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jueves, 17 de octubre de 2013

Estados Unidos, En el último asalto, como a principios de año, el país logra el acuerdo fiscal y evita la suspensión de pagos

Finalmente no habrá hecatombe financiera internacional, algo, que considero, que nadie pensaba que podía llegar a suceder. Estados Unidos no entrará en cesación de pagos, por ahora, porque la historia podría volver a repetirse en enero cuando el gobierno otra vez esté al borde de quedarse sin dinero, como ya sucedió en diciembre del pasado año, y anteriormente durante el verano de 2011, cuando también bajo la sombra de la hecatombe, la quiebra del país y el caos económico mundial, se firmó el acuerdo que ampliaba el techo de la deuda.
Virtualmente al filo del precipicio fiscal, el Congreso acordó elevar el techo de la deuda y la administración que encabeza el presidente Barack Obama puede volver al trabajo con recursos que durarán hasta principios del año entrante.
A poco más de hora y media de que se cumpliera la fecha límite para que el Tesoro no pudiera pedir dinero prestado para pagar sus facturas, la Cámara de Representantes ha votado (285, a favor y 144, en contra) a favor del proyecto de Ley para elevar el límite de la deuda y reabrir la Administración. La votación ha tenido lugar tras una intensa jornada de negociaciones, rumores y declaraciones por parte de ambos partidos y de la Casa Blanca.
El nuevo plan extiende los límites de la deuda federal hasta el próximo 7 de febrero. Este nuevo compromiso mantendrá el Gobierno abierto y con financiación hasta el 15 de enero. Con tiempo hasta la fecha, el debate deberá reiniciarse y buscar una solución presupuestaria que evite, al menos esta vez, la incertidumbre económica del último mes. El proyecto de ley aprobado permite elevar el techo y presentar un presupuesto de 17 billones de dólares que esquiva el impago técnico.
El cierre parcial del Gobierno ha costado al país 3.600 millones de dólares. Además, los mercados han fluctuado con la volatilidad habitual pero con la incertidumbre añadida del riesgo de default. Las consecuencias de la inquietud económica aún debe cuantificarse de manera oficial.
La versión oficial de la Casa Blanca es que no hay ganadores. "Nadie que haya sido enviado a Washington por el pueblo estadounidense puede decirse ganador si el pueblo ha pagado tal precio por lo ocurrido", dijo el portavoz Jay Carney.
El presidente, Obama, emerge de la crisis reforzado y considerado unánimemente como el principal ganador en términos políticos: no sólo cumplió su palabra de no negociar sino que consiguió que en todas las encuestas den como culpables de la crisis a los republicanos. El mismo ha manifestado su predisposición para trabajar con ambos partidos para conseguir un arreglo fiscal de largo plazo. "Todavía quedan muchas cosas por hacer y yo voy a trabajar para mejorar la situación del país. Espero que el Congreso haga lo mismo".
"Peleamos por una causa justa, simplemente no ganamos", reconoció el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boerhner.
Los republicanos salen con su imagen seriamente golpeada. Las encuestas de opinión los señalan como los culpables de haber cerrado el gobierno y haber puesto al país al borde del precipicio económico.
El acuerdo alivia a los mercados financieros y despeja las inquietudes sobre la economía mundial. En un comunicado, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, instó a EE.UU. a "reducir la incertidumbre que rodea la política fiscal y elevar el límite de la deuda de un modo duradero".
El problema de la ley del Congreso es que sólo ofrece soluciones temporales. No está claro si a los líderes republicanos les quedarán ganas de plantear otra batalla en el 2014, pero el calendario del pacto les permite hacerlo, y generar nuevamente momentos de incertidumbre financiera a nivel mundial, para resolverlos con el toque de la última campanada de la fecha límite.
Centenares de miles de empleados públicos, en paro forzoso desde el 1 de octubre por falta de acuerdo sobre el presupuesto entre demócratas y republicanos, volverán hoy a sus puestos de trabajo.
Como dijo una vez Winston Churchill, "Podemos confiar en que los americanos harán lo correcto, pero sólo después de haber agotado todas las otras opciones".
John Boehner camina a través de la Sala de las Estatuas del Capitolio. / WIN MCNAMEE (AFP)

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