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martes, 30 de septiembre de 2014

Hong Kong, La tensión se adueña de unas calles con decenas de miles de manifestantes reclamando democracia

50 mil personas exigen en Hong Kong más democracia
Más de 50.000 personas exigen democracia en Hong Kong.
Eran las 22:00 horas del domingo y se suponía que Michelle Li, una bailarina de 22 años, iba a estar en su cuarto haciendo tarea. Pero leer en Facebook cómo la policía disparaba gas a los manifestantes prodemocracia en el centro de Hong Kong la agitó demasiado como para seguir estudiando. En minutos, siguió las publicaciones en línea hacia la protesta; y pronto también le dispararon gas lacrimógeno.
Hong Kong vive días de tensión. La disputa es por la forma en que será elegido el próximo líder de esta región china. Y el movimiento "Occupy Central" cobra un protagonismo que incomoda a las autoridades centrales en Pekín.
"Occupy Central with Love and Peace" (Ocupa Central con Paz y Amor), conocido como "Occupy "Central", es un movimiento de desobediencia civil propuesto por activistas a favor de la democracia en Hong Kong.
Los activistas quieren una reforma política y elecciones democráticas que cumplan normas internacionales. Las elecciones son en 2017 pero a fines del mes pasado el gobierno de China emitió una resolución que limita quién puede presentarse como candidato.
Activistas a favor de más democracia en el territorio se han manifestado en la ciudad en las últimas semanas. Y planean ocupar el distrito financiero como protesta.
El último domingo la policía usó gases lacrimógenos para dispersar a manifestantes prodemocracia fuera de la sede del gobierno.
La tensión se apoderó del centro de Hong Kong cuando miles de personas se fueron sumando a las movilizaciones en favor de la democracia y se enfrentaron a las cargas de la policía, que utilizó gases lacrimógenos para intentar dispersarlos. Desde Pekín, el Gobierno chino mostró su apoyo a una gestión firme de la crisis por parte de las autoridades locales.
Las calles del centro de la excolonia británica se convirtieron ayer en un raro escenario de enfrentamientos entre policías y manifestantes, que reclaman democracia plena para Hong Kong. Los distritos de Admiralty, donde se halla la sede del gobierno local, y de Central, corazón financiero de la ciudad, se vieron sumidos en el caos y la circulación quedó paralizada.
Sus calles vivieron los enfrentamientos entre miles de manifestantes y fuerzas del orden, equipadas con cascos y chalecos antibala, que utilizaron gases lacrimógenos (algo prácticamente desconocido en la excolonia) para dispersar a la multitud.
La iniciativa de la policía, sin embargo, produjo el efecto contrario. Los manifestantes, lejos de amedrentarse, se reagruparon,equipados con impermeables, gafas de protección y paraguas, con el fin de mantener la protesta. al tiempo que se encaraban con la policía y coreaban consignas como "Queremos democracia real" y "Vergüenza, vergüenza", por sus cargas violentas. "¡Lucharemos hasta el final (...) nunca nos rendiremos!", dijo Peter Poon, uno de los líderes de la movilización. Animado por la actitud de los estudiantes, uno de los líderes del movimiento pro democrático Occupy Central, Benny Tai, anunció que su organización adelantaba a hoy lunes su campaña de ocupar el distrito financiero de Hong Kong, para protestar contra la actitud de Pekín. Un llamamiento que refuerza las movilizaciones estudiantiles.
Los organizadores de la concentración contabilizan en torno a 80.000 el número de personas que se congregaron en Admiralty, alentados por las detenciones de los estudiantes en la noche del viernes y que fueron puestos en libertad ayer, incluido su líder Joshua Wong, de 17 años.
Las autoridades locales no se quedaron de brazos cruzados ante el cariz que tomaba la situación. El jefe del Ejecutivo, Leung Chun-ying, declaró a la prensa que estaba "determinado a luchar contra las acciones ilegales de ocupación de forma resuelta". Una advertencia dirigida a los líderes de Occupy Central que habían lanzado su convocatoria de bloquear el distrito financiero para protestar contra la reforma electoral aprobada en agosto por Pekín y que restringe la aplicación del sufragio universal para elegir el jefe del Ejecutivo de la excolonia en el 2017.
Desde Pekín las autoridades comunistas también lanzaron un mensaje de apoyo a Leung Chun-ying. Según Xinhua, un portavoz de la Oficina para los Asuntos de Hong Kong y Macao declaró que "el Gobierno central se opone rotundamente a los diversos actos ilegales que se han producido en Hong Kong, susceptibles de dañar el Estado de derecho y poner en peligro el orden social" y que "apoya al Gobierno local".
Protestas en Hong Kong
China limitó quién puede presentarse como candidato en las elecciones en Hong Kong y estallaron las protestas.
La evolución de las movilizaciones sitúa, sin embargo, a las autoridades de Hong Kong y de Pekín ante un complejo dilema político. Y es que si se muestran flexibles y actúan de manera sutil, corren el peligro de perder la iniciativa ante el movimiento pro democrático. Por otra parte, si optan por mostrarse contundentes, corren el riesgo de provocar una actitud contraproducente en la clase media de Hong Kong, que podría decidir apoyar a los manifestantes.
Hasta ahora, buena parte de la clase media de la excolonia británica ha evitado pronunciarse respecto a la actitud de Pekín. Integra una mayoría silenciosa que acepta el estatus político actual porque lo único que quiere es estabilidad política y social. Una garantía imprescindible para que la excolonia británica mantenga su primacía financiera internacional.
"La situación se complica por momentos", comentó ayer un observador occidental vía telefónica. "La realidad es que además de las cuestiones de orden público lo que sucede ahora es que en cada hongkonés hay una batalla entre su mente y su corazón", añadió.
Anoche, mientras las fuerzas de policía reforzaban la seguridad en el distrito financiero de Hong Kong, un grupo de estudiantes emitió un comunicado en su página de Facebook en el que instaba a retirarse del centro de la ciudad. La Federación de Estudiantes de la excolonia británica pedía a los estudiantes que se replegaran ante el temor de que las fuerzas del orden pudieran utilizar a partir de ahora balas de goma para dispersar a los manifestantes.
Hay mucho en juego en los 1.100 kilómetros cuadrados que ocupa Hong Kong. La región especial actúa como el gran centro financiero de China, canaliza la inversión exterior de buena parte de los cuatro billones de dólares en reservas del gigante asiático y atrae a inversores de todo el mundo, gracias a la libre circulación de capitales y a su capacidad para operar en yuanes, la divisa china, que no es convertible. La Bolsa de Hong Kong es el sexto mercado financiero del mundo, el segundo de Asia, después de Tokio, y ha escalado también al sexto puesto en el mercado global de divisas.
Concentración cerca de la sede del Gobierno local en Hong Kong. Foto: AFP

Al Gobierno local de Hong Kong le salió por la culata el permiso que concedió a la policía para usar gas lacrimógeno y gas pimienta contra los manifestantes prodemocracia el domingo. Ayer lunes, desafiantes, muchos más manifestantes que en días previos, 100.000 según los organizadores, ocuparon las principales arterias de la ciudad. Pero sin apenas presencia de fuerzas antidisturbios, por orden del jefe del ejecutivo, Leung Chun-Ying. Una victoria para los ciudadanos, aún airados por lo que consideran que fue un uso desproporcionado de la fuerza pero que también declaraban su satisfacción por haber logrado hacerse con la calle, en una evocación del espíritu de los sucesos de la plaza de Tiananmen en 1989. En aquella ocasión las protestas multitudinarias en Pekín fueron duramente reprimidas incluso con tanques.
El ambiente era muy diferente de las tensiones de los días previos. Decenas de miles de hongkoneses, en su mayoría jóvenes, abarrotaban las calles en el centro de la excolonia británica en actitud festiva. Algunos habían pasado allí la noche, durmiendo sobre el suelo. Muchos habían traído bocadillos y bebidas, y se sentaban sobre el asfalto en una suerte de romería laica. Otros, los más cercanos a la sede del Gobierno local, junto a la cual habían tenido lugar las peores cargas policiales, sin espacio para sentarse, permanecían de pie mientras coreaban eslóganes. Muchos reconocían que no hubieran acudido sin la represión policial previa.
Pero ¿qué piensa la gente de Hong Kong?. Según diversos medios de comunicación hay un gran abanico de opiniones. Las manifestaciones de uno y otro lado han reunido a miles de persones pero las que son a favor del gobierno son menos comunes. Y medios locales han dicho que se le ha pagado a alguna gente para que asista.
Hong Kong es una ciudad con visión empresarial y muchos se muestran reacios a participar en las manifestaciones contra el gobierno o a molestar a Pekín por temor a que la economía se vea perjudicada. Sin embargo, un número significativo de personas quiere más democracia y ha expresado su enojo por la decisión de la China argumentando que no ofrece ninguna posibilidad real de elección.
La policía informó que durante tres días de protestas había detenido a 78 manifestantes. El sábado habían resultado heridos 29 estudiantes y policías durante los peores enfrentamientos registrados desde que comenzó la ola de protestas.
Las protestas se desataron después de que el régimen comunista en Pekín diera a conocer una reforma electoral que prevé elecciones directas en 2017 pero sin la libre designación de candidatos.
Tras la devolución de la antigua colonia británica a China, Hong Kong tiene un régimen político autónomo basado en el principio de "un país, dos sistemas".

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