Anusha es el nombre de una de las últimas víctimas -conocida- de una cultura arcaica y ancestral donde el valor de la vida de una mujer es equivalente a nada. Una joven de 15 años golpeada hasta la muerte por sus padres y rociada con ácido simplemente por mirar hacia dos chicos que pasaban en una moto frente a la puerta de su casa. El padre de Anusha al observar la escena imaginó que la misma mantenía relaciones secretas con uno de los chicos y montó en cólera, y provocó que -juntamente a su esposa- iniciara una violenta agresión hacia la menor que culminó con la muerte de la misma.
En declaraciones a la BBC y recogidas por el semanario francés Paris Match los padres declararon: "ella (la hija) se volvió para mirarlos dos veces. Yo ya le había dicho que no hiciera eso, pues estaba mal. La gente ya hablaba de nosotros porque nuestra hija mayor era así ", Zaheen, la madre, describió el ataque y declaró a continuación: "ella nos dijo: 'No era mi intención, no voy a mirar más'. Pero los golpes y el ácido, que yo había lanzado, ya cubrían su cuerpo". La madre concluyó con el siguiente comentario: "ella estaba destinada a morir así".
Sólo en 2011 se produjeron -que se tenga conocimiento- 943 muertes de mujeres por este tipo de acciones. Marvi Memon, empresaria y miembro de la Liga Musulmana de Pakistán, un partido conservador, ha manifestado: "Aunque las leyes se han endurecido para castigar este tipo de ataques su aplicación continua siendo muy difícil y es muy complicado luchar contra este tipo de actos que ocasionó 100 víctimas -contabilizadas- más que en 2010".
Algo que nadie contabiliza son las mujeres que optan por el suicidio tras este tipo de ataques.
Anusha, como otras muchas mujeres que sólo anhelan ser libres para expresar sus opiniones, sentimientos o creencias, que viven en sociedades y culturas represivas mientras ellas únicamente desean recibir una educación que les permita progresar, salir de la ignorancia, evolucionar y descubrir nuevas opciones y, de esta manera, saciar su curiosidad por la cultura, sexualidad e interés por una vida diferente a su entorno, ha visto su existencia radical y definitivamente interrumpida.
Desde esta página éste es mi homenaje a ella y a todas aquellas mujeres que diariamente luchan por modificar las pautas de comportamiento, las actitudes, los recelos de una sociedad que -aún progresando en numerosos aspectos- debe continuar avanzando en sistemas normativos, culturales, económicos, políticos y sociales que conciba la relación entre hombre y mujer como una relación entre iguales.
La igualdad de género es uno de los grandes retos de los próximos años para las generaciones actuales.
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