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domingo, 7 de septiembre de 2014

Ucrania, ¿Una frágil tregua o una realidad geopolítica?

mujer este de Ucrania
La población civil ha sido la más afectada con los enfrentamientos en Ucrania.
A pesar de que un anhelado cese el fuego fue firmado el viernes entre representantes de Ucrania y Rusia, rebeldes prorrusos y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en Minsk, Bielorrusia, no parece haber claridad sobre qué tan sólida pueda ser la tregua.
Poco después de que fuera anunciada, Fergal Keane, enviado especial de la BBC a la ciudad de Mariupol, en el este de Ucrania, informó que un importante puesto de control del gobierno fue destruido por fuego de artillería disparado por combatientes prorrusos. El periodista dijo que también hubo disparos del otro lado.
No obstante, en la mañana del sábado el presidente ucraniano Petro Poroshenko declaró que tanto él como su homólogo ruso, Vladimir Putin, estaban de acuerdo en que el cese el fuego entre las fuerzas de su gobierno y los separatistas prorrusos estaba manteniéndose.
"Petro Poroshenko y Vladimir Putin discutieron formas de lograr que el cese el fuego se mantenga", había dicho la oficina de Poroshenko en una declaración el sábado en la mañana.
Pero los intercambios de fuego en el oriente ucraniano se han continuado produciendo, con variada intensidad, ayer sábado y hoy domingo.
Entonces, ¿qué tan sólido es el cese el fuego y cuál es el interés de los gobiernos de Ucrania y Rusia en mantenerlo?
Bridget Kendall, corresponsal de asuntos diplomáticos de la BBC, nos da su opinión.
"El acuerdo de alto el fuego que entró en vigencia el viernes en el este de Ucrania tiene el potencial de convertirse en un punto de inflexión en el conflicto. Aparentemente, el interés de las partes -al menos en el plano político- es que se convierta en un primer paso hacia la paz.
Además del objetivo mutuo confeso de hacer todo lo posible para detener el derramamiento de sangre y el sufrimiento.", señala en su artículo sobre el tema.
El protocolo de 12 puntos para la paz en el este de Ucrania, adoptado hace dos días en Minsk (Bielorrusia), prevé la concesión de un "estatus especial de autogobierno" y la celebración de elecciones locales en las rebeldes regiones de Donetsk y Lugansk, reveló hoy la OSCE al publicar el documento en su web oficial.
No hay duda de que las opciones del presidente ucraniano Poroshenko, en su gestión para llevar a su país hacia adelante, eran muy limitadas. Tuvo que darse cuenta de que no le iba a ser tan fácil librar una campaña para aplastar a los rebeldes en el este de su país y seguir adelante en el objetivo de sacar a Ucrania del caos económico en que se encuentra, para iniciar un cambio en su visión del conflicto, y en el futuro que podría adivinarse de continuar el mismo.
Una reciente inyección de recursos de tropas y armamento pesado -presumiblemente de Rusia- logró que los rebeldes prorrusos abrieran nuevos frentes y forzaran a las tropas ucranianas a un retiro abrupto y humillante. La reacción de pánico en Kiev estuvo muy mal disimulada. En las propias palabras del presidente Poroshenko, parecía que "una agresión rusa directa y abierta".
Es fácil imaginar que en la reunión celebrada en Minsk, hace dos semanas, entre Putin y Poroshenko tuvo que haber quedado claro que a Ucrania no se le permitiría ganar la guerra en el este. El gobierno de Ucrania no debería olvidar que Rusia siempre tendrá el poder para montar una contraofensiva, o simplemente mantener la región perpetuamente inestable, obstaculizando los planes de Poroshenko para las elecciones parlamentarias del próximo mes.
Además de una inmediata declaración del alto el fuego y el intercambio de prisioneros mediante la fórmula de "todos por todos", el protocolo de Minsk compromete a Ucrania a aprobar una ley "sobre el régimen temporal de autogobierno en determinadas zonas de las regiones de Donetsk y Lugansk" (ley de estatus especial).
Aunque el documento aprobado en la reunión del Grupo de Contacto para la crisis ucrania menciona su afinidad con el plan de paz del presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, que descarta de plano incluso la federalización del país, los prorrusos reiteraron este domingo que no están dispuestos a renunciar a la independencia.
El presidente Poroshenko debe haber quedado con pocas ilusiones sobre la ayuda militar de Occidente. Tras la última cumbre de la OTAN quedó claro que cuando se trata de Rusia, los países occidentales son pragmáticamente cautelosos.
Sin duda Occidente está dispuesto a respaldar a Kiev política y económicamente, y a brindar todo tipo de asesoramiento, entrenamiento y asistencia militar no letal. Pero Ucrania no forma parte de la OTAN y Occidente no está preparado para ir a la guerra con Rusia por ella.
Los líderes de Francia y Alemania han dicho en varias ocasiones en las últimas semanas que este conflicto en Ucrania se resolverá con un alto el fuego.
Por su parte los prorrusos han visto como Putin no se lanzaba a una ayuda a "cualquier precio". El máximo mandatario ruso tuvo amplia oportunidad de asumir el control del este de Ucrania, si lo hubiera querido hacer. Pero no está claro qué ventajas hubiera obtenido para su Gobierno ni tampoco del territorio. Éste además de ser pobre, muchas de sus industrias han perdido poder, tiene, en estos momentos, una población traumatizada y dividida.
La conquista de ese territorio implicaría una pelea sangrienta y desordenada, con participación de gran número de tropas rusas y, por lo tanto, quién sabe cuántas bajas rusas se contarían.
Puede ser un riesgo que Putin no está dispuesto a asumir.
El protocolo de 12 puntos, considerado como primer paso de un plan de paz por etapas, prevé además el control internacional del cese de hostilidades, la creación de una zona de seguridad bajo vigilancia internacional en la frontera ruso-ucrania, el canje de prisioneros y la apertura de corredores para los refugiados y la ayuda humanitaria.
Soldados de Kiev en las afueras de Mariupol/Philippe Desmazes (AFP)
Por otro lado, el acuerdo de paz sigue amenazado por el intercambio de disparos entre ambos bandos. En la mañana de este domingo se escucharon bombardeos cerca del aeropuerto de Donetsk, según informa AFP. Por el momento se desconoce quién está detrás del ataque. Donetsk es la principal ciudad del este de Ucrania que está en manos de los prorrusos, aunque el aeropuerto está controlado por fuerzas de Kiev. "Este es el sonido del alto al fuego. Esto es una batalla como está mandado", ironizaba un miliciano prorruso en declaraciones a Reuters.
Durante la madrugada del domingo también se han registrado combates en la ciudad de Mariupol, donde se ha detectado un gran incendio cerca del puerto.Fuentes locales citadas por Reuters informan de que una mujer ha muerto y otras tres personas han resultado heridas durante los enfrentamientos en esta localidad del este del país. Sería la primera víctima mortal tras la firma del acuerdo el pasado viernes.
Hasta que se han escuchado estos disparos, a lo largo de la jornada ha reinado el silencio en Mariupol. "Ha habido un ataque de artillería. Hemos recibido un número de impactos, aunque no tenemos información sobre la existencia de víctimas", ha informado una fuente oficial ucraniana a Reuters desde el lugar de los hechos.
Henry Kissinger, escribió en un artículo sobre el conflicto, "cualquier intento de una parte de Ucrania para dominar a la otra -como está siendo el objetivo- conduciría a la larga a una guerra civil o fragmentación". El mismo añade, "tratar a Ucrania como parte de una confrontación Este-Oeste hará desaparecer toda perspectiva para unir a Rusia y Occidente -Rusia y Europa en especial- en un sistema internacional de cooperación". Ucrania, en esa visión, debe ser un puente neutral entre esos dos mundos.

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