Translate

lunes, 18 de agosto de 2014

Mundo, Los países invierten más en la muerte que en la vida

Treinta y ocho años después del primer caso de ébola, este nombre proviene del río Ébola (en la República Democrática del Congo, antiguo Zaire), donde fue identificado por primera vez en 1976 durante una epidemia con alta mortalidad, las organizaciones y principales autoridades mundiales comienzan a volcarse sobre el continente africano, donde el virus se propaga sin control.
Ahora que la epidemia amenaza con traspasar las fronteras africanas para llevar sus trágicos efectos a otros continentes, alarmando a Estados Unidos y Europa, la Organización Mundial de la Salud (OMS) anuncia que es preciso una inversión de 100 millones de dólares y el Banco Mundial libera 200 millones para su combate.
Además de tardías la cifras parecen inexpresivas si las comparamos con lo que los países del llamado "Primer Mundo" se gastan en alimentar las guerras.
Más de mil personas han muerto en Guinea, Liberia, Sierra Leona y Nigeria desde que fue detectado en febrero, y como consecuencia de su evolución la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado una emergencia internacional. Además, considera que las cifras del ébola estaban siendo ampliamente subestimadas.
Paciente com ebola recebe tratamento
Paciente com ebola recebe tratamento
El virus ya ha causado más de un millar de muertes, mientras las pésimas condiciones de los servicios sanitarias, así como las muy deficientes condiciones de las redes de saneamiento público son  factores de una potencial expansión del ébola. Esas deficiencias históricas que enfrenta el continente africano, siempre han sido invisibles para los países más ricos, que durante siglos explotaron y se repartieron África, sin que jamás uniesen esfuerzos para mejorar sus condiciones.
Mientras el ébola parecía enquistado en el continente africano nunca mereció una atención prioritaria por parte de los líderes mundiales y mucho menos que se realizase cualquier tipo de inversión, de peso, en su combate.
El ébola es una enfermedad viral cuyos síntomas iniciales incluyen una fiebre repentina, mucha debilidad y dolor muscular y de garganta, según la OMS.
Pero eso es sólo el principio. Después vienen los vómitos, la diarrea y en muchos casos hemorragias tanto internas como externas.
La enfermedad se transmite a los humanos por el contacto con animales infectados, incluidos chimpancés y murciélagos de la fruta, entre otros.
Entonces se contagia entre los humanos de forma directa, por contacto directo con sangre infectada, fluidos corporales u órganos, o indirectamente por contacto con un entorno contaminado. Incluso en el funeral de un fallecido por ébola, las víctimas pueden estar en riesgo si tienen contacto directo con el cuerpo del muerto.
El periodo de incubación puede ir desde dos días a tres semanas y el diagnóstico es muy complicado.
El ébola ya ha matado a decenas de médicos y enfermeros en la región. En Sierra Leona, falleció el único virólogo experto en ébola, Umar Khan.
El entierro de un fallecido por ébola debe hacerse con extrema precaución.
En la actualidad, a pesar del cambio de actitud de algunos países, por el miedo a que el virus pueda escapar al control de las autoridades sanitarias, y aunque esa posibilidad merecería una inversión significativa por parte de los países más poderosos, los gastos estratoféricos de los mismos no van dirigidos a la lucha por la vida, y si por la muerte. El combate de las guerras, o las guerras en sí mismas son el gran negocio.
El programa de gastos del Pentágono, en materia de defensa, para el año 2015 llega a los 496 billones de dólares, se incluyen 79.400 millones de dólares para las llamadas "operaciones de contingencia en el extranjero", a pesar de los recortes anunciados por el gobierno de los Estados Unidos, en 2013 el presupuesto fue de 600 billones, una cantidad muy superior a los presupuestos que China, Rusia, Francia, Japón, Alemania, India, Arabia Saudí y Brasil juntos.
Diversas estimativas cifran la guerra de Irak en un coste para los Estados Unidos superior a los 2 billones de dólares. Un informe del Instituto Watson de Estudios Internacionales señala que el costo y las bajas humanas fueron enormes a cambio de poco o nada para EE.UU. e Irak. El estudio concluye que mientras EE.UU. ganó poco en la guerra e Irak quedó traumatizado, el conflicto revitalizó a los radicales islámicos en la región, hizo retroceder los derechos de las mujeres y debilitó el ya precario sistema de salud iraquí.
Algunas estimativas dicen que desde el 11 de septiembre de 2001 los Estados Unidos gastaron más de 1,6 trillones (1,6 billones de millones) de dólares, en el combate al terror. También destacan algunos estudios que en 230 años de historia como nación independiente esa nación norteamericana ha gastado 6,8 trillones de dólares en guerras alrededor del mundo.
Un informe de hace unos años del Congreso estadounidense comparaba el coste de los dos conflictos, las guerras de Irak y Afganistán, con las otras guerras de EEUU y situaba la guerra de Irak (784.000 millones) en el segundo puesto de los más costosos, detrás de la Segunda Guerra Mundial (4 billones de dólares), pero ya por delante de la de Vietnam (738.000 millones a lo largo de 12 años), Corea (341.000 millones) y Afganistán (320.000 millones).
Los gastos militares tienen en el mundo actual un doble papel: por un lado constituyen la base para el desarrollo de la guerra como instrumento de dominación política por excelencia a través de la fuerza de las armas y por otro, se trata de una peculiar producción de mercancías.
Como dice Alex J. Bellamy, en su artículo The Responsibility to Protect and the problem of military intervention, "La expansión del gasto militar contemporáneo no puede entenderse si no se examinan las peculiaridades de las guerras y de la producción de armamentos como mercancías en el capitalismo. Sin embargo, no debe perderse de vista que ya desde los años 60 varios destacados economistas llamaban la atención sobre los verdaderos objetivos de estos gastos que se resumían en la defensa de la hegemonía global de Estados Unidos; la creación de una plataforma segura para las empresas transnacionales; la creación de un sector de investigación/desarrollo financiado por el gobierno y dominado por el gran capital; la generación de una actitud más complaciente de la población frente a la preparación para la guerra y las guerras permanentes; y absorber la vasta capacidad productiva excedente y evitar el estancamiento, promoviendo negocios de bajo riesgo y altas ganancias para el capital".
El brote de Ébola que surgió en 2013 en el África occidental sigue propagándose por Guinea, Sierra Leona, Liberia y Nigeria y está fuera de control según Médicos Sin Fronteras (MSF), uno de los organismos internacionales que se encarga de su contención sobre el terreno. Se han registrado al menos 1.145 muertes y 2.127 casos en más de 60 lugares distintos, muchos de ellos de difícil acceso.
Hay cinco especies de Ébola diferentes. Todas ellas reciben su nombre de un río cercano al epicentro del primer brote, en República Democrática del Congo. Por su lugar y año de descubrimiento, se conocen como Sudán y Zaire (1976), Reston (1989), Costa de Marfil (1994) y Bundibugyo (2007).
Si las inversiones fuesen movidas por la solidaridad, y no por intereses menos nobles, el dinero del mundo sería usado en salvar vidas, y no para provocar muertes, heridos y destrucción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes dejar aquí tus opiniones e impresiones sobre una entrada concreta, sobre algún tema sobre el que te gustaría ver una nueva entrada o sobre cualquier tema del blog en general.