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jueves, 4 de abril de 2013

España, regresando al pasado se acerca a las tinieblas

Estos últimos días España es un hervidero de noticias que generan preocupación en los medios políticos, y exclusivamente en ellos pues, sinceramente, no creo que casi ningún ciudadano esté preocupado por las repercusiones que pueda tener en la, ya muy deteriorada, imagen de España en el exterior.
Los políticos se llenan la boca con la palabra "preocupación", pero ¿cual es la diferencia de que sea imputada la Infanta Cristina a que sean imputados la innumerable cantidad de políticos, que lo están, en casi todo el abanico de delitos posibles desde la ejecución del poder? Los papeles de Bárcenas, el caso Gurtel, el caso Pokemon, el caso EREs, el caso ...(sería una historia sin fin ennumeralos todos). Parece que todo se ha desvanecido para los dirigentes de los partidos políticos, obcecados ahora por la marca España. Sin embargo desde hace ya algún tiempo la "marca España" es bien conocida: CORRUPCION.

La imputación de la infanta Cristina en el conocido caso Nóos ha generado "una enorme preocupación" en el Gobierno, según el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García Margallo. ¿Y todos los casos de corrupción en los que están imputados, la misma figura jurídica que Doña Cristina, cientos de miembros del PP, PSOE y otros partidos con políticos en los diferentes ayuntamientos que componen la geografía española? ¿Eso no afecta a la "marca España"?
Para dejar inmaculada la imagen del país, hasta un alto miembro del PP, Ignacio González, Presidente de la Comunidad de Madrid, ha asegurado en una entrevista que es favorable al establecimiento de límites a las publicaciones de los medios de comunicación, porque hay que cuidar la imagen de las personas e instituciones, y determinados comentarios pueden hacer mucho "daño". O sea para el sr. González deberíamos volver a la época del oscurantismo, la tinieblas y por supuesto la falta de libertades, especialmente la de expresión. Y yo me pregunto, ¿no sería más fácil dejar de delinquir, alejarse de la posibilidad de ser imputados, y dejar a los ciudadanos y a los medios hablar con total libertad? Evidentemente si no hay nada que ocultar, no hay imagen que deteriorar.
Durante muchos años, un señor llamado Francisco Franco, impuso el silencio, coaccionó la libertad, impidió el libre ejercicio de los derechos y libertades de todos los ciudadanos, y ahora el sr. González quiere que la prensa calle y otorgue.
Para este señor la prensa es culpable de dañar la imagen de un partido o un personaje público porque el mismo se la pasó navegando con un conocido narcotraficante. ¿Pero quién es el culpable del deterioro? 
El Presidente de la Comunidad de Madrid lo tiene muy claro: la prensa por difundir la noticia y fotos de las actividades, ya que esas pueden dañar la imagen de quien, como el sr. Alberto Nuñez Feijóo, Presidente de la Xunta de Galicia y del Partido Popular de esa región española, sale a navegar con el conocido narcotraficante Marcial Dorado, y encima miente en relación al período de esas relaciones.
Está claro que nos encontramos ante un desvío de la memoria en cuanto a la fechas, y no de un acto malintencionado para confundir a los ciudadanos de buena fe, cuando dice que rompió relaciones con el narcotraficante en 1997, en el mismo momento que tuvo conocimiento de sus actividades ilegales. Pero la culpa del daño a la imagen del Partido Popular y del Sr. Feijóo la tiene el periódico español El País por publicar fotos y artículos respecto a las relaciones entre ambos, y por supuesto el juez que reveló que existían conversaciones telefónicas de Feijóo y Dorado entre 2001 y 2003, cuando este ya había estaba siendo investigado por diversos delitos. No el señor Feijóo por frecuentar ese contacto.
La responsabilidad del deterioro de la imagen del PP y del Sr. Rajoy la tienen los medios de comunicación por bombardearnos durante días con los llamados "papeles del caso Bárcenas", el despretigio de las Instituciones, también es responsabilidad de los medios por publicar los constantes casos de irregularidades que se han vivido en los últimos años, el fraude fiscal de empresas y grandes fortunas, el irresoluble mapa electoral en Italia, la crisis de Chipre, la tensión en Corea... 
Si hablamos de imagen, no hay peor descrédito para un país, que la impunidad de unos pocos, los sempiternos procesos judiciales, la falta de reglas claras para todos, la sensación de casta, "los dalits de la India", pero no por ser la casta más baja de la sociedad, sino por esa sensación de impunidad en la que se mueven, por creerse intocables aquellos que ocupan las estructuras políticas y los más altos niveles en las empresariales.
Los ciudadanos españoles, tengo casi total seguridad, preferirían ver la "marca España" totalmente deteriorada si a cambio los caminos de la justicia fuesen señalizados para poner entre rejas, o al menos que dimitan de sus cargos, a tanto imputado preocupado con la "marca España", si se consigue la estabilidad económica, si se cancelan los desahucios, si existe trabajo generalizado, si hubiera un poco más de verguenza en la clase política del país y menos cinismo, si...
Pero, Sr. González tiene usted toda la razón: para mantener incólume la "marca España" lo mejor y más apropiado es matar al mensajero. 
Feijóo, navegando con el 'narco' Marcial Dorado. / FOTO: EL PAÍS / VÍDEO: ATLAS

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