Argentina para en protesta contra el Gobierno

Si el 8 de Noviembre el pueblo argentino tomó las calles con sus cacerolas en protesta contra el gobierno, ayer paralizaron el país en una huelga general histórica. Cristina Kirchner se enfrentó a la movilización contra su política social más importante en sus cinco años al frente del país. Desde el año 2003 no se vivía una situación similar.
Esta es la imagen tomada ayer de una de las avenidas con más movimiento de la Capital a cualquier hora del día.

Solo. Un hombre a pie, ayer por la mañana, sobre la Avenida General Paz, a la altura de Constituyentes. La protesta se notó en calles y autopistas./ Gerardo Dell’Oro

Desde que Néstor Kirchner accedió al poder el año 2003, tras las elecciones posteriores a la masacre de Avellaneda bajo el mandato de Eduardo Duhalde, Argentina no había vivido una protesta tan extensamente seguida en todo su territorio.
El apoyo masivo a la huelga de ayer paralizó totalmente el país, incluyendo vuelos internacionales, aparato judicial, transportes, metro, ferrocarriles, gasolineras, comercios, escuelas, etc. Los andenes vacíos de metro y ferrocarriles de Buenos Aires -siempre atestados- mostraban claramente el nivel de respuesta de la población a la convocatoria efectuada por los sindicatos CGT, CTA y otros con menor seguimiento.
La Presidente Cristina Kirchner respondió que los movimientos de protesta que están surgiendo contra su gobierno son amenazas y presiones sobre el mismo, en concreto respecto a la huelga comentó: "No fue una huelga, fue un apriete y una amenaza" para continuar diciendo, según pública hoy el diario argentino Página/12: “Soy una mujer y no me agarro a trompadas, pero me voy a bancar las que me tenga que bancar. A mí no me corre nadie y mucho menos matones con patoteadas.”
El país vive una situación muy delicada tras años de crecimiento. Según algunas estimaciones, este año se ha producido un estancamiento considerable y un nivel de inflación -según información difundida por la BBC cercano al 25%- muy superior al que indican fuentes oficiales.
El éxito de esta convocatoria, así como la protesta popular del 8/N, muestra claramente el crítico momento que vive Cristina Kirchner al frente del Estado, afrontando un creciente malestar de la población.