Translate

sábado, 28 de diciembre de 2013

Argentina, La población se asfixia entre la ola de calor y los cortes de luz y agua

El puente Alsina bloqueado. Ronaldo Andrade
Tanto en la ciudad de Buenos Aires -en donde los termómetros marcaron 36 grados centígrados- como en el interior, hay personas indignadas por las constantes y prolongadas interrupciones del servicio eléctrico.
En medio de la mayor ola de calor en 43 años, los argentinos continuaron experimentando cortes de luz este viernes, y con ellos se incrementaron las protestas.
Los barrios de la capital más afectados por los cortes son Recoleta, Caballito, Almagro, Villa Crespo, Villa del Parque, Devoto, Urquiza, Paternal y Mataderos
En los últimos días, las altas temperaturas han causado tres muertes, dos en la provincia de Santiago del Estero y una en Salta, en el norte del país.
El calor que no da tregua, y la falta de energía eléctrica que parece no encontrar vías de solución en toda el área metropolitana, provocó el recrudecimiento de las protestas de los vecinos.
Barricadas hechas con los contenedores de basura, neumáticos quemados y hasta ómnibus escolares cruzados sobre las calzadas, sirvieron para expresar el cansancio de los vecinos que, en algunos casos, llevan ya 15 días sin luz, según publica el diario argentino La Nación.
Las acusaciones y las amenazas del Gobierno hacia las empresas distribuidoras de energía eléctrica, sin embargo, nada dicen de soluciones a corto plazo para la crisis. Tampoco Edenor y Edesur parecen dispuestas a clarificar el panorama.

Vecinos con broca de los cortes protestan en la calle.
Ayer, los cortes que mayor inconveniente causaron se registraron en la autopista 25 de Mayo, en el barrio de Flores, donde los vecinos carecen de luz desde hace once días.
En el último viernes del año, la Ciudad se convirtió en un tetris gigante e imperfecto. Todo se cruzó con todo: vecinos que siguen protestando en las calles, algunos de ellos luego de 13 días sin luz ni agua, empleados que salían de sus trabajos y querían volver a sus casas y aquellos que se iban a la Costa para pasar las fiestas lejos de una Buenos Aires que se vuelve cada vez más imposible. La consecuencia, entonces, fue obvia: desde la tarde, la ciudad estuvo sitiada, taponada, con más de 40 cortes de calles en diferentes puntos.
Las llamas y el olor a neumático quemado era, anoche, la postal de las esquinas porteñas.
"Los días pasan, el calor no cede, la luz no vuelve, las casas se transforman en celdas donde no corre una gota de aire ni agua. En la tele desfilan, alternativamente, los condenados de Flores, los de Avellaneda, de Recoleta, La Paternal, Abasto, Villa Crespo... No importa dónde, ellos hacen lo que les dicta la impotencia: cortan calles, encienden fogatas y levantan carteles reclamando el final de este suplicio. De a ratos, los condenados pierden la paciencia y discuten entre ellos. Escuchados por nadie, ven en la tele la posibilidad de hacerse oír por todos, y a ella le cuentan sus pesares", comenta Adriana Schettini para el diario Clarín.
Argentinos combaten el calor en Buenos AiresLa delicada situación ha generado un debate político. El jefe del gabinete del Gobierno, Jorge Capitanich, enfiló la responsabilidad hacia las empresas distribuidoras, Edenor y Edesur.
"Estas empresas tienen un contraro de concesión y deben cumplirlo. Si continúan los cortes, el gobierno nacional y local podría intervenir para asumir la gestión", explicó.
Por su parte, el ministro de Planificación, Julio de Vido, afirmó este viernes desde el centro de llamadas de atención personalizada dispuesto por el gobierno nacional, que la atención de los usuarios se debe hacer "personalmente, no con máquinas".
"Vamos a evaluar las multas que le serán aplicadas a las empresas después de que pase la ola de calor y como serán resarcidos los usuarios por estas fallas", señaló de Vido.
Los cacerolazos volvieron ayer como modo de protesta en cada uno de los cortes de calles. Desde los balcones, muchos vecinos –los que suman semanas sin luz, los nuevos afectados post Navidad y los afortunados que la conservan– golpeaban lo que fuera: sartenes, ollas, tapas. Se vieron en Villa Crespo, en Palermo, en Villa Urquiza, en Recoleta, en Caballito, en Belgrano, en Barrio Norte.
En cada barrio se podía escuchar el sonido de la típica y peculiar forma de protestar de los argentinos: el cacerolazo.
Mientras otro problema podría agravar la actual situación. La falta de energía eléctrica provoca pérdidas económicas entre los damnificados. Tanto vecinos como comerciantes muestran su preocupación. Es el caso de quienes son propietarios de locales en zonas gastronómicas como Palermo, Belgrano o Las Cañitas. La Cámara de Industriales Panaderos de la Ciudad de Buenos Aires, por su parte, advirtió ayer que corre peligro el abastecimiento de pan en toda el área metropolitana, ya que la mitad de las panaderías se encuentran sin luz.
El calor no cede y sigue marcando récords históricos para este mes del año, la población mientras tanto aguanta y sufre. No le queda otra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes dejar aquí tus opiniones e impresiones sobre una entrada concreta, sobre algún tema sobre el que te gustaría ver una nueva entrada o sobre cualquier tema del blog en general.