Translate

jueves, 25 de septiembre de 2014

Argentina, Sorprendente decisión judicial condena a violador de su hija a arresto domiciliario

Marcelo Girat, suboficial de la armada fue condenado a prision domiciliaria por violar a su hija. Hubo incidentes. (Télam)
Rocío Girat sale del tribunal llorando tras la orden de arresto domiciliario.
Marcelo Alberto Girat, un suboficial de contrainteligencia de la Armada, abusó de su hija durante 4 años y por esto el Tribunal en lo Criminal Nª 3 de Mar del Plata lo condenó a 14 años de prisión por el delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo. Sin embargo, una vez más, la Justicia volvió a sorprender negativamente y le concedió al violador la prisión domiciliaria con monitoreo satelital. La Cámara de Apelaciones y Garantías ordenó esto hasta que el fallo quede firme.
Pero eso no es todo: la víctima, Rocío Girat, de 20 años, denunció un encubrimiento por parte de la Armada porque su padre no fue dado de baja de su cargo y sigue cobrando su sueldo. La justificación es que llega al juicio oral con prisión domiciliaria.
Los jueces a cargo de la sentencia fueron Eduardo Alemano, Fabián Riquert y Juan Manuel Sueyro.
Rocío se mostró desconsolada y aseguró que esta decisión no tenía ningún tipo de justificación: "Él no presento ningún tipo de enfermedad, está con arresto domiciliario porque en el momento que es declarado culpable nos amenazó de muerte a mi mamá y a mí".
Girat no estuvo hoy presente en el Tribunal y en su lugar estuvo su abogada defensora, Luz Alonso Proto, quien presentó un hábeas corpus a la Cámara cuando se conoció el fallo para que le den la prisión domiciliaria. Cuando se lo aceptaron, ante la impotencia Rocío rompió en llanto e invadió la sala del sexto piso, lo cual derivó en los incidentes posteriores.
Las violaciones comenzaron cuando la joven tenía 13 años y se prolongaron hasta sus 17. La denuncia fue radicada en el 2011, y quedó sentado que los abusos tuvieron lugar tanto en la casa donde vivían como en la base naval. La excusa era que Rocío iba a hacer tareas de limpieza.
La joven dio más detalles al canal TN: "Mi primera violación fue a los 13. El mecanismo era decir que iba a ser mi instructor sexual para dar mi iniciación y así me violó hasta los 17. A los 16 me violó en la base naval, donde yo estaba desde las 12 de la noche hasta las 3 de la mañana. Me veía el personal y nadie decía nada. Todavía no se me acercó ningún oficial a decir 'lo siento mucho'".
Rocío también contó que fue torturada: "Tuve dos intentos de suicidios y fui bulímica. Una vez me ató a una silla y me quemó con una cuchara caliente". Y mostró su dolor con la sentencia: "El arresto domiciliario para mí es nada. Es culpable y sigue trabajando, no fue dado de baja de su cargo, sigue siendo militar. Es muy grave".
"Los abusos quedaron constatados por los mismos testigos de él que son militares. Y en la casa, por los testigos que nosotros presentamos, que recorrieron todo mi camino. Hay un psicólogo y un médico que me avalan", agregó la víctima.
Ante la indignación de que Girat no fuera removido de su cargo, Rocío se acercó ante las autoridades correspondientes pero no fue tenida en cuenta: "Nos comunicamos con (el ministro de Defensa) Agustín Rossi para que nos dé una explicación. Él sigue cobrando su sueldo y lamentablemente me tuve que acercar a organizaciones porque no tuve respeto ni resguardo en ningún lado".
Durante el proceso judicial se comprobó que el suboficial abusó en reiteradas oportunidades de su hija tanto en la casa, que compartía con su esposa y madre de la víctima, como en instalaciones de la Base Naval de Mar del Plata, cuando la adolescente tenía entre 13 y 17 años.
Rocío provocó que la lectura de la resolución quedara en segundo plano: su llanto desconsolado invadió la sala del sexto piso de Tribunales y ni el abrazo de su madre pudo tapar una afirmación tan clara como dolorosa. "Hoy no se hizo justicia", gritó.
"Va a seguir en su casa, con pulsera; siguen sin darme una solución y nosotras ahora seguimos teniendo miedo", dijo más tarde la víctima, después de reunirse con el fiscal Amavet.  
La decisión de la justicia demoró apenas unos minutos en llegar a oídos de quienes desde media mañana se habían acercado a la esquina de la sede del Tribunal para acompañar a Rocío. En instantes la indignación se transformó en gritos y puteadas que se escuchaban desde las escaleras. Luego hubo piedrazos de algunos manifestantes y gases lacrimógenos y balas de goma de la policía para dispersarlos. En el medio andaban Rocío, su madre y su abuelo, que intentaban retirarse del lugar. Contra un árbol, casi en el borde de la vereda, el hermano de la víctima lloraba solo.
Organizaciones sociales y defensoras de los derechos humanos se concentraron días atrás frente a la Base Naval de Mar del Plata para pedir que se remueva de su cargo a Girat. Éste continuaba ayer en funciones en la Base Naval local y aguarda la sentencia en libertad, un beneficio que gozará hasta que la condena sea firme.
"El me golpeó toda la vida, siempre fue muy agresivo. Desde que tengo 3 años recuerdo que me bajaba la bombacha y me pegaba con un cinto. Si yo hacía algo que a él no le gustaba me metía la cabeza en el agua para ahogarme", reveló esta mañana Rocío Girat

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes dejar aquí tus opiniones e impresiones sobre una entrada concreta, sobre algún tema sobre el que te gustaría ver una nueva entrada o sobre cualquier tema del blog en general.