para mantener el buen nombre de la familia.
La Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán (AIHRC) documentó más de 4.000 casos de violencia contra las mujeres desde el 21 marzo hasta el 21 octubre 2012, lo que representa un aumento del 28% en comparación con el mismo periodo del año anterior.La Comisión Afgana Independiente también ha criticado a la policía del país en Baghdis, por la contratación de los presuntos autores de algunos actos de violencia contra la mujer, entre ellos un comandante talibán y sus 20 hombres implicados en la muerte por lapidación de la viuda Bibi Sanuber, de 45 años de edad, por presunto adulterio en 2010. "Ese flagrante desprecio de los derechos de las mujeres es una burla de la justicia", dijo Mosadiq. 
En agosto de 2009, Afganistán aprobó la eliminación de la violencia contra la mujer. La Ley de la Mujer, tipifica como delito el matrimonio forzado, la violación, las palizas y otros actos de violencia contra las mujeres, aunque su aplicación es prácticamente inexistente. "La ley de Afganistán para la eliminación de la violencia contra las mujeres es un paso muy positivo, pero no va a ser útil a menos que se aplique debidamente, algo que no hemos visto hasta ahora", comenta finalmente Horia Mosadiq en la página web de la ONG Amnistía Internacional.

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