Día de Reyes, nuestros pedidos para el 2013

En muchos países de tradición católica se celebra hoy la festividad de Reyes, un día donde los niños -y muchos adultos- esperan ansiosos la llegada de los primeros rayos de sol para descubrir los presentes que los Reyes Magos les dejaron en su peregrinar nocturno. Con mayor o menor grado de ansiedad observan los regalos expuestos al lado del árbol navideño, e instantes después se inicia la caótica ruptura de los envoltorios que ocultan los deseos de pequeños y grandes.

Desde 1987 no vivíamos un año en el que todos sus dígitos fuesen diferentes, y esto se repetirá hasta la próxima década, así que son unos años donde quizás podamos conseguir que, al igual que los dígitos, todo sea diferente del pasado reciente.
A pesar de haber comenzado el año con los mismos signos que todos los anteriores, confiemos que la cordura inicie un paulatino proceso y se instale nuevamente en cada uno de los partícipes de esta sociedad que camina a pasos firmes hacia su aniquilación y donde conceptos como 'sociedad del bienestar', 'libertad', 'derechos', 'igualdad', etc. pueden ir perdiendo su significado con el paso de los años venideros.
El inicio del año no lleva al optimismo (patético acuerdo -de última hora- en los Estados Unidos de América para evitar el denominado abismo fiscal, violación múltiple de una niña de 9 años en Pakistán, nuevos casos de corrupción, la desaparición del tradicional Newsweek -que publicaba su último número impreso el pasado 31 de diciembre-, aumento de la tensión entre China y Japón, nuevas matanzas en Sao Paulo -deja 6 muertos y 3 heridos- y  USA -4 muertos-, nombramiento de Rodrigo Rato como asesor de Telefónica...), provocándonos la tentación de echar el telón o acelerar el paso de las horas para observar que sucederá en los próximos meses.
En un año -como escribe Louise Arbour para Foreign Policy- donde 10, entre otros, conflictos deben seguirse muy de cerca por sus implicaciones sociopolíticas y económicas: El conflicto de Siria, la tensión entre Irán e Israel, el crecimiento del poder talibán en Pakistán y Afganistán, evolución de Yemén, los conflictos en Burundi y la República Democrática del Congo -sin olvidar los existentes en otros países africanos-..., en un 2013 donde los pronósticos de la continuidad de la crisis económica -y entramos en el sexto año- continuarán golpeando con fuerza a una gran cantidad de ciudadanos de algunos países de la Unión Europea, es muy posible que se nos aleje un poco más -como escribe Gideon Rachman en el Financial Times- el lema acuñado a partir de la caída del muro de Berlín en 1989: la libertad funciona.
Aún así, voy a escribir mi carta con los deseos para un 2013 que todavía está en pañales y dando sus primeras bocanadas de aire:
Queridos Reyes Magos, os pedimos, entre otras cosas menores, que los políticos no continúen decepcionándonos, que disminuya -ya que es imposible que desaparezca- la corrupción, que los evasores que perjudican a los ciudadanos sean encarcelados y sus fortunas confiscadas, que impere la cordura y Estados Unidos e Irán lleguen a un acuerdo que impida que un día nos despertemos con la noticia del bombardeo de las instalaciones nucleares iraníes por parte de los primeros, que el 20 de Enero -día de las elecciones en la Baja Sajonia (Alemania)- los electores opten por votar a favor de un cambio en la política económica alemana -y consecuentemente en la Unión Europea- que permita que éste sea el último año de la Gran Crisis y, evidentemente, salud para que todos podamos conmemorar a final del año la culminación de nuestros humildes deseos.