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jueves, 3 de octubre de 2013

Turquía, Amnistía Internacional acusa al gobierno turco de graves violaciones de los derechos humanos durante las protestas de la plaza Gezi

Amnistía Internacional (AI) acusó hoy a Turquía de graves violaciones de los derechos humanos y de haber hecho un uso excesivo e innecesario de la fuerza en la represión de las protestas contra el gobierno de Erdogan que tuvieron lugar durante los meses de mayo y junio. En un informe publicado ayer, AI denuncia que "las autoridades turcas cometieron violaciones de derechos humanos en una escala masiva durante los intentos del Gobierno por reprimir las protestas del parque Gezi (de Estambul) este verano".
Bajo el título "Protestas del parque Gezi: brutal negación del derecho de asamblea pacífica en Turquía", el documento afirma que las autoridades de Ankara vulneraron a gran escala varios derechos humanos. "Entre ellos se encuentran la negación rotunda del derecho de reunión pacífica y la violación del derecho a la vida, a la libertad y a no sufrir tortura o malos tratos", expresó en un comunicado Andrew Gardner, experto de AI sobre Turquía.
"Cuando hay más de 8.000 heridos en el transcurso de las manifestaciones", explica Andrew Gardnerd, miembro de la organización, "y más del 60% de ellos presentan contusiones provocadas por el impacto de botes de gases lacrimógenos… está claro que la policía los está utilizando como proyectiles y no para el uso como gases lacrimógenos para el que fueron diseñados".
AI denunció que, desde el comienzo de las manifestaciones, la policía usó cañones de agua, balas de plástico y gas lacrimógeno y pimienta de una forma claramente innecesaria y desproporcionada.
El informe de AI, publicado en su página web, menciona que más de ocho mil personas resultaron heridas durante la represión de las protestas, de las cuales 11 perdieron un ojo y otras 104 sufrieron graves heridas en la cabeza.
Seis manifestantes y un agente de policía murieron en la ola de protestas, iniciadas para evitar la destrucción y urbanización de uno de los pocos parques en el centro de Estambul pero que se extendieron como un movimiento contra la política que se expandió por toda Turquía.
Protestas en Turquía, en mayo 2013Amnistía Internacional denuncia que no haya habido apenas actuaciones judiciales contra quienes perpetraron esos abusos y que, por el contrario, se haya procesado y acosado a quienes participaron en las protestas. Personas cuyas vidas, en ocasiones, han quedado marcadas para siempre:
"Fue como una película de terror", explica Hulya Asland, una estudiante universitaria que perdió un ojo tras ser alcanzada por un proyectil. "Tenía la cara llena de sangre y no podía respirar. Sangraba por la boca, por la nariz, por los oídos".
"Vi algunos policías antidisturbios a unos pocos cientos de metros. Primero, me dieron con el cañón de agua. Luego, una lata de gas lacrimógeno me golpeó en el estómago pero no me caí. Unos cinco agentes vinieron y empezaron a pegarme repetidamente en la cabeza. Uno de ellos puso un objeto duro en mi ojo y sacó el globo ocular de  dentro". Este es el testimonio de Hakan Yaman, un conductor de minibús de 37 años de Estambul. El ataque que narra ocurrió el 3 de junio, al poco de iniciarse una ola de protestas contra el Gobierno que fue reprimida con violencia policial en Turquía. "Escuché decir a uno de ellos, 'Éste ya está acabado, ahora vamos a acabarlo del todo'. Me arrastraron entre 10 o 20 metros y me echaron en un fuego. Se fueron y me arrastré fuera del fuego", denunció el mismo.
El primer ministro turco, que en su día calificó de ejemplar la actuación policial durante las protestas y tachó de terroristas a quienes participaron en ellas, anunció el pasado lunes un paquete de medidas, que calificó como reformas democráticas, que no contempla acciones para evitar que se reproduzca la situación.
AI destacó que las personas acusadas de haber organizado las protestas están siendo investigadas bajo la legislación antiterrorista turca.
Esa norma, que define vagamente el concepto de terrorismo, permite a las autoridades encarcelar a los sospechosos sin juicio durante largos periodos de tiempo y ha sido criticada por organizaciones defensoras de los derechos humanos.
"El Gobierno turco debe aprender a tolerar las opiniones discrepantes expresadas mediante protestas en la calle y debe garantizar que la policía cuenta con equipo, formación e instrucciones adecuados para actuar legalmente durante dichas protestas", reclama el documento. La organización de defensa de los derechos humanos denuncia el uso excesivo de la violencia y señala que "desde el comienzo de las manifestaciones la Policía usó cañones de agua y gas lacrimógeno y pimienta de una forma claramente innecesaria y desproporcionada".

"La decisión de las autoridades turcas de poner fin a las protestas del parque Gezi y disuadir de que se repitan está clara. Su táctica para lograrlo ha sido la fuerza, las amenazas, los insultos y los procesamientos", criticó Gardner.
AI solicita a la comunidad internacional, especialmente a países como Brasil, China, Bélgica, Israel, Reino Unido y Estados Unidos, que dejen de enviar material antidisturbios a Turquía hasta que Ankara lleve a cabo una investigación independiente sobre el uso incorrecto de esos equipos. El informe critica también que los grandes medios de comunicación prestaron poca atención a las protestas o no presentaron la postura de los manifestantes.
Amnistía Internacional también denuncia numerosos casos de abusos sexuales de la policía hacia las mujeres detenidas. Estos concuerdan con otros testimonios, como el de Pinar, una joven que fue detenida y golpeada repetidamente en un autobús policial. Allí, un agente le dijo: "Ahora que las luces [del autobús] están apagadas, te voy a doblar y te voy a joder aquí mismo", según publicó hace unos días el diario turco Hurriyet, uno de los principales del país.
Eylem Karadað fue detenida, golpeada y manoseada por policías varones tras su detención, cerca de donde se realizaba una manifestación en el barrio de Dikmen, en Ankara, el 26 de junio. Ella hizo una denuncia sobre el asalto sexual y, únicamente, se le informó que su caso sería investigado.
Deniz Erahin también fue agredida sexualmente por agentes de policía. La agresión tuvo lugar en el distrito Kýzýlay, en Ankara, el 16 de junio. Su denuncia fue registrada por la policía.

Las manifestaciones se iniciaron el 30 de mayo, precisamente tras el brutal desalojo de decenas de activistas que querían detener la demolición del parque Gezi en el centro de Estambul.
"El nivel de violencia utilizado por la Policía durante las protestas del parque Gezi muestra claramente lo que sucede cuando unos agentes de Policía poco formados y poco supervisados reciben instrucciones de utilizar la fuerza, y son animados a no escatimarla, sabiendo que probablemente nunca serán identificados o enjuiciados por los abusos que cometan", ha advertido Andrew Gardner.
Turkish authorities have so far failed to bring to justice those responsible for the abuses committed during the Gezi Park protests.
Captura de la web de Amnistía Internacional. © BULENT KILIC/AFP/Getty Images

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