Más de 50.000 personas exigen democracia en Hong Kong. |
Hong Kong vive días de tensión. La
disputa es por la forma en que será elegido el próximo líder de esta
región china. Y el movimiento "Occupy Central" cobra un protagonismo que
incomoda a las autoridades centrales en Pekín.
"Occupy Central with Love and Peace" (Ocupa Central con Paz y Amor),
conocido como "Occupy "Central", es un movimiento de desobediencia civil
propuesto por activistas a favor de la democracia en Hong Kong.Los activistas quieren una reforma política y elecciones democráticas que cumplan normas internacionales. Las elecciones son en 2017 pero a fines del mes pasado el gobierno de China emitió una resolución que limita quién puede presentarse como candidato.
Activistas a favor de más democracia en el territorio se han manifestado en la ciudad en las últimas semanas. Y planean ocupar el distrito financiero como protesta.
El último domingo la policía usó gases lacrimógenos para dispersar a manifestantes prodemocracia fuera de la sede del gobierno.
La tensión se apoderó del centro de Hong Kong cuando miles de personas se fueron sumando a las movilizaciones en favor de la democracia y se enfrentaron a las cargas de la policía, que utilizó gases lacrimógenos para intentar dispersarlos. Desde Pekín, el Gobierno chino mostró su apoyo a una gestión firme de la crisis por parte de las autoridades locales.
Las calles del centro de la excolonia británica se convirtieron ayer en un raro escenario de enfrentamientos entre policías y manifestantes, que reclaman democracia plena para Hong Kong. Los distritos de Admiralty, donde se halla la sede del gobierno local, y de Central, corazón financiero de la ciudad, se vieron sumidos en el caos y la circulación quedó paralizada.
Sus calles vivieron los enfrentamientos entre miles de manifestantes y fuerzas del orden, equipadas con cascos y chalecos antibala, que utilizaron gases lacrimógenos (algo prácticamente desconocido en la excolonia) para dispersar a la multitud.
La iniciativa de la policía, sin embargo, produjo el efecto contrario. Los manifestantes, lejos de amedrentarse, se reagruparon,equipados con impermeables, gafas de protección y paraguas, con el fin de mantener la protesta. al tiempo que se encaraban con la policía y coreaban consignas como "Queremos democracia real" y "Vergüenza, vergüenza", por sus cargas violentas. "¡Lucharemos hasta el final (...) nunca nos rendiremos!", dijo Peter Poon, uno de los líderes de la movilización. Animado por la actitud de los estudiantes, uno de los líderes del movimiento pro democrático Occupy Central, Benny Tai, anunció que su organización adelantaba a hoy lunes su campaña de ocupar el distrito financiero de Hong Kong, para protestar contra la actitud de Pekín. Un llamamiento que refuerza las movilizaciones estudiantiles.
Los organizadores de la concentración contabilizan en torno a 80.000 el número de personas que se congregaron en Admiralty, alentados por las detenciones de los estudiantes en la noche del viernes y que fueron puestos en libertad ayer, incluido su líder Joshua Wong, de 17 años.
Las autoridades locales no se quedaron de brazos cruzados ante el cariz que tomaba la situación. El jefe del Ejecutivo, Leung Chun-ying, declaró a la prensa que estaba "determinado a luchar contra las acciones ilegales de ocupación de forma resuelta". Una advertencia dirigida a los líderes de Occupy Central que habían lanzado su convocatoria de bloquear el distrito financiero para protestar contra la reforma electoral aprobada en agosto por Pekín y que restringe la aplicación del sufragio universal para elegir el jefe del Ejecutivo de la excolonia en el 2017.
Desde Pekín las autoridades comunistas también lanzaron un mensaje de apoyo a Leung Chun-ying. Según Xinhua, un portavoz de la Oficina para los Asuntos de Hong Kong y Macao declaró que "el Gobierno central se opone rotundamente a los diversos actos ilegales que se han producido en Hong Kong, susceptibles de dañar el Estado de derecho y poner en peligro el orden social" y que "apoya al Gobierno local".
Hasta ahora, buena parte de la clase media de la excolonia británica ha evitado pronunciarse respecto a la actitud de Pekín. Integra una mayoría silenciosa que acepta el estatus político actual porque lo único que quiere es estabilidad política y social. Una garantía imprescindible para que la excolonia británica mantenga su primacía financiera internacional.
"La situación se complica por momentos", comentó ayer un observador occidental vía telefónica. "La realidad es que además de las cuestiones de orden público lo que sucede ahora es que en cada hongkonés hay una batalla entre su mente y su corazón", añadió.
Anoche, mientras las fuerzas de policía reforzaban la seguridad en el distrito financiero de Hong Kong, un grupo de estudiantes emitió un comunicado en su página de Facebook en el que instaba a retirarse del centro de la ciudad. La Federación de Estudiantes de la excolonia británica pedía a los estudiantes que se replegaran ante el temor de que las fuerzas del orden pudieran utilizar a partir de ahora balas de goma para dispersar a los manifestantes.
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