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lunes, 16 de junio de 2014

Colombia, La reelección de Santos, un voto de confianza al proceso de paz

seguidores de Santos en Bogota
Partidarios de Santos celebran su triunfo en la segunda vuelta de las elecciones.
El actual presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ganó, ayer domingo, el ballottage con el 50,95 por ciento de los votos. El delfín del ex mandatario Álvaro Uribe (2002-2010), Óscar Iván Zuluaga, obtuvo el 45,00%. El triunfo de Santos, con el 100% de las mesas escrutadas, marca el destino del proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en un conflicto que ya lleva más de medio siglo.
El triunfo de Santos también representa un voto de confianza al proceso de paz con las guerilleras de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que Santos inició en noviembre de 2012.
Junto a las alianzas de última hora, una mayor participación en las urnas parece haber decidido la contienda, pues esta vez poco menos de cinco de cada diez colombianos con capacidad para votar (47,98%) ejercitaron su derecho al voto, mientras que el pasado 25 de mayo, en la primera vuelta de las elecciones, la abstención superó el 60%.
"Colombianos de muy diferentes opciones, incluyendo muchos que no simpatizaban con mi gobierno, se movilizaron por una causa, la causa de la paz", dijo Santos durante la noche del domingo, en su discurso de celebración. "Se movilizaron a sabiendas que la historia tiene sus momentos y que este es el momento de la paz, de terminar ese largo y cruento conflicto", agregó.
"Quiero felicitar a Santos por su triunfo. La democracia consiste en eso. Hemos dado una batalla llena de ideas, de propuestas y de ilusión por Colombia. Tuvimos la fuerza, el cariño y la convicción de cada uno de ustedes", sostuvo Zuluaga, ante sus partidarios, tras reconocer la derrota. "La lucha continúa. Mañana será un nuevo día para organizar nuestro partido, el Centro Democrático, una nueva alternativa para Colombia", agregó.
Al enfrentarse en las urnas, en primera vuelta, el pasado 25 de mayo, Santos cedió una ventaja de cerca de medio millón de votos al uribista Óscar Iván Zuluaga. Entonces, para esta segunda vuelta, Santos decidió convocar al país y a los partidos que quedaron por fuera de la contienda electoral, a unirse por la paz. Recorrió regiones del país buscando convencer al voto indeciso.
El hecho de que haya sido el candidato del uribismo, Óscar Iván Zuluaga, el competidor en este mano a mano definitivo por la presidencia le facilitó la tarea a Santos, especialmente porque pudo reducir la campaña a que los colombianos deberían escoger entre la paz que él representaba y la guerra que encarnaba el uribismo.
Para la segunda vuelta, también, el juego de las alianzas políticas se hicieron definitivas. Y con su discurso por la paz, Santos logró conformar lo que se denominó como un frente amplio con ese objetivo. Una de las adhesiones más significativas fue la de una de sus opositoras durante el primer mandato: la excandidata del Polo, Clara López. El partido de izquierda dejó en libertad de acción a sus militantes, pero la jefe del movimiento no solo anunció su voto por Santos sino que hizo campaña de frente por el mandatario. También se le sumó Iván Cepeda, uno de los parlamentarios más reconocidos de esa organización. 
Treinta y tres millones de colombianos estaban habilitados para votar en esta segunda vuelta, luego de que en la primera ninguno de los cinco candidatos, de entonces, superase el 50% de los votos.
No se puede dejar de mencionar en el análisis de los resultados el altísimo nivel de abstención. Una vez, como sucede en los últimos 16 años, los que salen a votar no han superado el 49%. Sin embargo, en esta última elección presidencial el abstencionismo se disparó y llegó en la primera vuelta al 60% y en la segunda al 53%.
"No me gusta ninguno de los dos, así que no voy a ir a votar", dijo Ángelo, de 25 años, en la mañana del domingo. Laura, de 22, tampoco depositará su voto en las urnas. "Zuluaga es la vuelta de [el expresidente 2002-2010] Uribe, y Santos no ha hecho nada. No hay seguridad en la calle, toda la política es corrupción", comentó para justificar su postura. Mientras para Lorena, una joven camarera de 20 años, que tampoco votó. "(Los políticos) Prometen cosas que no pueden cumplir. Solo se preocupan de la paz con las FARC, pero no hablan de la violencia que vivimos en la calle, hay robos y asesinatos todos los días", denuncia en declaraciones a la prensa local. La inseguridad en las calles del país es uno de los temas que más preocupa a los colombianos en estos momentos, así como las deficiencias en temas de sanidad pública, servicios públicos, educación, desempleo juvenil, pobreza, Colombia es un país de grandes desigualdades sociales, etc. Para muchos ciudadanos la política es una batalla entre ellos, o sea de una élite desconectada de la realidad habitual de la mayoría de la población.
Por otra parte, también hay que destacer el voto en blanco, que de un habitual 2% llegó en la primera vuelta al 6% y en la segunda al 4%. Uno de los políticos que abanderó esta opción es el senador del Polo Democrático de izquierda, Jorge Enrique Robledo, para quien aliarse con Santos o Zuluaga, como ha hecho la mayor parte de la izquierda y la propia excandidata presidencial Clara López, era traicionar su conciencia.
Elegido presidente tras un sucia campaña de ambos candidatos y que tuvo la paz como mensaje central, Santos ahora está obligado a culminar satisfactoriamente las negociaciones con las FARC en La Habana y avanzar lo más rápidamente posible en las conversaciones con el ELN, la segunda guerrilla del país.
Pero, al mismo tiempo, también tendrá que garantizar que cualquier acuerdo con los rebeldes que se alcance en la mesa de negociación sea además aceptable para la mayoría de la población.
Y encontrar un balance entre las aspiraciones de los guerrilleros y las demandas de los ciudadanos, que, no olvidemos, tendrán que aprobar cualquier eventual acuerdo en un referéndum, supondrá un importante desafío para el presidente reelecto.
No todos los colombianos ven en el actual proceso de paz el camino ideal para conseguir la misma. 
"Hay que recordar que según las encuestas el 73% de la población dice que no está de acuerdo con que la FARC participe en política y el 83% que deben pagar cárcel todos", le dijo a la BBC Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC).
"Así que el principal reto de Santos será culminar el proceso de paz y sobre todo poder llevarlo de manera exitosa a las urnas", agregó.
Marcha por la paz en Colombia
El conflicto armado colombiano dura más de 50 años y se ha cobrado más de 6 millones de víctimas.
La posible paz a cualquier precio hizo que Diana Bautista, médico de 26 años, acudiera a votar. En la primera vuelta se abstuvo, pero ayer votó al uribismo manifestando el mismo temor, que puede percibirse en una parte de los colombianos, respecto a la negociación con la guerrilla: "Me da miedo que gane Santos, se les está dando demasiado a las FARC a cambio de nada. Ellos siguen matando, robando y extorsionando". El derrotado Zuluaga, delfín político del ex presidente Alvaro Uribe, prometía enfrentar a los rebeldes con mano dura redoblando la ofensiva militar sin hacer concesiones.
La web de la revista colombiana Semana comenta respecto al triunfo de Santos, "El triunfo que obtuvo Santos en Bogotá se le puede atribuir a esta alianza (en referencia al apoyo del Polo Democrático), pues la capital ha estado gobernada por la izquierda desde el 2003, y Clara López fue la segunda más votada en las pasadas elecciones del 25 de mayo. Solo en Bogotá Santos pasó de menos de 450.000 votos a más de 1.300.000. La batalla por Bogotá se hizo decisiva, y en buena parte la capital del país podría haber sido la clave del éxito. 
Santos también logró sumar el respaldo de otro importante sector de la izquierda, pues varios dirigentes de la Alianza Verde como Antonio Navarro, Claudia López, Ángela Robledo, también se sumaron a este frente, lo mismo que el sector de Progresistas liderado por Gustavo Petro quien en la primera vuelta ya se la había jugado por Juan Manuel Santos. Aída Avella de la Unión Patriótica, la exsenadora Piedad Córdoba. Y también su contricante en el 2010, Antanas Mockus, se puso la camiseta de la paz que prometía Santos.  
Otro sector que respaldo la reelección fue el de un grupo de parlamentarios conservadores que después de la primera vuelta, cuando quedó eliminada la candidata oficial del partido, hicieron público su respaldo a la reelección. Esto se sumó al mensaje que le envió el expresidente, durante el período 1982-1986, Belisario Betancur quien también se la jugó por la paz".
Para la politólogo Marcela Prieto, sin embargo, los resultados son consecuencia de la convocatoria en dos zonas del país. "Lo que se impuso fue el poder de la movilización de los partidos, en la Costa y en Bogotá", dijo en declariaciones al diario colombiano El Tiempo.
Santos tiene cuatro años para conseguir la paz e iniciar un camino de mejoras económico sociales que permitan disminuir las brechas de la desigualdad existentes en la sociedad colombiana.

Juan Manuel Santos saluda tras conocer su victoria. / Leonardo Muñoz (EFE)

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