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miércoles, 17 de abril de 2013

Venezuela, después de las elecciones, ¿un país encaminado hacia un conflicto civil?

Declaraciones como las de la secretaria general del Partido Popular y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, respecto a los resultados electorales de Venezuela, que dejan en duda su identidad como demócrata, pues está mucho más cercana a las actitudes autoritarias, que hemos podido observar en otras elecciones donde los perdedores de la misma no aceptan los resultados, "Estamos muy preocupados y miramos con preocupación todo el proceso electoral que ha tenido lugar en Venezuela y creemos que es deseable que se clarifique lo antes posible la limpieza del proceso democrático por el bien de la consolidación de la democracia en Venezuela" declaró la misma, así como las de Capriles u otras en el sentido de no reconecer la victoria, en principio, legitimada en las urnas por Nicolás Maduro, sólo ayudan a incrementar la división que existe actualmente en el país entre los partidarios de los dos principales contendientes de las elecciones del pasado domingo.
Las primeras consecuencias de no aceptar los resultados de las urnas, poniendo en duda el proceso democrático que representan las elecciones, han sido los incidentes que han tenido en vilo a determinadas ciudades del país, y han dejado un saldo, hasta la fecha, de siete personas muertas, entre ellas un policía, y más de 60 heridas, entre la noche del domingo y este martes, en las protestas post-electorales en toda Venezuela. Según informó la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, en declaraciones a la agencias estatal de noticias AVN, el gobierno vincula las muertes con la violencia contra las oficinas del gobierno, incluidas las clínicas comunitarias, centros de distribución de alimentos, un banco y un programa preescolar.
Tras años de silencio las calles venezolanas, después de las elecciones del domingo, volvieron a vivir un ensordecedor cacerolazo que, mezclado con cohetes, bocinas de autos y hasta las penetrantes vuvuzelas, que nos dejó el Mundial de Sudáfrica, pertubaron nuevamente la tranquilidad de plazas y calles.
Tras la muerte de, la figura absorbente y aglutinadora, Hugo Chávez, parece que una parte de la sociedad venezolana vivió en las últimas horas una catarsis emocional y purificadora de los últimos años del chavismo.
"Nicolás Maduro y Henrique Capriles se responsabilizaron entre sí de la violencia ocurrida el lunes en varias zonas del país. Incluso, el gobierno acusó de ello al líder opositor ante al cuerpo diplomático acreditado en el país", según indicaba la BBC en su página web.
Las declaraciones de Maduro, tras los incidentes tampoco se pueden considerar excesivamente afortunadas, "Han sido asesinados por las turbas fascistas", dijo Maduro, en cadena de televisión, tras acusar a Capriles de orquestar un "golpe de Estado" con su llamada a mostrar su disconformidad con los resultados mediante protestas en la calle.
El recién electo presidente declaró posteriormente "Esta era una crónica de un golpe de Estado. Hoy declaro que hemos derrotado el golpe de Estado (...) Todos a las calles", al convocar a sus seguidores a manifestarse en respaldo a su victoria.
Mientras el candidato derrotado escribía en su cuenta de Twitter "El ilegítimo y su gobierno ordenó que exista violencia para evitar el conteo de los votos. Ellos son los responsables".
Para el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Elías Jaua, "Es lamentable que altos funcionarios de gobiernos europeos se pronuncien pidiendo cosas fuera del marco, que están opinando, lo que representa una injerencia en un país soberano".
Nadie duda que Nicolás Maduro fue el gran beneficiario de una campaña de divinización del ex presidente, Hugo Chávez, organizada para capitalizar el clima de conmoción emocional que sacudió a Venezuela. Se valió de un uso desmesurado de los poderes del Estado, que incluyó la voladura de parte de la Constitución para gozar de mayor proyección, y dispuso de una cobertura en los medios de comunicación desproporcionada en comparación con la de su rival.
Pero el resultado de las urnas nos deja una lectura preocupante respecto al futuro del país. Como ya ha sucedido en otros países las urnas confirman la existencia de dos Venezuelas simétricas, donde impera el aborrecimiento y el rencor entre ambas.
Por otro lado el descubrimiento de unas cajas de la CNE, que supuestamente contendrían papeletas de votos, sólo hace que incrementar las suspicacias de la existencia de fraude en las elecciones y el malestar de un sector de la población, incrementándose las diferencias entre los partidarios del chavismo y los seguidores de Capriles.
Debido al descubrimiento de estas cajas abandonadas en una carretera cerca de la localidad de Barinas, la situación en esa ciudad es el centro de interés en las redes sociales en Venezuela.
Wilmer Azuaje @AZUAJE_WILMER
OJO VENEZUELA LA POLICIA ESTA ARREMETIENDO CON TIROS A LA POBLACION RESPONSABILIZO ADAN CHAVEZ POR ESTA MASACRE Q ESTA SUCEDIENDO RT MSJ
Estas son algunas de las imágenes que se pueden encontrar en diferentes cuentas de Twitter de habitantes de la zona donde se hallaron las cajas, y publicadas en la noche del ayer martes por el Diario de Caracas.
Tampoco ayudan a la imagen de imparcialidad de Nicolás Maduro sus comentarios sobre conspiraciones internacionales, aunque puedan existir algunos intereses desestabilizadores, como las realizadas la pasada noche en el sentido que Estados Unidos estaba financiando las movilizaciones populares, "La embajada (estadounidense) ha financiado y dirigido todos los hechos de violencia", dijo el mandatario en la televisión estatal, y aunque no presentó ninguna prueba concreta señaló que lo haría más adelante. "La embajada de Estados Unidos ha financiado a estos grupos neonazis" repitió poco después.
Según la web noticiasdeaqui.net, que reporta noticias del estado venezolano de Anzoategui, "Los escuadrones antimotines de la policía de Barinas y la guardia nacional, comenzaron a lanzar bombas lacrimógenas y tiros de perdigones contra un numeroso grupo de personas que se encontraban protestando en la Troncal 5, tras haber encontrado una caja con votos de las elecciones celebradas este domingo".
Si las interferencias exteriores no le hacen ningún favor al presente y al futuro de Venezuela, las sospechas de fraude, y la falta de interés en refutarlas con pruebas, sólo están provocando un incremento de la tensión ya existente en una Venezuela dividida políticamente.
El gobierno venezolano debe percibir la importancia real de la oposición, en contraposición a las declaraciones del presidente de la Asamblea Nacional y número dos del partido gobernante, Diosdado Cabello -exteniente del ejército-, que aseguró "Cuatro niñitos ricos no van a desordenar el país". El mismo ordenó el inicio de una investigación sobre los hechos de violencia y, en particular, sobre la incitación que achaca al comando del candidato opositor, Henrique Capriles Radonski. 
Para el futuro económico de Venezuela es importante que esta situación se resuelva rápidamente y con la mayor transparencia, para que se disipe cualquier duda de fraude y, el nuevo gobierno, pueda retomar en breve los tradicionales lazos diplomáticos y comerciales del país.

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