Translate

jueves, 5 de septiembre de 2013

Siria, La operación contra el país va tomando forma

A pesar de las voces, millones de voces, contrarias a un ataque, aunque sea limitado, la posible intervención de Estados Unidos, junto a Francia, Turquía y la colaboración activa de países geográficamente cercanos a Siria, parece que se aproxima día a día.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, advirtió que una ausencia de respuesta ante el uso de armas químicas en Siria incrementaría la probablidad de ataques similares en el futuro.
Obama dijo que creía que el Congreso de su país va a aprobar una acción mililtar en Siria. Un paso ya fue dado.
Según informa Europa Press, "La Casa Blanca ha elogiado este (ayer) miércoles a los miembros de la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado por haber aprobado la resolución que autoriza al Gobierno a lanzar un ataque contra el régimen sirio en represalia por el ataque químico del 21 de agosto.
"Elogiamos al Senado por actuar rápidamente y por trabajar más allá de las líneas partidistas a favor de nuestra seguridad nacional", ha afirmado el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, en un comunicado. La aprobación de la resolución en la Comisión de Exteriores dará paso al debate y votación del mismo texto en el pleno de la Cámara Alta la próxima semana".
Obama continúa en su lucha por intervenir en Siria en dos frentes diferentes: el interno, buscando la aprobación del ataque por parte del Congreso de los Estados Unidos, y el externo, donde lucha para conseguir el mayor apoyo internacional posible.
El mandatario dijo que EE.UU. estaba muy seguro de que el gobierno de Bashar al Assad estaba detrás, pero agregó que Washington quiere sumarse a la comunidad internacional para impedir el uso de armas químicas.
Para el presidente, el mundo tiene que actuar porque la credibilidad de la comunidad internacional puede verse afectada.
"Mi credibilidad no está en juego. La credibilidad de la comunidad internacional está en juego. La credibilidad de Estados Unidos y del Congreso está en juego, porque defendemos de la boca para afuera la noción de que estas normas internacionales son importantes", dijo.
A pesar de esas palabras los sondeos realizados en diferentes países muestran que la opinión popular es contraria a la iniciativa de atacar a Siria.
Tras el revés del primer ministro británico David Cameron en su intento para que el Parlamento inglés aprobase la participación de su país en una posible intervención militar en Siria, la opinión pública francesa e incluso la estadounidense han mostrado su desacuerdo con la misma.
"Casi la mitad de los estadounidenses se opone a la intervención militar de Estados Unidos en Siria, mientras que un 29 por ciento apoyaría la decisión del presidente norteamericano, Barack Obama, según una encuesta realizada por Pew Research Center.
   El 48 por ciento de los estadounidenses encuestados se opone a la intervención militar, casi un 20 por ciento más que los que se mostraron en contra de esta decisión en una encuesta publicada en abril, pese al supuesto ataque químico perpetrado por el régimen del presidente sirio, Bashar al Assad", publicaba ayer la agencia Europa Press.

En Francia, donde el presidente del país, François Hollande, se muestra totalmente cooperativo con la posible intervención, un 64% de los franceses se oponen a la misma. La misma población que se mostró partidaria de la intervención francesa en Mali o Libia (2011), contra el dictador Muamar el Gadafi, ahora se muestra contraria a la participación de sus fuerzas armadas en un ataque de castigo contra Siria.
Según la Constitución francesa, el jefe del Estado, François Hollande, no necesita la autorización de los parlamentarios para involucrar al país en una guerra, pero el Gobierno busca recabar el mayor consenso posible ante una intervención en Siria.
Ayer, la Asamblea Nacional y el Senado franceses debatieron la propuesta del presidente de la República, de lanzar una operación militar contra el régimen de Bachar el Assad, como acción punitiva por el uso de armas químicas, algo que París considera probado, en el ataque contra fuerzas rebeldes y la población civil del miércoles 21 de agosto en los suburbios de Damasco.
Sin embargo Francia parece, hasta el momento, ser el único país, con relevancia internacional, dispuesto a dar apoyo a las aspiraciones intervencionistas de Barak Obama y, para convencer a la opinión pública francesa de que es necesario tomar medidas contra Damasco, los servicios secretos franceses publicarán en los próximos días documentos que prueban que Siria posee hasta 1.000 toneladas de armas químicas y tóxicas, como gases sarín, mostaza y VX.
Pero si hay un país que tiene todas las aspiraciones de convertirse en protagonista principal, en una intervención de castigo contra objetivos militares en Siria es Turquía.
"Esto es un crimen contra la humanidad y un crimen contra la humanidad no debe quedar sin respuesta", aseguraba ayer el ministro de Exteriores turco Ahmet Davutoglu, refiriéndose al ataque con armas químicas del pasado 21 de agosto.
"Estamos listos para asumir nuestro lugar en cualquier tipo de coalición", afirmó ayer el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, antes de viajar a San Petersburgo, donde participará en la cumbre del G20, según recoge el diario El País.
En el mismo artículo se puede leer, "(...) la participación turca en una intervención contra Siria se enfrenta a la indiferencia de la población, a las críticas de los partidos en la oposición y a sus propias limitaciones militares. “Ya hemos visto cómo Davutoglu está intentando hacer que parezca que Turquía está en el centro de todo pero, por supuesto, ha perdido tanta credibilidad, debido a cómo gestionó las protestas ciudadanas [de la plaza Taksim de Estambul] y también a su errática política exterior, que solo tendrá un papel periférico en cualquier decisión”, comenta Gareth Jenkins, analista del Instituto sobre Asia Central y el Cáucaso de Estambul. “Desde un punto de vista militar, Turquía no tiene nada que EE UU necesite”, puntualiza".
Turquía y Siria tienen en común cerca de 825 kilómetros de frontera, y la guerra de Siria se ha colado diversas veces en territorio turco. En junio del año pasado, un caza turco fue derribado cerca de la costa de Siria, según Ankara por las fuerzas de Al Assad. En octubre, cinco mujeres turcas murieron en un pueblo de la frontera por la explosión de un proyectil procedente del lado sirio, y en varias ocasiones más ciudadanos turcos han resultado heridos por disparos provenientes del país vecino. El pasado mayo, dos coches bomba mataron a más de 50 personas en Reyhanli, otra ciudad fronteriza, en un atentado del que Ankara también culpó al régimen de Al Assad. Además de que Turquía acoge a cerca de 500.000 desplazados de la guerra de Siria, de los cuales unos 200 mil están en campos de refugiados.
Ayer el ejército turco envió tropas adicionales a la frontera con Siria, en previsión de un eventual ataque a ese país por tropas internacionales.
En cuanto a la posición rusa, Putin sigue a la expectativa de los acontecimientos, y aunque sigue anclado en sus posiciones contrarias a la intervención, ayer en una entrevista concedida a la televisión rusa First Channel y la agencia Associated Press, a la pregunta de si estaría de acuerdo con una operación militar norteamericana, respondió asegurando que "si hay cualquier dato de que se han usado armas químicas y, específicamente, de que se han usado por parte de las Fuerzas Armadas regulares no descarta apoyar una intervención militar en Siria", informaba Europa Press. 
"Pero fue rotundo al afirmar que tal operación solo puede realizarse con la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU y si se hubiera probado de forma contundente tanto la existencia de una agresión con armas químicas como la autoría de la misma. Todas las otras justificaciones del uso de la fuerza "en relación a un Estado independiente y soberano" son "intolerables y solo se pueden calificar de agresión", dijo", según publica el periódico español El País.
Que la población siria está haciendo frente a una grave crisis humanitaria es algo innegable y preocupante. La agencia de noticias Télam recogía hace unas horas una información de la agencia EFE en la que se informaba que los ministros de Relaciones Exteriores de Jordania, Irak y Turquía y el de Asuntos Sociales del Líbano se reunieron bajo el auspicio del alto comisionado de la ONU para los Refugiados, Antonio Guterres, para darle un enfoque común a la situación crítica que afrontan como principales receptores de estos refugiados.
En un comunicado conjunto los representantes expresaron su voluntad de mantener sus fronteras abiertas, pero alertaron que hace tiempo superaron su capacidad de acogida y no saben cuántos más podrán recibir.
La guerra de Siria ya ha provocado más desplazados y refugiados que cualquier otra, 6 millones en total, tras haberse superado la barrera de los dos millones -solo durante los últimos 12 meses han sido 1,8 millones- de refugiados, siendo menores de edad la mitad de ellos, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
El organismo, uno de los principales brazos humanitarios de la ONU, advirtió de que la escasez de fondos es un problema acuciante para atender a esta "hemorragia de población" de Siria, ya que las agencias de socorro que trabajan en este país han recibido menos de la mitad de las contribuciones que se requieren.
Evidentemente la situación requiere una solución internacional, ¿pero es la intervención militar extranjera la solución idónea? Para una gran parte de la población la respuesta es: No.
Refugiados sirios cruzando la frontera con Turquía. | Efe
Refugiados sirios cruzando la frontera con Turquía. | Efe

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes dejar aquí tus opiniones e impresiones sobre una entrada concreta, sobre algún tema sobre el que te gustaría ver una nueva entrada o sobre cualquier tema del blog en general.