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miércoles, 21 de noviembre de 2012

La discriminación, un problema social

Ayer martes la iglesia anglicana de Inglaterra celebró su Sínodo General con un tema que podía romper con años de tradición de esta institución: La ordenación de las mujeres como obispos. Aunque la propuesta obtuvo la mayoría, no fue la necesaria (dos tercios de cada una de las 3 cámaras que componen el Sínodo).
Aunque el líder espiritual de la iglesia, Justin Welby, se declaraba partidario de la integración de las mujeres en el selecto grupo de los obispos de esta iglesia, no consiguió su objetivo -y las "candidatas" deberán continuar esperando- en un acto que nos deja como lectura la dificultad de la mujer para llegar, de forma natural, a los altos escalones políticos, religiosos, empresariales, etc.
Aunque las mujeres consiguieron el derecho a ejercer el sacerdocio en la iglesia de Inglaterra hace 20 años, no han conquistado el de participar al más alto nivel eclesiástico.
Como informa The Telegraph hoy: "La iglesia anglicana vive paralizada por sus contradictorias obsesiones respecto a la igualdad y el consenso". Y continúa: "la iglesia anglicana ha votado a favor de la tradición". Pero éste no es un problema exclusivo de la iglesia anglicana, es una corriente en todos los ámbitos de la sociedad. Inclusive la discusión de la Comisión Europea- se tenía que celebrar el pasado 24 de Octubre- sobre una propuesta de ley para imponer cuotas de paridad vinculantes para las empresas de la UE, tuvo que posponerse por falta de los apoyos necesarios entre los comisarios. Este tema fue finalmente aprobado el pasado día 13. El mismo día de su aprobación -y eso que le falta un largo camino por recorrer hasta convertirse en norma- ya recibió críticas de numeros países, que amenazan bloquearla, y de organizaciones empresariales. Así por ejemplo la Confederación Alemana de Asociaciones de Empresarios calificó la imposición europea de una cuota mínima de camino equivocado. "La introducción de una cuota mínima de mujeres en los consejos de administración no contribuye a fomentar la carrera profesional de las mujeres y es una injerencia constitucionalmente dudosa en el derecho de los accionistas de elegir cargos", manifiesta a través de un comunicado. Entonces, aunque muchos medios de comunicación estén achacando hoy a la iglesia de Inglaterra su falta de modernización, observamos que no es una realidad exclusiva de esta institución.
Tenemos mujeres líderes de algunos países, también de algunas empresas, ministras, ejecutivas, pero son casos aislados en una sociedad donde el machismo defiende cada día sus posiciones ideológicas y, aunque muchos lo cuestionen, no existe en la práctica una política de igualdad de sexos y es por eso que en muchos países se aplican las cuotas. En caso contrario ¿tendrían las mujeres el actual acceso a los cargos de gestión?. Las cuotas de género ya están introducidas en  Francia, Italia, España, Islandia y Bélgica.
Personalmente considero las cuotas una forma de discriminación, no sólo hacia aquellos sectores para los que se crean (existen cuotas para mujeres, ingreso de gente de color o sin posibilidades económicas en universidades y otros ejemplos.), sino también hacia aquellos que, teniendo capacidad, indistintamente del sexo, raza o religión, para ocupar una posición directiva, política o en la universidad, se quedan fuera por causa de estas imposiciones legales.
¿Son necesarias las cuotas en estos momentos? Posiblemente sí, pero eso es simplemente porque no estamos ante una sociedad igualitaria, que haría innecesaria la implantación de éstas en el sistema legislativo.

3 comentarios:

  1. Yo creo que la cuotas de paridad no deberían ser necesarias.
    Posiblemente lo sean, pero yo como mujer trabajadora no las quiero. Me gustaría llegar a lo más alto gracias a mi esfuerzo, no porque una ley lo imponga.
    Aún nos queda un largo camino para que los hombres (y también mujeres, ¿por qué negarlo? Somos nuestras principales enemigas) confíen en nosotras con responsabilidades en las manos.
    Pero poco a poco va cambiando: Angela Merkel lidera Alemania, cada vez hay más mujeres en política, sanidad...

    Queda un largo camino, y creo que nosotras nos merecemos el derecho de luchar para estar arriba, sin que esté impuesto.

    Aún no estamos en una sociedad igualitaria, pero ya llegará...

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  2. Estoy totalmente de acuerdo, considero las cuotas como un símbolo que estimula la desigualdad social por cualquier motivo. ¿Que sucede con las personas competentes una vez alcanzado el valor máximo de la cuota? Por otro lado, ¿todas las personas favorecidas por las cuotas son competentes para ocupar las posiciones o cargos que ocupen? ¿Cúal es la percepción que nos deja el que personas más competentes que las favorecidas por las cuotas se queden fuera de la universidad o cargos empresariales por falta de oportunidades? ¿Deberían de existir cuotas para otros sectores marginados como los desempleados mayores de 45 años? ¿Acaso ellos no sufren discriminación?

    Debe ser la competencia de cada persona, independientemente de su edad, sexo, religión o color, la que dictamine donde debe estar situada la misma. Con esto sólo quiero decir que estoy en contra de cualquier tipo de cuota que sólo indica una situación de desigualdad social y marginación de determinados sectores de la población.

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  3. Exacto. Ahora mismo, (hablo de España ya que es donde vivo) hay mucha discriminación, tanto a mujeres como a (como bien dices) hombres mayores de 45 años, etc...
    Pero creo que eso es otro tema, por que se aprovechan de la crisis para discriminar.

    Pero volviendo a lo de las cuotas, si que es verdad que muchas veces, por el echo de ser mujer, ya no te miran igual, y dudan de tu capacidad, aunque tengas más calidad que "candidatos" del sexo masculino.
    Pero van cambiando las cosas, hay que ser positivos.

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